Necesario impulsar crecimiento económico con sector empresarial: Galindo Favela

“En esta nueva administración tendremos que evaluar los resultados de esas políticas públicas. Es muy costoso para el país esperar seis años para ver si funcionaron o no”, indicó el diputado

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Ciudad de México.- El diputado Fernando Galindo Favela (PRI), presidente de la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad, destacó la importancia de impulsar una agenda conjunta con el sector empresarial que fije una ruta para incrementar el Producto Interno Bruto (PIB).

Durante una reunión con el Carlos Salazar Lomelí, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), agregó que si no hay recursos desde el punto de vista de política de gobierno para programas que generan un multiplicador en la economía, será muy complicado tener un crecimiento, por lo que es necesario buscar más inversión pública y privada.

Reconoció que es fundamental tener información y la visión del sector empresarial, porque el Ejecutivo debe proponer políticas públicas, y a la Cámara y a la comisión les toca evaluarlas y definirlas en el proceso más importante de política pública que es el Presupuesto de Egresos de la Federación.

“En esta nueva administración tendremos que evaluar los resultados de esas políticas públicas. Es muy costoso para el país esperar seis años para ver si funcionaron o no; hay criterios mínimos para ver si un proyecto es rentable o no”.

Agregó que la información que dé el CCE sobre el impacto de las nuevas políticas públicas, será útil al momento de integrar el nuevo presupuesto, para tener herramientas e insumos.

“Lo que nos importa es la política pública y los beneficios concretos para la gente; no que le vaya mal a un gobierno o a un grupo. Queremos que le vaya bien a México y es la agenda que podemos construir”.

Consideró que es fundamental mantener esta interacción, pues el objetivo de esta comisión es proponer modificaciones legislativas, “sobre todo desde el punto de vista presupuestal, que haya tiros de precisión que puedan fomentar el desarrollo económico, porque los recursos, sin duda, deben ir a reducir la pobreza, pero en programas que permitan multiplicar el crecimiento económico”.

De Morena, el diputado Azael Santiago Chepi dijo que el objetivo es acabar con la desigualdad del país y crecer con innovación, tecnología y los medios actuales, pero hay comunidades donde no hay acceso a la telefonía o al internet. Pidió saber de qué manera el CCE puede contribuir para proveer herramientas elementales y combatir la pobreza.

La diputada Silvia Guadalupe Garza Galván (PAN) preguntó cuáles son las perspectivas económicas del sector empresarial en torno al T-MEC y la desaceleración global, y qué hacer con la dependencia comercial con Estados Unidos, y el probable cierre de la frontera.

Soraya Pérez Munguía, diputada del PRI, dijo que se observa una contradicción del gobierno, porque por un lado cancela proyectos de infraestructura como el nuevo aeropuerto que significaría una derrama fuerte a la economía y, al mismo tiempo, hay proyectos como El Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas, que son poco transparentes. Pidió saber el compromiso del CCE para el sureste mexicano.

Del PT, la diputada María Teresa Marú Mejía cuestionó por qué seguir con el mismo discurso de señalar lo que se requiere por parte del gobierno y no optar por ver realmente a lo que el CCE se puede comprometer para ayudar a la erradicación de la pobreza.

La diputada de MC, Geraldina Herrera Vega dijo que queda claro que la pobreza se combate con la creación de empleos; sin embargo, vemos preocupación en el sector económico. Preguntó cómo ven la cancelación del aeropuerto en Texcoco y del Consejo de Promoción Turística.

Del PES, el diputado José Ángel Pérez Hernández inquirió cómo es que realmente puede crecer la inversión y disminuir la pobreza, porque han pasado sexenios sin que esa situación de carencia mejore.

La diputada Claudia Reyes Montiel (PRD) preguntó cómo observa el CCE las decisiones del gobierno federal y sus argumentos de hacer ahorros desapareciendo organismos como el Consejo de Promoción Turística o el Instituto Nacional del Emprendedor.

Al dar respuesta, el presidente del CCE comentó que lo que ha pasado es que se disminuye cada año la inversión. “En los últimos 10 años, la inversión privada tiene las mismas tasas de crecimiento, pero la pública ha caído hasta 17 o 20 por ciento en algunos años”.

Aseguró que si se quiere crecer arriba de la tasa del 2 por ciento, es necesario elevar la inversión al Producto Interno Bruto, para que pase del 21 al 25 por ciento. “Ese brinco representaría entre 30 mil a 45 mil millones de dólares de inversión anual. Se ha descuidado enormemente la inversión, tanto en mantenimiento como en nueva infraestructura”.

Explicó que hay dos motores de crecimiento: el consumo interno y el sector exportador, pero no ha sido suficiente para el desarrollo nacional.

Respecto de organizaciones o iniciativas que se han eliminado en estos meses, señaló: “no puedo decir si es bueno o malo. Sería muy bueno si tenían resultados pobres, sería malo si tenían resultados adecuados. Si los recursos no estaban tras el objetivo para el que fueron creados, qué bueno que se eliminaron; sin embargo no tengo los elementos”.

