Convenio de Minamata entrará en vigor en agosto

El convenio regula el uso del mercurio, el cual está enlistado en las Naciones Unidas como uno de los 10 químicos que más afecta la salud humana y el medio ambiente.

635

Ciudad de México.- Hoy el mundo dio un paso histórico en la lucha contra el envenenamiento a causa del mercurio ya que se logró superar el umbral de las 50 ratificaciones para que entre en vigor el convenio internacional que regula el uso del peligroso metal.

La Unión Europea y siete de sus miembros (Bulgaria, Hungría, Malta, Holanda, Rumania y Suecia) depositaron hoy en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York sus instrumentos de ratificación del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, uno de los 10 químicos que más amenazan la salud del planeta, con lo que se logró la ratificación número 51.

El Convenio, que ha sido firmado por 128 países, entrará en vigor en 90 días, el 16 de agosto de 2017. Es el primer nuevo convenio global de la última década relacionado al medio ambiente y a la salud, y compromete a los gobiernos a tomar medidas específicas para controlar la contaminación por mercurio derivada de actividades humanas. Las medidas incluyen prohibir nuevas minas de mercurio, clausurar aquellas que ya existen, regular la minería de oro artesanal y de pequeña escala, y reducir el uso y emisiones del mercurio. Debido a que este metal es indestructible, el Convenio también estipula condiciones para un almacenamiento provisional y disposición final de desechos de mercurio.

“El Convenio de Minamata demuestra un compromiso global para proteger la salud humana y ambiental,” dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres. “Las acciones de hoy demuestran que los problemas que nos afectan a todos, también pueden unirnos por el bien común.”

No hay un nivel de exposición al mercurio que sea seguro, y todos corren riesgo ya que este peligroso metal [pesado] se ha esparcido hasta los lugares más remotos del planeta y está presente en productos básicos de uso diario, incluyendo cosméticos, lámparas, baterías y empaste dental. Niños, infantes y bebés que aún no han nacido son los más vulnerables, junto a la población que consume pescado contaminado, aquellos que utilizan mercurio en su ámbito laboral y las personas que residen cerca de una fuente de contaminación de mercurio o en zonas de bajas temperaturas donde este peligroso metal tiende a acumularse.

“¿Quién quiere vivir en un mundo donde usar maquillaje, recargar los teléfonos e incluso comprar anillos de matrimonio signifique arriesgarse a que millones de personas sean envenenadas por mercurio?” dijo Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente. “Afortunadamente con el mercurio tenemos soluciones tan obvias como el problema. Existen alternativas para todos los usos actuales del mercurio, así como nuevos y más seguros procesos industriales. Países grandes y pequeños pueden jugar un rol en el combate contra el mercurio, al igual que los hombres y mujeres en las calles, solo con cambiar lo que compran y usan.”

Hasta 8.900 toneladas de mercurio se emiten anualmente. Puede ser liberado de forma natural por el desgaste de rocas que contienen mercurio, incendios forestales y erupciones volcánicas, pero también se dan emisiones significativas procedentes de la actividad humana, particularmente de la quema de carbón y la minería de oro artesanal y de pequeña escala. La minería sola expone hasta 15 millones de trabajadores en 70 países al envenenamiento por mercurio, incluyendo niños trabajadores.

Otra forma de contaminación por mercurio causada por los humanos incluye la producción de cloro y de algunos plásticos, la incineración de desechos y el uso de mercurio en laboratorios, productos farmacéuticos, conservantes, pinturas y joyería.

“Es un momento crucial en la lucha contra los químicos dañinos y sus impactos negativos a la salud y al medio ambiente,” dijo Naoko Ishii, Directora Ejecutiva y Presidenta del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, GEF. “El mercurio puede transportarse a distancias muy lejanas de su lugar de emisión original, contaminando la comida que consumimos, el agua que bebemos y el aire que respiramos.”

El Convenio obtiene su nombre del caso histórico de envenenamiento por mercurio más desastroso, ocurrido en Minamata, Japón, en mayo de 1956, a consecuencia del vertido continuado desde 1930 de efluentes industriales en la Bahía de Minamata. Personas de la localidad que consumían pescados y mariscos de la bahía comenzaron a sufrir de convulsiones, psicosis, pérdida de consciencia e inclusive algunos entraron en coma. Se concluyó que miles de personas estaban envenenadas con mercurio, lo cual se conoce ahora como la enfermedad de Minamata.