Política Global

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  • ¿Ahora sí, juicio político para Donald Trump?
  • El magnate acusado de traición a la patria
  • El ucraniagate o lo hunde o lo catapulta

Juan Barrera Barrera

Nancy Pelosi abre el proceso para la destitución del presidente Donald Trump, quien habría violado la constitución al solicitar a un gobierno extranjero interferir en política interna para perjudicar a un contrincante político, de acuerdo a documentos oficiales desclasificados divulgados este jueves, que corresponden a la versión de un informante sobre una conversación telefónica del 25 de julio entre el mandatario estadounidense y su homólogo de Ucrania.

Ayer en la mañana se difundió el texto de la explosiva denuncia del informante anónimo que labora en la oficina de inteligencia nacional, cuya identidad está siendo protegida, en la que relata cómo la Casa Blanca intentó “bloquear” los registros de la llamada en la que Trump pedía a Volodymir Zelenski que investigara a Joe Biden, favorito de los demócratas para enfrentar a Trump en los comicios presidenciales del 2020, y a su hijo Hunter, en colaboración con su abogado personal, Rudolph Giuliani, y con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr.

Los acontecimientos del ucraniagate han ido cambiando minuto a minuto en la semana política más crítica para Trump. El miércoles el director interino de Inteligencia Nacional, Joseph Maguire, había entregado a algunos legisladores el informe clasificado del oficial de inteligencia, quien consideró de suma gravedad el contenido de la conversación telefónica. Los legisladores encontraron “detalles aún más preocupantes” que los de la transcripción telefónica y solicitaron fueran dados a conocer públicamente.

La versión divulgada el jueves, antes de la comparecencia de Maguire ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, en donde los demócratas tienen mayoría, confirma el contenido de delitos graves, previstos en la constitución, que se deben investigar para el juicio político de un alto funcionario.

Ha trascendido que Hunter Biden recibía un pago de 50 mil dólares mensuales de una empresa de gas, pero no hay denuncias de corrupción, ni de tráfico de influencias en su contra, sin embargo, por el cargo de vicepresidente en la administración Obama que ostentaba su padre, no se veía bien que fuera integrante de la junta directiva de una empresa extranjera.

Traición a la patria pedir injerencia a gobierno extranjero

Para los demócratas hay un claro acto de traición a la patria por parte de Trump al recurrir a una potencia extranjera para atacar a un aspirante presidencial opositor. La presidenta de la Cámara de Representantes, la poderosa Nancy Pelosi, ya no pudo contenerse al asegurar que el comportamiento de Trump “mina la integridad de nuestras elecciones, la dignidad del puesto y nuestra seguridad nacional…y esto confirma la necesidad de una indagación de impeachment”.

La experimentada presidenta de la Cámara de Representantes como si hubiera medido los tiempos políticos, esperó a que el presidente Donald Trump incurriera en acciones extralegales, como es su costumbre, y abrió la puerta a la investigación para un proceso de destitución contra el mandatario estadounidense.

El nuevo escándalo al que Trump en su defensa lo califica de “cacería de brujas” y “el mayor timo de la historia política estadounidense”, salpica directamente al proceso electoral de cara al 2020, y tanto en el Partido Republicano como en el Demócrata los estrategas deliberan sobre los pros y contras del proceso de impeachment.

Al interior de la bancada demócrata había división en un principio sobre el tema y escaso apoyo entre la opinión pública, por eso Pelosi no se mostraba del todo convencida. Pero ahora ha sopesado la veracidad de las evidencias del documento del informante anónimo y cuenta ya con la mayoría de sus compañeros de banca que hasta el día de ayer sumaban 219 votos, uno más que requiere la mayoría simple, en favor del juicio político contra Donald Trump.

El proceso de destitución no es un asunto fácil para quien lo impulsa y hasta se le puede revertir. Este sería el cuarto caso de impeachment en la historia de los Estados Unidos y ningún presidente ha sido enjuiciado. El más reciente, el de Bill Clinton (por el caso Mónica Lewinsky becaria de la Casa Blanca), está fresco en la memoria de la clase política estadounidense. La iniciativa de los republicanos no prosperó. El Senado, que es la Cámara a la que le corresponde enjuiciar o no, en donde los demócratas tenían mayoría, rechazaron destituir al presidente.

Trump, en busca de popularidad perdida

Se advierte una real preocupación tanto en los estrategas de la Casa Blanca como en el Partido Republicano en donde analizan la forma de cómo revertir el proceso de impeachment que se puedan traducir en popularidad para su seguro candidato a las presidenciales del 2020, pero las evidencias exhiben al presidente como un sujeto altamente riesgoso para la reelección.

Aun así, los republicanos están convencidos de que mantendrán en la presidencia a su líder e intentarán presentarlo ante el electorado como una víctima política y fortalecer su popularidad, pero la acumulación de negativos puede cambiar el rumbo de las preferencias electorales.

El magnate neoyorquino había sorteado las investigaciones del fiscal especial, Robert Mueller, quien llevaba la causa de la posible intromisión de Rusia en los comicios de 2016 para beneficiar la candidatura de Trump que lo llevó a la Casa Blanca. Con su tradicional estilo burlón se ufanaba de haber salido limpio de la investigación. Pero ahora la crítica situación por el ucraniagate destapado por un soplón, Donald Trump realmente ha encendido los focos rojos en la dirigencia del Republicano.

Los demócratas, por su parte, tendrán que hilar fino para convencer a senadores republicanos, que son mayoría en la Cámara alta, a la opinión pública y a los medios de la gravedad de los actos del presidente de haber recurrido, una vez más, a un gobierno extranjero para inmiscuirse en los comicios internos que pone en riesgo la seguridad nacional y socaba la vida democrática interna de los Estados Unidos.

Mientras tanto el T-MEC, sino está en riesgo, queda pendiente de ser aprobado en el Senado de Estados Unidos hasta el próximo año.