Economía sumergida en la incertidumbre

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La baja en las expectativas de crecimiento del PIB nacional refleja el ciclo recesivo en el que se encuentra México; La nueva administración debe presentar de manera urgente una política económica que ayude a impedir que la recesión siga avanzando 

Agustín Vargas

Al inicio del sexto mes de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la economía mexicana continúa sumergida en un mar de incertidumbre e indefiniciones sobre el rumbo que seguirá en lo que resta del año y el siguiente, pues los números no le cuadran a la actual administración, que insiste en que el país tendrá un crecimiento en su Producto Interno Bruto superior al de años anteriores, por encima del 2%.

Sin embargo, las condiciones externas e internas del país no alcanzarán para ello y tan es así que los principales organismos financieros nacionales e internacionales, como el Banco de México y el Fondo Monetario Internacional, seguidos de algunos bancos de inversión globales ya desestimaron los pronósticos de crecimiento del gobierno mexicano.

De hecho, hace un par de semanas el FMI bajó su pronóstico de crecimiento económico de México ante las dudas de las políticas de AMLO y el freno a las reformas estructurales; estima que el PIB mexicano crecerá a 1.9% en 2020.

Y es que las dudas e incertidumbre siguen manchado los primeros meses de gobierno de AMLO y es que por más que el presidente mexicano insista en que su modelo económico se basa en los resultados del combate a la corrupción, sus cifras de crecimiento no logran convencer a especialistas.

En su más reciente análisis sobre la economía mexicana, el FMI llamó a evitar el retraso de las reformas estructurales al señalarlas como “necesarias” para fomentar la inversión privada y la creación de empleos.

Mientras que el mandatario mexicano asegura que México crecerá hasta en 2% por ciento en 2019 y al final de su sexenio logrará un dinamismo del 4% de expansión en el PIB, el FMI consideró reducir su perspectiva para 2020 a 1.9 % y para el cierre del primer año de gobierno de AMLO espera 1.6 % de dinamismo, anteponiendo el cambio en las percepciones sobre la dirección de las políticas del gobierno federal.

“La confianza se debilitó y los bonos soberanos aumentaron en México, tras la cancelación por parte del gobierno de un aeropuerto planificado para la capital y el retroceso en las reformas de energía y educación,”  destaca el Informe Perspectivas Económicas Mundiales que el FMI presentó al inicio de la segunda semana de abril.

Para el cierre de la administración de López Obrador, los números tampoco dan como lo estima el mandatario. El FMI considera que para 2024 el PIB de México podría aumentar 2.7%, muy por debajo del 4 % estimado por el Ejecutivo.

Sin rumbo definido

Para el economista Raymundo Tenorio, catedrático de la Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y ex funcionario del Banco de México, la nueva baja de expectativas de crecimiento que anunció el Banxico obedece a la inexperiencia y falta de capacidad de una política económica del gobierno de AMLO. “No hay rumbo para la economía mexicana”, advirtió el especialista en declaraciones para Global Media.

Consideró que la nueva expectativa trimestral que publicó el Banco Central de 1.1% y 2.1% de crecimiento económico, refleja el ciclo recesivo en el que se encuentra México, aunque justificó que no necesariamente esta situación es responsabilidad del actual gobierno.

Sin embargo, puntualizó que la nueva administración debe presentar de manera urgente una política económica que ayude a impedir que la recesión siga avanzando.

“Vamos a seguir creciendo mediocremente pero ahora por debajo de lo mediocre, 1.1% como piso. Todavía no conocemos la política económica de éste gobierno pero lo peor es que no terminan de entender que esto impacta en los ingresos de las familias y las empresas. No hay un planteamiento de una política económica de manera urgente… las diferencias entre el sector privado y el gobierno presidencial, son otro factor que preocupa, cuando éste sector genera el 85% de la productividad del PIB”, indicó el especialista.

Más aún, sostiene que la inexperiencia del nuevo gobierno ha provocado que se desacelerara la inversión privada, el consumo interno y aunado al gasto de gobierno que en aras de impulsar la austeridad está rayando en lo miserable, además de caer en improvisaciones y destrucción de inversiones, advierte.

Cabe destacar que diversos pronósticos respecto a la marcha de la economía mexicana en 2019 continúan ajustándose para mal. Hace apenas unos días el Grupo Financiero Citibanamex dio a conocer los resultados de su encuesta de expectativas económicas y entre los resultados que arrojó destaca que el pronóstico para el crecimiento económico en 2019 es de apenas 1.7%; mientras que para el 2020, la mediana de los estimados de crecimiento del PIB es 1.9%.

En ese mismo tenor, el Grupo Financiero BBVA Bancomer ajustó sus pronósticos de crecimiento de la economía para 2019 y lo redujo a 1.4%, esto, según explicó, por menor dinamismo del sector manufacturero en Estados Unidos y el retraso en la recuperación de la inversión.

Violencia cobra factura a economía

La violencia en México, cada día más cruenta y al alza, no sólo afecta emocional y físicamente a la sociedad, sino que también tiene un alto costo económico. Datos del Instituto para la Economía y la Paz, durante el 2018 las pérdidas para México debido a hechos relacionados con la violencia fueron estimadas en 5.16 billones de pesos.

Esa cifra es equivalente al 24% del Producto Interno Bruto y según el reporte, cada mexicano perdió 41,181 pesos por la violencia, más de cinco veces el salario mensual de un trabajador mexicano.

De igual forma señala que “si la violencia y su respectivo impacto económico se redujeran al nivel registrado en los cinco estados más pacíficos de México (Yucatán, Campeche, Tlaxcala, Chiapas e Hidalgo), el dividendo de paz resultante ascendería a 10 billones de pesos durante un periodo de cuatro años”.

Carlos Juárez, director del IEP, comentó que México se encuentra sumergido en una “crisis de violencia”, ya que la paz de la nación tuvo un retroceso de 4.9%, y no obstante que el nivel de paz mejoró en 10 estados, en 22 se deterioró.

Para cambiar esta situación Juárez considera que es necesario que el Estado genere una estrategia más amplia de combate a la violencia así como reducir la “ineficiencia” de las autoridades.

Estados con mayor violencia en el 2018

Según la investigación los estados más violentos son Baja California, Guerrero, Colima, Quintana Roo y Chihuahua. En contraste, Yucatán continúa siendo el estado más pacífico del país. Le siguen Campeche, Tlaxcala, Chiapas e Hidalgo.

El reporte señala que para conseguir niveles bajos de violencia las autoridades de Baja California Sur, Sinaloa y Sonora, pusieron en marcha programas que incorporaron mecanismos intergubernamentales, con la participación de empresas y de la sociedad civil.

Como parte de las conclusiones obtenidas por los investigadores se señaló que “México es débil en varios pilares clave como niveles de corrupción, funcionamiento de gobierno y libertad de los medios”. Explicando  que  “la debilidad en estos pilares se manifiesta entre otras cosas con los ataques a políticos y periodistas, y los altos niveles de impunidad”.