“Es muy temprano para hacer juicios, pero esperaríamos que si el sector emprendedor no funciona, se podría juzgar eso. En el caso del Inadem, la Secretaría de Economía –de acuerdo con su titular- se ha malinterpretado, porque esa dependencia tiene como gran objetivo captar esas iniciativas que promuevan las pequeñas empresas”, comentó.

“En lo que estoy de acuerdo es que una sociedad que no emprende y desarrolla la capacidad de su gente, se quedará sin resultados. Nosotros tenemos que incentivar esto”, agregó.

Hay que ver el problema de la pobreza en partes, primero atacar la carencia extrema, en donde sí ha habido avances, no al tamaño de nuestra economía o en la cantidad de recursos que se ha gastado en programas sociales, porque “recordemos que se ha estimado que había alrededor de 3 mil programas; sin embargo, 10 millones de personas padecen pobreza extrema y es algo que no debemos aceptar”.

Comentó que México crece en general al 2 por ciento, pero cuando lo divides, hay zonas que lo hacen al 2, mientras que otras al 4 o 5 por ciento. “Hay un déficit de importación con China, pero no creen que no se pueden crear las cosas aquí. Estimamos que no se han encontrado mecanismos correctos y la labor de los empresarios es invertir y pagar sus impuestos”.

No coincidió con la figura de que el empresario no paga impuestos, “si no, pues de dónde creen que salen los 5.8 billones que se van a gastar este año; es de los impuestos de los empresarios, sino todo sería deuda”.

En su intervención inicial, Salazar Lomelí afirmó que existe el compromiso de combatir la pobreza extrema, “porque un país como México, con sus capacidades, su potencial, su tamaño, su economía, su sector externo que es definitivamente envidiable, no debería tener los índices de pobreza extrema que soportamos aquí, pues convivimos con el hecho de que 7.1 por ciento de los mexicanos tenga problemas para comer tres veces al día”.

Destacó que en México hay un millón 300 mil empresarios, “que no se consideran así, pero lo son”, y planteó la importancia de fomentar la actividad económica, e impulsar la inversión, aumentarla a 25 o 26 por ciento del PIB para poder fortalecer el crecimiento económico.

“Tenemos recursos financieros, talento y la capacidad de desarrollar políticas industriales más agresivas para estimular áreas prioritarias para crecer y desarrollarnos”.  Manifestó su disposición para trabajar junto con los legisladores y el gobierno para el mejor desarrollo del país.

Destacó que existen áreas de oportunidad muy grandes que no se aprovechan por falta de una política industrial agresiva. “Ha sido difusa, no hay una política clara para explotar las ventajas competitivas, y lo mejor que tenemos es ser un país exportador tan grande que se deberían juntar todas las economías de América Latina para exportar lo mismo que México”.

Añadió que la nación podría crecer más del cuatro por ciento si hubiera una mejor organización, con incentivos adecuados y respeto a la legalidad para aumentar la inversión.

Refirió que para impulsar la inversión y la competitividad económica es fundamental garantizar el acceso de los jóvenes a oportunidades en la medida en que se capacitan; fomentar la innovación como centro de la política industrial económica del país y aumentar la inversión en infraestructura, porque genera desarrollo.

Para ello, dijo, es indispensable un enfoque de legalidad y respeto a leyes, “a lo que ustedes producen como legisladores y ese debe ser el centro del actuar de cualquier ciudadano”. Se trata sólo de aplicar la ley cuando se tiene que aplicar, subrayó, aunque eso se interpreta como violencia, ir en contra de las personas y transgredir sus derechos.

Además, aseguró que se requiere también un enfoque de finanzas públicas “visto en los dos sentidos; ingreso y gasto. Hay mucho qué hacer del lado del gasto para ser eficaces y eficientes”. Enfatizó la importancia de mejorar la estructura del gasto y digitalizarlo, pues los países que han avanzado en bajar, mover y orientar recursos han tenido como principio básico la digitalización.

Expresó que las relaciones internacionales deben ser parte estratégica fundamental de esta agenda empresarial, pues México como país exportador debe diversificar sus mercados sin descuidar al socio principal, que es Estados Unidos. “Hay que ver si es viable exportar a los chinos, a los asiáticos; entrar mejor a los mercados latinoamericanos y europeos. Eso será un plus a lo que tenemos”.

Precisó que es necesario promover la democracia y la participación ciudadana. “Muchos temas deben fluir por ahí, en el cómo respetarnos, tolerarnos, entender que podemos tener visiones distintas, pero al final nos une una visión común, que es el país. En la medida que tengamos esa visión podremos discutir nuestras diferencias en un ambiente democrático y de tolerancia”.

Manifestó su preocupación sobre la reforma laboral, “que apoyamos, incentivamos y promovimos”. Señaló que conociendo la experiencia de otros países y sociedades, se pueden prever problemas que pudimos haber resuelto de manera sencilla, sin cambiar el espíritu de la legislación laboral.

Aplaudió la modernización de las leyes laborales, “qué bueno que se está logrando, pero qué malo que no tuvimos la oportunidad de platicar pequeños ajustes que pudimos haber hecho para que saliera mejor de lo que puede estar hoy”.