Ya no más curvas de aprendizaje, claman empresarios

501

Germán Ahumada Russek (ARA) considera que el nuevo gobierno debe apoyar con más financiamiento al sector de la vivienda y definir reglas claras para no detener el ritmo de crecimiento de esa rama económica

José A. Medina

Con una trayectoria de más de 40 años en el sector de la vivienda, Germán Ahumada Russek, presidente y director general de Consorcio ARA, enfatiza que por ningún motivo la próxima administración gubernamental debe detener el ritmo de crecimiento de esa rama industrial, pues es una de las más importantes de la economía, que mueve a otras 37 y genera una considerable cantidad de empleos.
Considerado un ícono del empresariado nacional, junto con la empresa que dirige, Ahumada Russek va más allá y exhorta a diseñar reglas claras para el sector de la vivienda. Esto, dice, ante la volatilidad económica y financiera por la que atraviesa el país, influenciada ahora por el proceso electoral en el país y los cambios que conlleva en los organismo públicos de vivienda.
Considera que el próximo gobierno debe apoyar al sector con más financiamiento y definir las políticas públicas por las que se regirá y no cambiarlas a cada momento, sobre todo en materia de subsidios porque se afecta, afirmó, todo el proceso productivo de esa rama económica.
Continuidad es lo que debería existir, consideró, porque ya no se pueden tener curvas de aprendizaje de los funcionarios que lleguen a dirigir los organismos públicos de vivienda, eso trae consecuencias y retrasa los planes del sector, aunque no descarta que eso pueda suceder en la transición del nuevo gobierno.
No obstante, afirmó que los empresarios ya están acostumbrados a situaciones de ese tipo y apuesta a la solidez de las instituciones para seguir con el ritmo de trabajo del sector y reconoció en ese sentido, que en los últimos años se ha designado en dichos organismos a personas capaces que han sabido dirigir las política públicas, incluso, dice, se han escuchado algunas recomendaciones por parte del propio sector de la vivienda.
“Creo que la gran diferencia que hay en relación con el pasado, es que ahora tenemos instituciones muy sólidas y ya no es tan fácil mandar (a dirigir a los organismos de vivienda) a personas que no tienen la menor idea de lo que es la vivienda… El tiempo de que no saben dónde poner a alguien ya pasó. Hemos transitado eso durante muchos años y espero que ya no llegue, aunque uno se tiene que adaptar”, independientemente de quien llegue a la Presidencia de la República, comentó el empresario.
Recientemente Consorcio ARA emitió en el mercado de valores certificados bursátiles por 1,350 millones de pesos, recursos que utilizó para mejorar su perfil de deuda, además de dividir en parcialidades el crédito sindicado y liberar garantías.
Para 2018, la empresa tiene previsto invertir en ocho desarrollos inmobiliarios que se ubicarán en la Ciudad de México, Playa del Carmen, Acapulco y Toluca. Los frutos de los nuevos complejos se verán a partir del 2019, y mantendrá la diversificación del segmento de vivienda. En este año ARA estima un crecimiento de entre 6% y 8%.
En 2017 la empresa tuvo cuatro nuevas aperturas y sumó 48 desarrollos alrededor del país, en diferentes niveles de maduración.
Consorcio ARA inició operaciones en 1977 y comenzó a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores a partir de 1996. En la actualidad construye en los tres segmentos inmobiliarios comprendidos en 40% para la vivienda de interés social y el 60% se divide entre construcciones de interés medio y residencial.
La emisión de certificados bursátiles de ARA cuenta con la calificación de “mxA” por parte de las firmas Standard and Poor´s y HR “A+” por parte de HR Ratings, la cual indica que el emisor ofrece seguridad aceptable para el pago oportuno de las obligaciones de deuda.
Bajo el mismo programa financiero, que contempla la colocación de bonos por hasta 4,000 millones de pesos, el consorcio inmobiliario estima emitir nuevos certificados de deuda en la segunda mitad del año.
De acuerdo con la guía de resultados del 2017, publicada en la BMV, la inmobiliaria mexicana espera un crecimiento en utilidad neta de aproximadamente 22%, o 895 millones de pesos, además de un flujo libre de efectivo de un poco más de 1,150 millones pesos.