Ciudad de México.- Los fundamentales macroeconómicos sólidos permiten a México tener un menor impacto ante el entorno de complejidad global, como sucedió hace 10 años con la crisis que se desató con la quiebra de Lehman Brothers.
Así lo aseguró el director general de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), José Oriol Bosch, quien aseguró que los fundamentales macroeconómicos “son clave” para enfrentar estos entornos adversos de la economía.
Luego del lanzamiento del Blog Oficial “Hablemos de Bolsa”, el directivo destacó que 2019 “será un año de cambio, y como todos los años de cambio, será un año de oportunidades”, en donde la bolsa es el mecanismo idóneo para financiar cualquier tipo de proyectos, tanto empresariales como de gobierno.
“La expectativa para nosotros es buena, estamos preparados, tenemos los productos, la siguiente administración puede utilizar a la Bolsa para los proyectos que tiene”, lo mismo que las empresas, subrayó.
El directivo explicó que el movimiento de tasas de interés en mercados desarrollados como Estados Unidos genera presión en los mercados emergentes, sin embargo, hay algunos que tienen mejores fundamentales que otros.
“Estamos viendo el caso de Turquía, en la región de Latinoamérica la presión sobre todo en la moneda y en tasas de interés en Argentina, está habiendo volatilidad en otros mercados como en Italia, pero en el caso de México los mercados se han comportado muy bien, los fundamentales aquí son mucho más sólidos y eso ayuda”, afirmó.
Añadió que el peso mexicano es de las monedas que mejor comportamiento muestra. “En México no se ha visto todavía ningún impacto como en otros países, lo mismo la Bolsa, que sí ha tenido algún ajuste pero sigue cerca de los 49 mil puntos”, agregó.
Y aunque existe presión en los mercados emergentes hay unos que tendrán más efectos que otros, “la clave es tener unos fundamentales sólidos y en el caso de México si están, entonces el impacto si lo hay debería ser menor”.
Agregó que los mercados mexicanos “se están comportando muy bien”, sobre todo después del proceso electoral y en el marco del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Recordó que esta condición ya se había reflejado en 2008, cuando se desató una de las crisis económicas más grandes y profundas a nivel mundial, pues en ese momento tampoco ninguna institución tuvo problemas ni quebró.
“La regulación que había en ese momento era mucho mejor y más sólida de lo que había en otros países, porque México acababa de vivir una crisis en 94-95 y en ese momento el impacto que tuvimos fue por Estados Unidos”, añadió.
No obstante, a 10 años de distancia, la recuperación que hubo fue muy buena, los cambios en la regulatoria y comercial son positivos.
“No fue ni la primera y probablemente no sea la última crisis global, lo importante es estar preparado como fue el caso de 2008-2009, que estuvimos menos afectados que otros países y la clave tiene que ver con los macrofundamentales”, apuntó.