Roma.- El cambio climático, el terrorismo, la globalización, la situación en Medio Oriente y las relaciones con Rusia serán los temas centrales en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 7 países más desarrollados (G7), que se realizará en Taormina, en la isla italiana de Sicilia.
«En Taormina y bajo propuesta italiana suscribiremos una declaración común contra el terrorismo, para reiterar en modo solemne este compromiso por parte de los países del G7”, declaró hoy el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni.
En la cumbre, que se realizará este viernes y sábado, se debatirán los temas “que interesan a cientos de millones de personas, quizá a la entera humanidad, como el cambio climático, el comercio, las migraciones o las relaciones con Africa”, agregó.
“No será una discusión simple, pero Italia que tiene este año la presidencia del G7, buscará que sea un encuentro útil”, añadió Gentiloni.
Uno de los temas centrales será el combate al terrorismo, tras el atentado del lunes pasado que causó 22 muertos y unos 60 heridos en Manchester, Reino Unido.
También se hablará de políticas industriales, empleo, de los efectos de la globalización y, desde luego, del cambio climático.
El sábado está prevista la participación de los líderes de cinco países africanos invitados: Túnez, Niger, Nigeria, Kenya y Etiopia, además estarán presentes los representantes de la Unión Africana y del Banco Africano de Desarrollo.
Se prevé que en la cumbre sea tratado también el tema de la emergencia migratoria, que deberá ser considerada con una visión de largo alcance que considere sus causas más profundas.
Además serán tratados temas como la paridad de género, el comercio internacional y Medio Oriente, en particular de las crisis en Libia y Siria, además de las relaciones con Rusia y Corea del Norte.
En lo que se refiere al tema del medio ambiente, la posición de la presidencia italiana del G7 es la de poner en práctica los acuerdos de París, aunque se tiene poco clara la posición de Estados Unidos en la materia.
Mientras, Taormina ha sido puesta bajo fuertes medidas de seguridad; las clases en las escuelas fueron suspendidas y la ciudad siciliana fue invadida por agentes de las fuerzas del orden y militares.
La maquinaria de la vigilancia entró en operaciones desde el lunes pasado y a la ciudad nadie puede entrar si antes no ha sido identificado.
Los propios residentes han recibido un pase especial que deben mostrar para entrar y salir, mientras los turistas han desaparecido de las calles.
“Nos esperan días difíciles”, reconoció el jefe de la policía de la ciudad de Messina, bajo cuya circunscripción está Taormina, Giuseppe Cucchiara.