Moisés Sánchez Limón
Cuando Xóchitl Gálvez Ruiz y Manuel Velasco irrumpieron en la vida pública de México, portaban banderas de democracia, respeto a la actividad política, ambición de servir, no servirse del poder. Presumían honestidad y transparencia en una carrera en la que son garbanzo de a libra ese tipo de políticos.
Llamaron la atención, ella, ingeniera de profesión e integrante del gabinete del entonces presidente Vicente Fox, en la cartera de la naciente Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; él, un joven abogado de profesión que había sido diputado local, luego federal y después senador por el Partido Verde Ecologista, que despuntaba como una carta fuerte rumbo al gobierno de Chiapas, su terruño.
Al paso del tiempo, se convirtieron en encantadores de serpientes, políticos populistas y dicharacheros que hicieron de la promesa una bandera de demagogia, símiles de aquello que cuestionaban y censuraban.
Hoy, ella ha cambiado de bandera y, merced a la extraña alianza del PAN con el PRD y Movimiento Ciudadano, se convirtió al perredismo como candidata de esas tribus que la harán llegar al Senado. Quiso ser gobernadora del estado de Hidalgo y estuvo en un tris de lograrlo como abanderada albiazul.
Quiso ser jefa delegacional en Miguel Hidalgo y lo logró con la bandera de denuncia contra su antecesor, entonces militante del PRD. Vaya, descalificó, cuestionó y acusó de corrupción a un prohombre del PRD y, hoy, es la candidata del PRD al Senado.
¿En qué momento, Xóchitl Gálvez perdió la brújula y abandonó convicciones y sustento ideológico? ¿En qué momento olvidó sus banderas de campaña y se sometió a la praxis de la corrupción?
Porque hoy, es acusada de engaño, doble moral, nepotismo, nula atención al pueblo, obras inconclusas y resurgimiento de giros negros y construcciones fuera de la ley,
Esos, acusa Julio César Higuera, presidente del Consejo Ciudadano de la Delegación Miguel Hidalgo, son los resultados de la administración de Xóchitl Gálvez, quien se postulará por el PRD para ser senadora de partido.
Higuera puntualiza: el legado del gobierno de Xóchitl Gálvez puede sintetizarse en una sola oración: “fue una pesadilla de más de dos años”.
Y denunció, como cita en declaraciones a la agencia informativa almomento, que la administración de Gálvez se distinguió por la corrupción, tanto que “pagó obras no terminadas como la remodelación del mercado “El Chorrito” y se coludió con autoridades judiciales en zonas como Lomas Virreyes, donde fue omisa y toleró la construcción de una universidad”.
Además, ha sido denunciada por proteger “antreros” y “constructores” que le presentaron documentación falsa y que ella dio “por buena” en un sinnúmero de casos. Y es que, sostiene Higuera, envuelta en un manto de supuesta moralidad a toda prueba, Xóchitl permitió el regreso de giros negros en Polanco, creció el número de ambulantes y gastó millones de pesos sin rendir cuentas a los ciudadanos.
Incluso, Carlos Ledezma, vocal 2 del Consejo Ciudadano y coordinador vecinal de la Colonia México Nuevo, denunció que la delegación “tiene un atraso con tufo de corrupción en la conclusión de las obras contratadas vía presupuesto participativo en más del 40% de las colonias, sin que la autoridad delegacional informe las causas”. ¿Y será senadora?
Bueno, en la acera de enfrente, el coordinador de los diputados federales del Partido Verde Ecologista de México, Jesús Sesma, dio la nota y evidenció esa desbordada ambición de poder y, por supuesto para cubrirse con el manto del fuero de la impunidad, del joven Manuel Velasco Coello, quién abusó del poder y sumió al estado de Chiapas en una crisis de gobernabilidad.
En otros tiempos, el Güero Coello habría sido renunciado por la mitad de las tropelías cometidas por él y su círculo de colaboradores. El caso de “las mujeres del Güero Coello”, merece un capítulo aparte. Por de pronto, Jesús Sesma Suárez, ofendió al sentido común de los electores cuando, el martes pasado, divulgó, mediante su oficina de prensa en la Cámara de Diputados, un desplegado que evidencia quién manda en el Verde y cómo los diputados pueden perder la dignidad en una supuesta postura democrática y de dizque servicio a la patria.
Sesma se hizo a un lado y dejó el espacio a su jefe, Manuel Velasco Coello. Veamos:
“A LA OPINION PÚBLICA:
“Como todos ustedes saben, el pasado 18 de marzo se dio a conocer mi candidatura al Senado de la República para el periodo 2018-2024, por parte de mi Partido, el Verde Ecologista de México.
“Esta distinción me llenó de una gran satisfacción pues llegó después de una militancia de casi 20 años en las que no solo he defendido y apoyado las causas y aspiraciones ambientalistas de miles de mexicanas y mexicanos en todo el país, sino en la que también he conseguido importantes logros para todos ellos.
“Sin embargo, fiel a mis convicciones de siempre apoyar esas causas por encima de los proyectos personales, el día de hoy propuse al Consejo Político Nacional de mi Partido, la sustitución de mi candidatura para incorporar en ella a una persona que representa los más altos valores sobre los cuales se fundó y sigue trabajando el Partido Verde: al gobernador del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello.
“Estoy seguro que su integración como miembro del Senado en la siguiente Legislatura, dará al Poder legislativo más fuerza, más experiencia y abonará a seguir construyendo la nación fuerte, moderna y democrática que la sociedad mexicana necesita.
“Por mi parte, agradezco a mis compañeros de la dirigencia del Partido Verde el apoyo incondicional que me han brindado en todo momento y les reitero mi compromiso para seguir luchando a su lado, en cualquier labor que me encomienden.
Atentamente,
Dip. Jesús Sesma Suárez
Coordinador del PVEM en la Cámara de Diputados”
Y, bueno, el Güero Velasco, dispuesto a sacrificarse por la patria. ¡Vaya ofensa! Y son los que nos gobiernan. En mi pueblo, a personajes como Xóchitl y Manolo les dicen de fea forma. Conste.
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