Banqueros en la lid presidencial

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  • Lo que esperan del próximo Presidente de la República
  • Ebrard, el dorado
  • Cinismo e impunidad, de la mano

Agustín Vargas *

En el marco del 90 aniversario de la Asociación de Bancos de México, este organismo llevará a cabo su Convención Bancaria número 81 los días 8 y el 9 de marzo, misma que tendrá como invitados especiales a los candidatos presenciales.

Como ocurrió hace seis años, en la convención de Acapulco del 2012, los candidatos punteros de aquel entonces, Enrique Peña Nieto (PRI), Andrés Manuel López Obrador (PRD) y Josefina Vázquez Mota (PAN), respondieron a la invitación y acudieron a la cita.

En esta ocasión, todo parece indicar, que también acudirán los aspirantes presidenciales, pues la Convención Bancaria es un foro importantísimo que los candidatos no se pueden dar el lujo de despreciar, por berrinchudos que sean los personajes o intolerantes a la crítica.

Pero ¿qué esperan los banqueros del próximo Presidente de la República, con independencia del partido o del color que sea? se le preguntó recientemente a Marcos Martínez Gavica, Presidente de la Asociación de Bancos de México.

“Que lo hagan muy bien, si lo hacen bien, seguro, nosotros cooperamos”, respondió a este reportero Martínez Gavica.

La pregunta vino a colación porque justo al inicio del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, cuando todo apuntaba que la relación entre el sector bancario y el gobierno sería como una luna de miel, éste emprendió una severa campaña de críticas en contra de aquél, por su baja participación en la economía como proporción del Producto Interno Bruto, cuando países con menor grado de desarrollo que el nuestro tienen una elevada penetración financiera entre la población, algo que en México no sucedía.

El entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray, se encargó literalmente de regañar a los banqueros una y otra vez en cuanto foro se aparecía por esa baja participación en el PIB y por no atender a la población en más comunidades, entre otros puntos.

Cauto como siempre lo ha sido, Marcos Martínez respondió también a la pregunta sobre qué características debería tener un candidato en cuanto a propuestas para ser considerado como un buen candidato en términos de lo que necesita México.

“Nosotros lo que queremos es escucharlos, no meter ruidos, habrá personas ahí que opinen qué necesita el país, pero no seremos nosotros, queremos ser más bien receptivos de las ideas que nosotros decirles qué es lo que a nosotros nos gustaría y tratar de inducir”, comentó.

Lo interesante aquí es que el eterno aspirante a la silla presidencial, o sea el señor Andrés Manuel López Obrador de nueva cuenta asistirá, con todo y sus berrinches e intolerancia a las críticas, a la Convención Bancaria. Al menos eso es lo que se nos ha dicho, porque ya manifestó su interés de estar presente.

Habrá que ver y escuchar al señor López lo que les diga a los banqueros sobre la mafia del poder. Ojalá no salga corriendo del recinto mentando madres a la menor provocación o crítica que pudiera surgir en ese evento, el más importante del país en materia financiera y económica.

Ebrard, de la línea dorada al círculo dorado

Apenas dos día atrás, el 5 de febrero, López Obrador dio muestras de nueva cuenta de su intolerancia a la crítica. Esto porque en un artículo del periódico Reforma publicado por Jesús Silva Herzog-Márquez, el politólogo menciona que el tabasqueño se ha desplazado del sectarismo “al punto contrario: el oportunismo. Su coalición no es ya ni sombra de su base política. Morena ha sido traicionado antes de ganar el poder. El caudillo lo ha entregado al cálculo de sus ambiciones.” 

En sus filas admite foxistas, calderonistas, zedillistas y hasta salinistas, lo cual, por supuesto, es cierto, ya que el propio AMLO se ha encargado de difundirlo con bombo y platillo.

Esto, entre otros puntos tratados en el texto, enojó mucho al precandidato presidencial de Morena, quien censuró al articulista y lo acusó, para no variar, de ser y servir a la mafia del poder.

El artículo se publicó luego de que el líder los morenistas dio a conocer la lista de quienes podrían ser integrantes de su gobierno en caso de ser electo presidente de la República. Incluso anunció el regreso de su protegido y oportunista Marcelo Ebrard Casaubón, de quien se especuló andaba prófugo de la justicia por el asunto de la fallida y costosa Línea 12 del Metro, la llamada línea dorada.

Ebrard, jefe de gobierno del Distrito Federal del 2006 al 2012, reapareció en la escena pública con su característico aire de prepotencia ahora reforzado de impunidad. Será uno de los cinco coordinadores regionales de la campaña presidencial de Andrés Manuel López y desde ahí pretende colarse, por lo menos, a la Cámara de Diputados para mantenerse impune con el fuero constitucional que da el ser legislador.

En este mismo espacio publicamos hace tres años (Marcelo, el inocente. Puntales. Feb.4.2015), que la trama de la fallida y costosa Línea 12 del Metro había sacado a la luz a los principales jefes de la gavilla de ex funcionarios que se sirvieron con la cuchara grande durante la construcción de esa obra, que involucró recursos no sólo del gobierno de la capital de la República, sino del propio gobierno federal.

Mencionamos en aquel entonces que “Quedo claro, al menos así lo reveló el informe de la Comisión Especial de la Cámara de Diputados para dar seguimiento al ejercicio de los recursos federales destinados a la Línea 12 del Metro, mismo que contiene las primeras investigaciones que realizó sobre este caso, que el ex jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y al ex secretario de Finanzas y actual senador, Mario Delgado, son los principales responsables de presuntos malos manejo de recursos, así como de las afectaciones de este transporte por falta de mantenimiento.

“De acuerdo con el documento, hay elementos para que la Procuraduría General de la República (PGR) y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) puedan realizar una investigación a fondo y se finquen las responsabilidades penales y sanciones a que haya lugar”.

Sin embargo, nada pasó. La mencionada comisión especial investigadora, presidida por el diputado priista Marco Antonio Calzada Arroyo, se disolvió, Marcelo se desdibujó del mapa político por casi tres años y ahora reaparece con total impunidad bajo el manto protector de su patrón. Pasó de ser protagonista de la Línea Dorada al círculo dorado de AMLO en esta nueva etapa de la carrera del tabasqueño por llegar, ahora sí, según dice, a Los Pinos como jefe del Poder Ejecutivo.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx