Ciudad de México.- Los incentivos para invertir en proyectos productivos y rentables han sido limitados desde la entrada de la nueva administración federal, lo que generó un descenso en el número de empleos y condujo a tener una economía estática, advirtió el sector privado.
“La principal limitante de no crecer más en los próximos años, es el hecho de que hasta ahora no se ha hecho lo debido para estimular la inversión productiva, tanto pública como privada”, acentuó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Señaló que en el número de trabajadores registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se tiene un “signo de debilidad”, pues en julio se reportó un aumentó de 16 mil 713 -la menor cifra mensual desde julio de 2005-.
En los primeros siete meses del año se registraron 306 mil nuevos trabajadores, 225 mil menos que en el mismo lapso del año pasado, según datos oficiales.
En tanto, en julio creció 2.2 por ciento el total de trabajadores registrados el IMSS, al compararlo con el mismo mes del año pasado, lo que representó su menor avance desde marzo de 2010.
“La creación de empleos es la única manera de reducir la pobreza en forma duradera, pero también es importante que estos sean de la mayor calidad posible”, sentenció el organismo.
Lo anterior, al resaltar la importancia de tener un registro formal con jornadas laborales e ingreso suficiente que permita satisfacer las necesidades familiares y que cuenten con servicios de salud.
Sin embargo, destacó el exceso de regulación, entre otros factores negativos, siguen ganando terreno y limitan la posibilidad de un entorno más propicio para los negocios.
Aunado a ello, el CEESP explicó que la combinación de una tasa de crecimiento y un balance de riesgos a la baja, genera un ambiente de incertidumbre y de mayor cautela de los inversionistas.
De ahí que alertó que el panorama se complica aún más con la intranquilidad de los mercados ante tensiones geopolíticas y eventos recientes, como la caída de la economía alemana en el segundo trimestre, el menor ritmo de avance de China y en general las expectativas de desaceleración y posible recesión de la economía global.
De acuerdo con las expectativas, la economía crecerá por debajo de 1.0 por ciento, derivado de la falta de acciones que estimulen una mayor actividad productiva y consumo.
Asimismo, para el año siguiente se anticipa que la economía se mantenga en atonía y logre un avance apenas por arriba de 1.0 por ciento, lo que está lejos de lograr un avance superior al 3.0 por ciento.