Fiscalía alemana solicita la extradición de Carles Puigdemont

El Ministerio Público había comunicado desde un principio que daría a conocer su decisión después de los días festivos de Semana Santa, que en Alemania se extienden hasta el lunes de Pascua

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La Fiscalía General de Schleswig-Holstein solicitó este martes la extradición a España del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont por rebelión y malversación y ha pedido mantenerlo en prisión por riesgo de fuga.

La Fiscalía General de Schleswig-Holstein solicitó este martes la entrega del ex presidente catalán a España ante el Tribunal Regional Superior (OLG) de esa región del norte de Alemania, donde está detenido el líder separatista, de acuerdo con el sitio de noticias Deutsche Welle (DW).

El Ministerio Público había comunicado desde un principio que daría a conocer su decisión después de los días festivos de Semana Santa, que en Alemania se extienden hasta el lunes de Pascua. La complejidad del caso llevó a las autoridades a agilizar el proceso.

Presentada la solicitud, el OLG deberá ahora analizar la petición de la Fiscalía para ver si existen pruebas, para lo que contará con toda la documentación enviada desde España y determinará si la entrega a las autoridades españolas es admisible legalmente.

Existe un límite máximo de 60 días para mantener detenido a Puigdemont hasta que la Justicia alemana decida su entrega a España en el caso de que el líder independentista catalán no acepte su extradición.

«La acusación de rebelión contempla, esencialmente, la celebración de un referéndum inconstitucional a pesar de que eran de esperar enfrentamientos violentos», destaca en un comunicado la Fiscalía, que considera que el delito que imputa la Justicia española a Puigdemont puede ser equivalente al de alta traición que recoge el Código Penal alemán.

Puigdemont, explica la Fiscalía, optó sin embargo por mantener la consulta pese a esas advertencias y comprometió a la policía autonómica a garantizar que los partidarios de la independencia pudieran participar en el referéndum.

«No es exigible legalmente una coincidencia literal de los preceptos alemanes y españoles», sostuvo.

Las acusaciones de malversación de fondos públicos y de corrupción para llevar a cabo el referéndum ilegal secesionista del 1 de octubre de 2017, continúa la Fiscalía, se corresponden con el delito de malversación también recogido en el Código Penal alemán.

«Continúan la razones para su detención por riesgo de fuga», subraya la Fiscalía, quien considera que medidas menores a la prisión no garantizan su permanencia en Alemania mientras la Audiencia Territorial de Schleswig decide sobre su extradición.

El ex jefe del Gobierno de Cataluña, destituido en octubre por Madrid a raíz de la escalada de su proceso independentista, fue detenido hace poco más de una semana en un área de servicio del norte de Alemania en virtud de una orden de arresto europea emitida dos días antes por el Tribunal Supremo español, que lo investiga por rebelión y malversación.

El lunes de la semana pasada, la justicia alemana decidió mantenerlo en la cárcel de Neumünster, en el norte del país, mientras estudiaba su posible entrega a España.

Puigdemont fue detenido el domingo 25 de marzo en el norte de Alemania, poco después de cruzar la frontera con Dinamarca, en cumplimiento de la euroorden dictada por el juez Pablo Llanera.

El expresidente trataba de regresar a Bruselas, donde residía desde que huyó de la justicia española hace cinco meses, tras una visita de dos días a Finlandia, donde había dado una conferencia y se había reunido con parlamentarios finlandeses.

Un día después de su arresto, un juzgado de primera instancia alemán decretó que permaneciese en prisión de forma provisional mientras la fiscalía estudiaba la petición de extradición española porque consideraba que había riesgo de fuga.

Durante su estancia en la cárcel, ha recibido la visita de sus abogados, el español Jaume Alonso-Cuevillas y el alemán Wolfgang Schonburg, así como de varios políticos alemanes, como el eurodiputado euroescéptico Bernd Lucke y el diputado de La Izquierda Dieter Dehm.