Tokio.- El secretario estadunidense de Estado, Mike Pompeo, se reunió este sábado con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, para coordinar y unificar posiciones respecto al proceso de desnuclearización de Corea del Norte que se encuentra estancado.
La ofensiva diplomática de Pompeo en Asia se produce cuando el presidente Donald Trump busca reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong Un, por segunda vez después de su cumbre de junio en Singapur.
Pompeo también se reunirá con su homólogo japonés, el ministro de Relaciones Exteriores Taro Kono, antes de dirigirse a Pyongyang mañana domingo.
Tokio es la primera parada de su gira de tres días por el este de Asia, que también lo llevará a Corea del Sur y China.
El secretario jefe del gabinete japonés, Yoshihide Suga, señaló ayer a los reporteros que trabajará con Washington en los esfuerzos por lograr la desnuclearización de Corea del Norte.
En declaraciones en su viaje hacia Tokio, Pompeo manifestó que su misión era «asegurarnos de que entendemos lo que cada parte realmente está tratando de lograr … y cómo podemos cumplir los compromisos que se hicieron» en Singapur.
Trump y Kim hicieron un vago acuerdo de «desnuclearización» en su cumbre, pero están en un punto muerto sobre cómo lograrlo.
Pompeo se ha negado repetidamente a discutir los detalles de las negociaciones, incluida una posición de Estados Unidos sobre la demanda de Corea del Norte de un final declarado de la Guerra de Corea.
También se ha distanciado de un objetivo declarado anteriormente como un hecho: lograr el abandono de las armas nucleares de Corea del Norte para el final del mandato de Trump en enero de 2021.
Hasta ahora, Corea del Norte ha suspendido las pruebas nucleares y de misiles, liberó a tres prisioneros estadunidenses y desmanteló partes de una instalación de misiles y entradas de túneles en un sitio de pruebas nucleares.
Sin embargo, no se han tomado medidas para detener las armas nucleares o el desarrollo de misiles.
Corea del Norte también ha acusado a Washington de realizar demandas unilaterales sobre la desnuclearización e insistió en que las sanciones deberían levantarse antes de cualquier progreso en las conversaciones nucleares.
El viernes, ambas Coreas celebraron una reunión de alto nivel en Pyongyang para discutir la implementación de los acuerdos que sus líderes hicieron en una cumbre el mes pasado, que incluyó la reducción de amenazas entre sus militares.
El domingo, en la capital norcoreana, Pompeo buscará resolver los detalles de una segunda cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte que el mandatario Tump afirmó que sostendría «en un futuro no muy lejano».
Luego de su viaje a Pyongyang, Pompeo visitará el mismo domingo Corea del Sur para reunirse con el presidente Moon Jae-in y el ministro de Relaciones Exteriores Kang Kyung Wha, y un día después llegará a China.
La gira de Pompeo se produce cuando Washington analizará con Pyongyang una declaración del fin de guerra entre ambas Coreas, a cambio de pasos concretos hacia la desnuclearización del Norte.
La Guerra de Corea de 1950-1953 terminó en un armisticio, no en un tratado de paz, lo que significa que ambas naciones vecinas técnicamente están en guerra.
Beijing y Seúl han expresado expectativas para la declaración, mientras que Tokio se ha mantenido cauteloso.
Pompeo canceló su viaje a la capital de Corea del Norte a fines de agosto debido a una falta de acción creíble por parte de Pyongyang, a pesar de que Kim se comprometió a trabajar para lograr la desnuclearización «completa» de la península.
En Singapur, Trump y Kim dieron un paso para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de que Estados Unidos hiciera concesiones a Pyongyang en material comercial, pero Washington desea que el régimen comunista primero cumpla totalmente su compromiso.
Corea del Norte también señaló que podría desmantelar su principal complejo nuclear en Nyongbyon si Estados Unidos toma las medidas correspondientes sin especificar cuáles son.