Pemex, la turbulencia financiera apenas comienza

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  • Urgen reanudar alianzas con particulares
  • Plan fiscal creíble
  • HSBC cede deuda a Sare en opacidad
  • Meade, consejero mundial

Agustín Vargas *

Más allá de la especulación natural y de los factores externos, los mercados financieros del país han mostrado mucho nerviosismo en los últimos días, en particular luego de que la agencia calificadora Fitch Ratings redujera la calificación a los bonos de Pemex, que dirige Octavio Romero Oropeza.

Según algunos analistas financieros –a los que sin duda el Presidente Andrés Manuel López Obrador descalificaría y de nueva cuenta se atrevería a llamarlos hipócritas, por decir lo menos–, se percibe la situación de la empresa petrolera del Estado mexicano como un riesgo importante para la estabilidad macroeconómica del país.

Lo que es un hecho es que el gobierno mexicano ha actuado ante la emergencia financiera de Pemex, inyectando recursos al tiempo de disminuirle su carga tributaria. Esto, sin embargo, en opinión de inversionistas y especialistas no será suficiente para revertir la caótica situación de la empresa, pues para ellos los problemas estructurales de la entidad, es decir su escasa generación de flujo de capital y la baja producción, no han sido atendidos en su justa dimensión.

Según Carlos Serrano, economista jefe del BBVA Bancomer, que preside Jaime Serra Puche, esto tendría consecuencias graves, ya que un porcentaje importante de los tenedores de bonos de Pemex se verían forzados, por reglas internas o regulaciones, a liquidar su posición, lo que a su vez resultaría en una caída en los precios de estos bonos.

Esto resultaría, dijo, no solamente en un daño a la confianza hacia México, sino que también causaría turbulencia en el sistema financiero mexicano. Para mitigar este riesgo, el gobierno anunció un apoyo a Pemex por 3 mil seiscientos millones de dólares (además de la intención de reducir el robo de combustibles en mil seiscientos millones de dólares).

Para el economista, las medidas anunciadas por el gobierno van en la dirección correcta y evitará la baja en la calificación por algún tiempo, pero no son suficientes y tampoco evitarán que la caída en la producción petrolera se detenga.

La capacidad que tiene el gobierno para apoyar a Pemex y solucionar sus problemas es limitada debido al poco margen fiscal que se tiene. Ante ello, el especialista propone adoptar tres estrategias estructurales que mejoren la perspectiva de Pemex a largo plazo, lo cual además reduciría sustancialmente la posibilidad de que pierda el grado de inversión sin presionar a las finanzas públicas.

1.- Reducir al mínimo la inversión planeada en refinación: Pemex pierde cerca de 100 mil millones de pesos al año en esta actividad que a nivel global muestra bajos márgenes. Es mejor centrar los esfuerzos en exploración y producción petrolera en aguas someras

2.- Reanudar cuanto antes las alianzas con empresas privadas (farmouts). Esto traería inversiones que ni la empresa ni el gobierno pueden realizar y constituye la única opción realista para detener la caída en la producción petrolera

3.- Anunciar un plan para que de manera gradual y creíble se reduzca la carga fiscal de la empresa.

El asunto aquí es que si Fitch o Moodys, otra de las más influyente calificadoras globales, bajan la calificación a Pemex un escalón más la ubicarían por debajo del nivel denominado como grado de inversión, con lo que las aguas se volverían más turbias. Eso sin duda.

HSBC cede deuda a Sare en opacidad

Un “evento relevante” que virtualmente ha pasado inadvertido en el mercado financiero fue la “cesión” de deuda que realizó el banco HSBC, que dirige Nuno Matus, a un grupo de accionistas de Sare Holdings con la finalidad de apoyar las finanzas de la desarrolladora de vivienda.

Eso es todo lo que se sabe, no se dieron a conocer el monto ni los nombres de los accionistas que capitalizarán la deuda parcial o totalmente, ni a cambio de qué HSBC hizo tal concesión y las consecuencias de esta pérdida en su balance.

Estamos ante una total falta de transparencia por parte de Sare, empresa que en 2014 dejó de ser operada por la familia Sánchez Carvajal y por la que han pasado numerosas personalidades en su dirección para tratar de enderezarla, entre ellos Víctor Manuel Borrás, exdirector general del Infonavit y exdirectivo de Bancomer, pero que no han tenido éxito.

Sare ha reportado pérdidas netas los últimos seis años y hasta el tercer trimestre de 2018, una deuda bursátil y bancaria de 640 millones de pesos. No detallaron qué parte de esa deuda corresponde al HSBC.

Esto no abona a la transparencia del mercado financiero mexicano pues la empresa tiene más crédito vencido con otros bancos y emisiones privadas de bonos en manos de inversionistas que en su momento confiaron en ellos.

Meade, consejero mundial

Por cierto, y hablando del HSBC, resulta que, de acuerdo con una filtración difundida ayer, el excandidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, posiblemente sea contratado como “consejero mundial” de este banco.

Hacen énfasis que, de concretarse el nombramiento, su área de operación no incluiría México para evitar conflictos de interés; sin embargo, de cualquier manera el anuncio ya comenzó a hacer ruido político en estos tiempos de polémicas por los intercambios de funcionarios entre los gobiernos y las grandes empresas, el modelo de las “Puertas Giratorias” como le dicen en Estados Unidos.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx