Ciudad de México.- De 2012 a 2018, el presupuesto total destinado a la función salud se contrajo en 2%, al pasar de $580 mil millones de pesos (mdp) a $569 mil mdp, en términos reales. Este recorte, aunado al aumento del número de personas que se afilian a las instituciones públicas de salud, ha impactado en las cifras de gasto per cápita, al pasar de $3,826 en 2012 a $3,615 en 2018, lo que representa una contracción de 5.5%.
De 2012 a 2016, el gasto per cápita por afiliado, que es el gasto total entre el número de personas, disminuyó 6% en el IMSS ($269); 5% en el ISSSTE ($250) y 41% en Pemex ($9,537).
Por otro lado, en ese mismo periodo, el gasto per cápita para la población beneficiaria del Seguro Popular e IMSS-Prospera, tuvo incrementos, en términos reales, de 0.35% ($10) y 3% ($34), respectivamente.
A pesar de los incrementos del gasto per cápita en estos últimos programas, los beneficiarios, que en su mayoría son personas de escasos recursos, aumentaron su gasto de bolsillo.
De acuerdo con Judith Méndez Méndez, investigadora de Salud y Finanzas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), existe una diferencia de 20 millones de personas entre la población que se reconoce derechohabiente de una institución de salud y las cifras oficiales de afiliación.
Esto abre el tema de la identificación única, que evitaría las duplicidades de afiliación y generaría datos precisos sobre la población asegurada en cada institución.
