Política Global

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  • México hacia el Consejo de Seguridad
  • Posicionarse en el ámbito internacional y asumir riesgos
  • Donald Trump presionará bilateralmente

Juan Barrera Barrera

Con el respaldo unánime del Grupo de Países de América Latina y el Caribe (Grulac) México da un paso adelante en su aspiración de convertirse en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el bienio 2021-2022. Desde luego que es una noticia relevante pues pertenecer a ese organismo le otorga a México un papel de primer orden en el concierto internacional.

Será la quinta ocasión en que México tenga un asiento no permanente en ese Consejo. Los periodos para el cual fue elegido fueron los binomios 1946, 1981-1982; 2002-2003 y 2009-2010.

En junio México confirmó su candidatura, misma que se acordó durante la administración de Felipe Calderón con el Grulac para no tener oposición regional.

Esta acertada decisión podría chocar con la posición del presidente Andrés Manuel López Obrador de no salir del país (“La mejor política externa es la interna”), por lo menos en este primer año de su administración, para atender asuntos que le competen directamente como jefe de Estado como fue el caso de su ausencia en la reciente reunión del Grupo de los 20.

Lograr prestigio en la comunidad internacional

Tanto el presidente López Obrador como el embajador de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente, expusieron que se mantendrán los principios de política exterior: no intervención, autodeterminación de los pueblos, cooperación para el desarrollo, solución pacífica de controversias y respeto a los derechos humanos.

El Consejo de Seguridad es el órgano de las Naciones Unidas que tiene como responsabilidad primordial el mantenimiento de la paz y la seguridad, se compone 15 miembros: cinco son permanentes y 10 son elegidos por la Asamblea General por un período de dos años.

México llegará al Consejo de Seguridad en un momento crítico para el multilateralismo, mecanismo que nuestro país siempre ha promovido y defendido como la mejor forma de dirimir y solucionar los conflictos y controversias mundiales, y en una situación particularmente delicada en su relación bilateral con Estados Unidos por el problema reciente de las migraciones.

De la Fuente es consciente de la problemática que enfrentará México en el Consejo de Seguridad y las presiones a las que estará sometido, pero también sabe que el foro representa una oportunidad para tener presencia internacional y lograr alianzas y apoyos. Hay voces que argumentan que será un error por los inevitables choques que tendrá con Estados Unidos y el riesgo de sufrir humillaciones. Sin embargo, las presiones de Donald Trump estarán presentes con o sin asiento en el Consejo, pero puede tener más ventajas para disminuirlos estando adentro.

“Estamos recuperando en el mundo la fama y la gloria de nuestra gran nación», dijo el presidente. Tiene razón AMLO, ya que esa posición mejora la imagen de un país en el mundo y México en estos momentos la necesita, cuando el gobierno mexicano parecía aislado con su renuencia a asumir un papel más activo y protagónico en la problemática de la región latinoamericana.

Un aliciente diplomático para nuestro país lo es la invitación a formar parte de la Alianza para el Multilateralismo, junto con otros 11 países, anunciada en abril en Nueva York por los cancilleres de Francia y Alemania. La iniciativa será presentada el próximo mes. México puede aportar mucho en el tema migratorio y tal vez por ello la comunidad diplomática se lo reconoce. México, a su vez, puede empezar a forjar alianzas con la Europa liberal en el Consejo de Seguridad.

EU presionará a México con el Acuerdo Comercial

México seguirá siendo sujeto de presiones comerciales y diplomáticas de la potencia del norte, igualmente nuestro país puede mejorar su capacidad de negociación en asuntos bilaterales (aunque estos temas están fuera de la competencia del Consejo, sí pueden contaminar las negociaciones en su seno) y construir alianzas globales para posicionarse en la política internacional.

Uno de los temas que pudiera contaminarse es la aprobación del T-MEC. Donald Trump ya demostró en mayo que el arma comercial fue muy eficaz imponiendo al gobierno de México sus condiciones para frenar las caravanas de migrantes que van hacia su territorio.

México históricamente ha demostrado contar con un potencial diplomático en el concierto internacional, pero ha tenido una sensible caída y ahora tiene la oportunidad de reivindicarse. El problema es cómo podrá México lograr equilibrar principios e intereses a la hora de emitir su voto. El asunto de la imposición de los aranceles es muy significativo, ya que para muchos el gobierno de López Obrador cedió soberanía ante Trump a cambio de seguridad comercial en el conflicto migratorio.

Los escenarios internacionales que encontrará nuestro país serán muy complejos (Ios casos Irán, Venezuela, Corea del Norte, entre otros) pero es un momento para demostrar capacidad de participar en la toma de decisiones al más alto nivel para bien de la comunidad de naciones y demostrar la vigencia de sus argumentos y principios.

Contar con una personalidad como la del ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente como representante de México ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es garantía de que México hará un papel digno que reafirme su autonomía e independencia política que favorezcan la prevención y solución de conflictos, y el mantenimiento de la paz y los derechos humanos. Claro que estos esfuerzos suelen traer costos inevitables y México deberá mostrar fortaleza.