Populismo, más perjuicios que beneficios: IP

Propuestas políticas solo buscan llenar urnas a cualquier costo, advierte estudio del sector privado

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Ciudad de México.- Las propuestas políticas, especialmente en campañas electorales, se centran en la obtención de votos, independientemente de si son viables o no, que al parecer es lo que menos importa, en tanto se cumpla el objetivo de llenar las urnas. Sin embargo, necesariamente terminan formando parte de los programas de gobierno, por ello hay que tomarlas en serio.

Lo preocupante es que los planteamientos populistas han sido capaces de lograr que la población confíe en propuestas que han generado expectativas que en principio parecen benéficas, sin reflexionar en los impactos que estas puedan tener sobre la misma sociedad en el corto y mediano plazo. Estos aparentes beneficios terminan y la historia así lo demuestra, atentando contra la actividad económica, la creación de empleos y evidentemente en contra del bienestar de los hogares.

Esta es sin duda una manera de seducir a los ciudadanos que demuestran una falta de conocimiento sobre economía e historia, pero sobre todo es una falta de ética política al buscar, al costo que sea, el apoyo popular. Los ciudadanos no tienen por qué saber de economía por ello más importante es la sensatez de los planteamientos.

Recientemente hemos escuchado la propuesta de fijación de precios de productos estratégicos para la actividad económica, que documentado está, implicaría serios desequilibrios para el mercado, propiciando efectos tan negativos que al final del día, terminarán afectando a los que menos tienen, justo a aquellos que el discurso dice beneficiar.

Cuando el estado decide intervenir a través de la fijación de precios, que generalmente es por debajo del precio de mercado con la intención de beneficiar a algún sector o grupo a través de subsidios, es un hecho que la oferta de ese bien se ve afectada debido a que el incentivo para producirlo se reduce, de tal manera que los dueños del capital preferirán invertir sus recursos en otro sector o actividad en la que los precios no respondan a factores artificiales, sino a la evolución de las fuerzas de la oferta y la demanda.

En este entorno, la disminución de la oferta, acompañada de un aumento en la demanda, se convertirá en un entorno de escasez, el cual no se podrá corregir debido precisamente a que la intervención del estado limita la dinámica natural del mercado.