- Trump enfurece por los calificativos de “inepto y disfuncional”
- Escándalo diplomático EU-Gran Bretaña
- Donald Trump, la esperanza de Boris Johnson
Juan Barrera Barrera
La renuncia, este miércoles, del embajador de Gran Bretaña en Estados Unidos, Kim Darroch, desaceleró rápidamente un conflicto diplomático entre ambos países por la filtración de unos cables a un diario británico el domingo en los que se describía al gobierno de Donald Trump como disfuncional e inepto.
El escándalo por la filtración de correos diplomáticos internos desatòi la ira del presidente estadounidense, como era de esperarse en un tipo temperamental, autoritario y narcisista como Trump, que de inmediato desenfundó su twitter y arremetió contra el representante de la misión diplomática y la defenestrada primera ministra británica, Theresa May, que dejará el cargo a finales de este mes.
El lunes Trump anunció que no seguiría tratando con Kim Darroch, un diplomático de carrera altamente respetado en su país: “No conozco al embajador, pero no cae bien ni está bien considerado en Estados Unidos. No seguiremos tratando con él”, escribió Trump.
No es desconocido por nadie que la administración del magnate se ha distinguido por su inestabilidad (ha reemplazado a su jefe de asesores, al secretario de Estado y al de Seguridad Nacional, además de otros mandos medios) y por su falta de solidez en los dichos y hechos de un empresario que llegó a la Casa Blanca sin experiencia alguna en asuntos públicos, que suele manejarse más con el estómago que con la cabeza, tanto en las decisiones internas como en la política exterior.
Entonces, lo dicho por Darroch no está fuera de la realidad, el problema es que documentos particulares fueron filtrados a la prensa para el conocimiento público, pero que las divergencias entre ambos gobiernos no pasarían de un leve roce diplomático sin consecuencias y un fuerte dolor de hígado de Donald Trump.
Escándalo sin consecuencias entre EU y Gran Bretaña
El mandatario estadounidense estaba enfurecido y siguió con sus ataques todavía el martes contra el ahora ex embajador al que llamó “tonto y pomposo”. “El embajador loco que Gran Bretaña ha endosado a Estados Unidos no es alguien que nos entusiasme, es un tipo muy estúpido”. Toda una joya de diatribas de un tipo que no se caracteriza por su diplomacia, todo lo contrario, su estilo clásico es visceral al referirse a los demás que no le caen bien.
Theresa May como el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt y aspirante a sucederla en la dirigencia del Partido Conservador y en el Gobierno, expresaron su apoyo al embajador, pero ya estaba condenado por las descalificaciones trumpistas y la renuncia de Kim Darroch al cargo en Washington era obligada.
El escándalo por la divulgación de los correos en The Daily Mail, fue motivo, además, para que Donald Trump recalara contra la vapuleada May, a quien el republicano ultraderechista no le perdona que no le haya hecho caso en el manejo de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea: “Debería hablar de su país y a su primera ministra May sobre su negociación fracasada sobre el Brexit en lugar de enfadarse con mis críticas sobre lo mal que se ha llevado”, dijo el empresario en una de sus reacciones contra Darroch.
Donald Trump, la esperanza de Boris Johnson
En su reciente visita de Estado a Gran Bretaña, a principios de junio, Trump presionó a la primera ministra para negociar un Brexit sin acuerdo, a cambio de un “fenomenal tratado comercial” entre los dos países, cuando May ya había decidido presentar su renuncia a liderar el Partido Conservador en el poder.
Gran Bretaña y Estados Unidos mantiene una relación histórica especial y Donald Trump no es capaz de detenerse en sus insultos y ataques. Su estilo personal de gobernar lo traslada hasta Londres para interferir en la política interna de su socio en la coyuntura de las elecciones primarias de los conservadores.
De los dos conservadores que se disputan el liderazgo del Partido Conservador, Trump ha fijado su posición pública en favor del derechista Boris Johnson que según los sondeos tiene más probabilidades de suceder a May que Hunt, y coincide con el presidente estadounidense en un divorcio duro de Gran Bretaña con sus socios europeos con todas las consecuencias que esa decisión pueda generarle a los británicos.
EU es el único país con el que Gran Bretaña puede apoyarse en horas diplomáticas muy inciertas, pero con las reservas del caso por las posiciones extremas del huésped de la Casa Blanca. Si el euroescéptico Johnson, ex alcalde de Londres, logra convertirse en el nuevo hombre fuerte de su país y cumple con un divorcio duro con el bloque europeo se habrá ganado las palmas de Trump, con la esperanza de cerrar “un gran acuerdo comercial” con su aliado más estrecho.