Inflación, anclada con alfileres

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· Banxico y su sueño del 3%, pero a finales de 2018
· Gasolinazo y tipo de cambio, el dolor de cabeza
· Derrama turística récord en Semana Santa

Agustín Vargas*

Recientemente la inflación al consumidor en México ha acaparado la atención de los agentes económicos, por los niveles actuales de la tasa anual, que la llevaron a ubicarse en su nivel más alto en los últimos siete años.

Los precios finalizaron el primer trimestre del año en 5.35%. La razón de la importancia que ha cobrado la cifra es que nos habíamos acostumbrando a bajas variaciones en los niveles de precios.

Sin embargo, variaciones menores al 3.0% tampoco reflejaban la realidad de la economía mexicana, sino más bien reformas que ayudaron a disminuir de manera inmediata precios de servicios importantes para las personas y empresas (en diciembre de 2015, la inflación anual alcanzó su nivel mínimo de 2.13%).

Estos precios eran de electricidad y telecomunicaciones, pero como era de esperarse, la disminución de sus tarifas ha empezado a ceder, y la inflación ha vuelto a elevarse a niveles más razonables para la economía.

De la misma manera, los aumentos abruptos en los precios recientes también serán temporales, ya que gran parte de los incrementos están focalizados a unos cuantos productos y servicios, y probablemente no vuelvan a presentarse en el futuro próximo.

Es importante recalcar que la meta de Banco de México, que encabeza Agustín Carstens, no es que todos los meses la inflación se ubique entre 3% +/- 1%, sino que en el mediano plazo los precios tiendan a ese objetivo.

Un reciente estudio de CIBanco da cuenta que los actuales niveles de inflación no son reflejo de presiones generadas por el lado de la demanda agregada (el crecimiento económico de México sigue siendo muy modesto), ni por mayores expectativas inflacionarias de los agentes económicos (la mayoría piensa que para el 2018 la inflación se ubicará de nuevo por debajo del 4.0%).

De acuerdo con el interesante análisis de la institución financiera, la inflación actual refleja en mayor medida un choque de oferta, pero por decisiones de política pública, al liberalizar el precio de la gasolina. Adicionalmente, el efecto de la depreciación acumulada del tipo de cambio ya incide en mayores precios al consumidor, aunque el efecto todavía ha sido limitado.

Los especialistas de CIBanco estiman que la tasa máxima de inflación se alcanzará en agosto o septiembre próximo, y a partir de entonces comenzará a caer en una tendencia a la baja, para cerrar el 2018 en niveles cercanos al 3.80%.

De cualquier forma, lo que se nota es que el control de la inflación presenta severos riesgos en el corto, mediano y largo plazo, por lo que el cualquier momento se puede desatar.

Literalmente, la inflación está contenida con alfileres.

Derrama turística por Semana Santa

Luego de los buenos resultados que dejó el reciente Tianguis Turístico de Acapulco, en donde se dieron a conocer cifras alegres por la gran afluencia e interés de los empresarios del ramo, esta Semana Santa será también un buen momento para la industria sin chimeneas, por la derrama económica que se estima dejará.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo que encabeza Enrique de la Madrid Cordero, la derrama económica a nivel nacional en esta temporada vacacional se calcula en más 7 mil 400 millones de pesos, cifra 6.3 por ciento superior a la reportada en el mismo periodo de 2016, con una ocupación hotelera promedio del 70 por ciento.

Se espera que más de 5 millones de turistas nacionales realicen viajes a diferentes destinos del país durante este periodo vacacional, lo que equivaldría a una cifra 3.9 por ciento superior a la observada en la Semana Santa de 2016.

Para los centros de playa se estima ocupación de 84.4 por ciento y para las ciudades de 58.1 por ciento. Sin duda, buen momento para el turismo nacional.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx