¿Qué es más rápido: El ojo o la mano?
- De comprobarse diferencia, No hubo mayoría calificada
- Obligación de Monreal con Andrés Manuel López Obrador
- Que grave, Morena espía al PAN en el Senado
Francisco J. Siller
Vaya sainete ocurrió en el Senado de la República por la elección de Rosario Piedra Ibarra a la presidencia de la Comisión de los Derechos Humanos. El PAN acusó a Morena de falsear la votaciónpara imponer a la activista –excandidata de Morena y amiga de AMLO– en el cargo. Resulta que el PAN comprobó que fueron 116 votos los depositados en la urna transparente, pero solo se cantaron 114. Luego apareció uno, ahí como olvidado.
Apoyados por grabaciones en video del Canal del Congreso los panistas comprobaron que 116 papeletas fueron depositadas y que la secretaria de la mesa directiva por Morena, senadora Martha Guerrero Sánchez, malcontó los votos emitidos para Jesús Orozco Henríquez, pues contó 9 y solo anunció 8. Además se acuso a Ricardo Monreal de haber depositado doble o al menos así aparece en un video que circuló.
Para la elección de presidente de la CNDH se requiere de mayoría calificada, es decir que deben votar en afirmativa las dos terceras partes de los senadores presentes. Y si había 116, los votos mínimos requeridos eran 78 y no los 76 que ya tenía en la bolsa Piedra Ibarra. Incluso con el voto extraviado por Guerrero –a propósito o por error–, el requisito era de 77. No hay manera de que ganara.
Apenas concluida la sesión el PAN citó a conferencia de prensa, en la que el coordinador panista Mauricio Kuri y Kenia López, presidenta de la Comisión de los Derechos Humanos, junto con el independiente Emilio Álvarez Icaza denunciaron la elección fraudulenta. Hubo votos de menos. Ahora los de Morena quieren destituir a Kenia, como revancha, por las ofensas que dicen profirió contra Monreal.
Si el presidente de la Jucopo y coordinador de Morena depositó doble voto, eso tendrán que probarlo los panistas encabezados por Mauricio Kuri. Lo que está claro es que la secretaria de la mesa directiva omitió contar un voto, quizá a sabiendas que eso cambiaría el resultado. Quizá pensó que nadie se daría cuenta y lo seguro es que si actuó así fue por consigna de su coordinador.
Entiendo a Monreal, que tenía la obligación con López Obrador de sacar el nombramiento de Rosario –el presidente lo dijo claro: “Prefiero más a la gente que ha padecido en carne propia violaciones a los derechos humanos”–, pues desde la mañanera del miércoles de la semana pasada dio línea a sus huestes en el Senado para orientas su decisión al descalificar a aquellos que tuvieran maestrías, doctorados o que fueran académicos.
La pregunta es: ¿Qué gana López Obrador con la designación de Rosario Piedra Ibarra a la CNDH? Primero, que la CNDH y por ende, el Comité Eureka le bajen dos rayitas a su exigencia por el respeto a los Derechos Humanos y segundo, tener a la mano un mazo para golpear y machacar a los gobiernos neoliberales, sus enemigos asérrimos. ¿Será? O simplemente es una percepción equivocada.
En agosto pasado, durante una manifestacion frente a Palacio Nacional, Ibarra Piedra exigió –como lo han venido haciendo durante años–, el establecimiento de una Comisión de la Verdad para esclarecer lo que ha ocurrido con los desaparecidos de la llamada guerra sucia. “Que se nos de la oportunidad de estar en ella, poprque no queremos una simulación más”. Vaya premio para las Ibarra, cambiarles el matamoscas por un marro.
Si el PAN tiene razón o no, de seguirse los cauces legales ante el Tribunal Electoral de la Federación, habrá marcha atrás. El asunto queda por ahora como un choque de fracciones en el Senado y cada quien tendrá la oportunidad de cobrar la afrenta, sobre todo cuando venga nuevamente la necesidad para los morenos de construir mayorías calificadas, muy necesarias para las ternas propuestas por el Ejecutivo y para modificar la Constitución.
También queda de manifiesto otro punto, que dará pie al debate. Ricardo Monreal mostró en una conferencia de prensa un chat de Watsapp entre Kuri –coordinador de los senadores del PAN– con Marko Cortés, el presidente nacional del Blanquiazul. Ello dio pie a que se denunciara que hay espionaje de Morena para con los senadores de oposición. Eso es muy grave.
Monreal dijo que un panista –amigo– le había enviado un “pantallazo”. En ese chat la panista, Guadalupe Saldaña dijo a Cortés que ella contó 114 votos y no 116 de los senadores presentes. La respuesta: Salgan a una conferencia de prensa para denunciar fraude en la elección de la presidenta de la CNDH, hay que hacerles un desmadre… Nosotros no defendamos a Monreal, hay que chingarlo. Que él explique.
Con las herramientas adecuadas y un buen hacker, cualquier mensaje, imágenes. Videos y rastrear datos en la popular aplicación para teléfonos inteligentes es más que posible. Imagine usted que valioso para Monreal, enterarse en tiempo real lo que piensan sus opositores y en su caso quienes podrían ser colaborativos al conocer opiniones y posturas expresadas en lo privado. En la guerra y el amor todo se vale.
Como sea, no es aceptable la intromisión en las actividades de los demás, de los hijos, la novia o la esposa y mucho menos con los contrincantes políticos. Hoy Andrés Manuel López Obrador y su partido Morenaestán repitiendo la historia, solo que con diferentes personajes. Del 2006 al 2018, acusaron todo tipo de arbitrariedades y violaciones a la ley, pero hoy ellos están sentados en el banquillo de los acusados.
Lo digo por eso de que “Pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla. Y México es un país dado a olvidar…”
Francisco J. Siller
CEO y Editor de Infórmate