Ciudad de México.- A pesar de que México enfrentó un complejo entorno global en los últimos 6 años, fue gracias a una conducción económica responsable y prudente que hoy contamos con una economía fuerte y finanzas públicas sanas, destacó el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya.
En su comparecencia ante el pleno del Senado de la República, con motivo de la Glosa del VI Informe de Gobierno, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) habló de los resultados en la gestión del Presidente Enrique Peña Nieto.
En relación con las reformas estructurales, dijo que fueron resultado del impulso del Ejecutivo, y el consenso y trabajo del Congreso de la Unión, y destacó algunos de sus resultados: la reforma energética atrajo inversión esperada por 200 mil millones de dólares, la reforma de telecomunicaciones permitió que las tarifas celulares bajen prácticamente a la mitad y triplicó el acceso a banda ancha, mientras que la reforma financiera ha incorporado más de 4 millones de adultos por año al sistema financiero formal.
Mencionó que todos los beneficios de estos cambios constitucionales hubiesen sido insuficientes sin un manejo prudente en materia macroeconómica. En este sentido, el compromiso permanente de la administración fue tener un proceso gradual de consolidación fiscal que no pusiera en riesgo la estabilidad macroeconómica o comprometiera el presupuesto destinado a programas sociales.
Una primera parte de este esfuerzo involucró diversificar y fortalecer los ingresos del gobierno, lo que se logró con la reforma fiscal. Mencionó que, gracias a esta reforma, hoy la economía es menos vulnerable a caídas en el precio del petróleo.
Los ingresos petroleros pasaron de representar el 39 por ciento de los ingresos públicos al 17 por ciento. También, casi la mitad de todos los contribuyentes que hay en el país se incorporaron en esta administración, y se logró ser el país de la OCDE que más ha incrementado su recaudación tributaria como porcentaje del PIB en los últimos 6 años.
La segunda parte involucró mejorar la eficiencia del gasto público sin comprometer el presente ni futuro de los bolsillos de la población. Resultado de estos esfuerzos, hoy al compararse con casi todos los países del G20 y de América Latina, México cuenta con un superávit primario y una trayectoria de deuda decreciente como porcentaje del PIB.
González Anaya reiteró que todo lo anterior fue posible gracias a que México reaccionó de forma correcta a las situaciones adversas internacionales. Es por esto que la economía no será un problema en esta transición, porque el gobierno la deja sólida y fuerte. Esto ha sido posible por el trabajo conjunto entre los poderes, en un marco donde siempre ha imperado el diálogo y el respeto a las diferencias.