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¿Qué oculta el chico boliviano?

Moisés Sánchez Limón

Esa figura recia y de sonrisa sencilla, de hablar pausado y ligero, sin estridencias y que de pronto pareciera mascullar frases incompletas, es la del chico boliviano que renunció al cargo y ahora dice que no es legal la dimisión porque no lo ha aprobado el congreso de su país, es un personaje que algo trae en el morral, algo que no cuadra con el proceso beligerante y violento que se ha desatado apenas se supo que dejaba su territorio y se asilaba en México.

¿Por qué en México? El chico boliviano pudo haber pedido asilo a sus cuates de Venezuela, Nicaragua o Cuba, incluso en Uruguay, con quien dice tiene buena relación, aunque cuando salió a hurtadillas en avión de la FAM rumbo a territorio azteca, ésa nación y Perú le negaron volar sobre su espacio aéreo. ¿Por qué?

¿Será porque encabezaba un gobierno con doble facturación? Hay grave suspicacia acerca de las relaciones de este personaje con sociedades poco recomendables.

Mire usted, al margen de lo que sus amigos puedan declarar en su defensa como aquello del espíritu y tradición de asilo de México, espacio para refugiados que han dado pauta a mil historias de ciudadanos que huían de su patria en calidad de perseguidos políticos, el caso del chico boliviano tiene varias aristas que se niega a aclarar.

¿Qué declaró de importancia en la entrevista que Denise Maerker le hizo para el Canal de las Estrellas? Nada. A decir verdad, lugares comunes, descalificaciones harto conocidas y la referencia de que su renuncia no ha sido aprobada por el Congreso boliviano.

¡Ah!, pero el chico boliviano agradeció ese espacio, la entrevista, aunque se la hicieron en un medio de comunicación que él y su amigo el inquilino de Palacio suelen descalificar y acusar de servir a la ultraderecha y los conservadores, representantes y hasta defensores del neoliberalismo.

Por supuesto, en una democracia los medios deben estar abiertos para todas las banderías. Faltaba más. Aunque es evidente el manejo de medios que tienen este personaje que sonríe con facilidad y hasta pareciera que en su vida lo mejor que le ha pasado, después de ganar la Presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia y disfrutar del poder desde el 22 de enero de 2006 hasta la semana pasada, es ser asilado político en México pero no cualquier asilado.

Porque ya sabrá usted que el chico boliviano que ahora se victimiza y acusa a la ultraderecha conservadora y los intereses imperialistas –los mismos que le vendieron el jet y el helicóptero que utilizaba para moverse en su país—de estar atrás de su caída, de los militares que le recomendaron dimitir a la Presidencia porque su tozuda postura de ir por un cuarto periodo presidencial había polarizado a la sociedad boliviana.

Y sostiene que esos intereses del imperialismo no lo aceptan porque es indígena. En efecto, el chico boliviano es indígena aymara, pero de ser cierto el rechazo a su condición de indígena, la pregunta elemental es ¿por qué lo dejaron ganar la elección hace trece años y las dos reelecciones?

La victimización es la clave en este tipo de estrategias de izquierda y de derecha, de políticos como el chico boliviano que de tanto hacer proselitismo y asumirse representante del segmento social depauperado, de los pobres y miserables, pues, gana el beneficio de la duda que se traduce en el voto mayoritario en las urnas.

En el caso del chico boliviano se ha dicho y presumido como una hazaña, que políticamente tiene esa dimensión, el haber logrado el crecimiento económico de su país, el abatimiento del analfabetismo y de la pobreza. Bien, el reconocimiento no se debe regatear, pero ¿acaso no hay otros bolivianos de la bandería que sea pero capaz de continuar e incluso mejorar esta tarea de gobierno?

Porque el punto nodal de esta telenovela de mala producción estriba justamente en el interés desbordado del chico boliviano por asumirse como el aspirante ideal a una cuarta elección, que pierde y luego opera con el fin de victimizarse y voltear los cartones y llamarse robado.

¿Fiebre de poder? ¿Para continuar con esta versión de un buen gobierno populista que entrega resultados pero tiene una doble facturación?

¿Por eso se enojó con el colega de la cadena BBC News que lo arrinconó con preguntas incómodas?

El chico boliviano fue, en esa entrevista, una especie del doctor Jekyll y míster Hyde. Sonriente, pausado, fresco, seguro, agradeció la entrevista y la presencia del reportero. Aunque paulatinamente el colega, en la demostración de cómo se puede arrinconar y sacar de sus casillas al entrevistado para obtener una declaración periodística y socialmente importante, logró que el chico boliviano se convirtiera en míster Hyde.

¿Está dispuesto a regresar a Bolivia? Le preguntó el colega de la BBC News y el chico boliviano se sintió agredido e incluso llamado mentiroso por las preguntas que le hicieron. Estalló y entonces dio pie a todo tipo de conjeturas y versiones respecto de lo que de él se dice en Bolivia y en México y en el mundo. Sus relaciones peligrosas y el enriquecimiento que logró en su mandato, tiempo en el que se asumió honesto, de izquierda y todos los etcéteras que se le conocen.

Dejar que la piedra ruede no suele ser un buen consejo. Y el chico boliviano ha dado pauta a la crítica y versiones varias respecto del trato que se le ha dado en México, ya por la rapidez con la que el inquilino de Palacio ordenó darle asilo, ir por él hasta Bolivia en una avión de la FAM que se presumía parte de la flotilla en venta y hasta instruir desempolvar a más de una docena de elementos del dizque desaparecido Estado Mayor Presidencial.

¿Es narco el chico boliviano?

La pregunta obedece al video que circula en redes sociales, en el que el teniente coronel Alfredo Saavedra, jubilado de la Policía del Servicio Pasivo de Bolivia, informa que presentó un memorial en contra de Juan Evo Morales Ayma y el hoy ex vicepresidente Álvaro García Linera, por el delito de enriquecimiento ilícito en razón del cargo.

El teniente coronel refiere que fue Jefe de Inteligencia en la Unidad Móvil Policial para Áreas Rurales (UMOPAR) de Bolivia y durante cuatro años tuvo acceso a cinco computadoras de la DEA y por ello “conocí vida y milagros de medio mundo, de varios dirigentes cocaleros, entre los que estaba Juan Evo Morales.

“Con seguridad les digo que Juan Evo Morales depositó 325 millones de euros en el Banco del Vaticano, antes Ambrosiano (…) del IOR, que es de Instituciones de Obras Religiosas, pero tras esa fachada lavan millones de las mafia y de políticos corruptos”, con carácter de donaciones.

Y para mayores señas, el teniente coronel dio el número 051302370 del depósito hecho el 16 de enero de 2019 por la cantidad referida, pero sostuvo que también el entonces vicepresidente Álvaro García hizo otro depósito por 17 millones de euros, porque es difícil que el FBI y la CIA hagan seguimiento de esa moneda.

“Les aseguro –acotó el teniente coronel– van a huir de Bolivia (Evo y Álvaro) por lo menos diez años porque atrás de ellos hay una gran mafia que hay que descubrir”.

Al respecto, en el video señala al general René Sanabria Oropeza, detenido en una prisión de Miami, Florida, porque llevaba droga que era del gobierno de Evo, pero previó que saldrá libre en un año después de declarar en contra de todos los que le colaboraban con Evo en la provincia del Chapare. Más allá de derechas e izquierda, ¿qué oculta el chico boliviano? Es pregunta. Digo.

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