Rescate de Pemex, “por si las moscas”

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  • Crédito sindicado por 8,000 mdd, alivio
  • Gobierno mexicano, pagador de última instancia

Agustín Vargas *

Al mejor y puro estilo neoliberal, que tanto machaca y critica el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno que encabeza logró que tres instituciones bancarias internacionales otorguen un crédito sindicado a Petróleos Mexicanos, el cual servirá para fortalecer las finanzas de la empresa y refinanciar parte de sus pasivos, sobre todos los que tienen vencimiento hacia finales de 2019 y principios de 2020.

El préstamo hasta por ocho mil millones de dólares que acordó Pemex, con el aval del gobierno mexicano, luego de cuatro meses de negociaciones, permite mejorar los plazos y las tasas de interés que paga una parte del endeudamiento de la petrolera. Las líneas de crédito tendrán una tasa de interés compuesta por la tasa de referencia Libor más 2.35 por ciento, lo que significa que el rédito que se pagará estará por debajo de 5 por ciento.

Los recursos que se comprometen a entregar HSBC, JP Morgan y Mizuho Securities, que encabezan Nuno Matos, Felipe García-Moreno y Gerald A. Rizzieri, respectivamente, servirán para refinanciar deuda de Pemex por un monto de 2 mil 500 millones de dólares, así como la renovación y ampliación de dos líneas de crédito revolventes hasta por 5 mil 500 millones de dólares.

Estas líneas de crédito se utilizarán, según dijo el Presidente López Obrador la mañana del pasado lunes 13 de mayo, sólo si es necesario, «de acuerdo a las circunstancias, como se dice coloquialmente, por si las moscas».

Si bien la operación crediticia alivia la situación de la empresa a corto plazo para cubrir los vencimientos de la deuda, no elimina la incertidumbre sobre la petrolera debido, entre otros factores, a su elevada deuda –superior a los 100 mil millones de dólares–, su baja producción de crudo y un plan de inversión orientado sólo a la refinación y no la extracción, además de las dudas entre inversionistas sobre la capacidad profesional de la actual directiva de Pemex, encabezada por Octavio Romero.

En la actualidad la empresa petrolera mexicana es catalogada por muchos especialistas un negocio de alto riesgo.

No falta quien se pregunte, ¿cómo es posible entonces que siendo Pemex una empresa de alto riesgo, con tantas dificultades financieras y dirigida actualmente por personajes de dudosa capacidad, pueda tener operaciones de tanta envergadura como la contratación un multimillonario crédito?

Por supuesto que los papeles de Pemex o sus bonos están casi en el piso, pero no así los bonos del gobierno mexicano, que cotizan y muy bien en los mercados financieros internacionales.

Justo la fortaleza de las finanzas públicas y la capacidad de reacción de la economía mexicana, pese a la errática orientación de inicio de gobierno, son los elementos que mantienen al país a flote y hacen que los bonos gubernamentales sean atractivos, incluyendo claro, el buen rendimiento que otorgan.

Lo que miran los inversionistas para aventurarse a traer más capitales al país, es saber quién será el pagador de primera y última instancia en una operación de este tipo. Por su propia naturaleza el HSBC, JP Morgan y Mizuho Securities tienen que asegurar la recuperación del capital y su respectivo interés, pues son instituciones bancarias que responden a sus accionistas y clientes.

Y eso está más que amarrado, pues en esta operación financiera el aval principal de esos créditos no es Pemex en sí, sino el gobierno mexicano. O sea, el pagador principal, “por si las moscas”.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx