- Relevo necesario en la OEA
- Estados Unidos presiona en favor de Almagro
- Una mujer contiende por primera vez a secretaria general
Juan Barrera Barrera
Hoy viernes 20 de marzo los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) elegirán, en Asamblea General, al nuevo secretario general de esa organización hemisférica para los próximos cinco años entre dos candidatos: el actual dirigente Luis Almagro, quien busca la reelección, y la ecuatoriana María Fernanda Espinosa Garcés.
Hasta el martes eran tres los aspirantes al más alto cargo de la OEA, pero ese día Perú retiró la candidatura de su embajador en Estados Unidos, Hugo de Zela Martínez, ya que no pudo conseguir los apoyos suficientes. No se sabe exactamente a quien le dará su apoyo el país andino, pero a decir por las coincidencias con Espinosa sobre la actuación divisiva de Almagro al frente del instrumento regional, en ese sentido sería la inclinación.
A pesar de que el ex canciller del Uruguay aseguró, en 2015, que no buscaría la reelección, pero los gobiernos de Colombia y Estados Unidos hace un par de años lo “convencieron”. En aquel año, Almagro logró el apoyo de Argentina, Brasil y México. Ahora, de estos tres gigantes latinoamericanos solo el gobierno carioca lo respalda, pero el nuevo gobierno de su país lo rechaza.
Por su parte México ha externado su beneplácito por la diplomática ecuatoriana, mientras que la posición argentina está muy presionada por su situación económica y negocie apoyos por la abstención. Estados Unidos necesita a Luis Almagro para seguir presionando a Nicolás Maduro como lo ha venido haciendo durante la mayor parte de su liderazgo y acaso los dados ya están cargados en su favor.
Fernanda Espinosa hará historia por segunda vez
En medio de la crisis por la epidemia del coronavirus, en su sede en Washington, los 34 países miembros de la OEA decidirán entre la continuidad protagónica divisiva de Luis Almagro o por la que podría convertirse en la primer mujer en liderar con un nuevo enfoque de consensos entre los países miembros del instrumento del hemisferio, María Fernanda Espinosa.
La ecuatoriana es propuesta como candidata por Antigua y Barbuda, y San Vicente y Granadinas. Tiene una experiencia diplomática de 30 años y ha sido ministra de Defensa y de Exteriores de los gobiernos de Rafael Correa y del actual presidente del Ecuador, Lenín Moreno.
El gobierno de México, a través de la cancillería a cargo de Marcelo Ebrard, ha respaldado su candidatura “ya que representa una oferta enfocada en la consolidación de consensos ante la situación de división e intereses contrapuestos que vive nuestra región”, informó Relaciones Exteriores.
Destaca entre su hoja de servicios haber sido la primera mujer de América Latina y el Caribe en ocupar la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas (2018-2019), cargo que terminó en septiembre del año pasado. También ha sido la primera embajadora de Ecuador en la ONU. Espinosa es la primera mujer en ser candidata a la secretaria general de la OEA. Hizo historia en el máximo organismo mundial y ahora va por otro reto histórico, difícil sí, pero se puede.
María Fernanda Espinosa es partidaria de que la OEA sea un espacio para la formación de acuerdos. Entre sus objetivos destacan el de “reforzar la credibilidad internacional que ha caracterizado a la OEA” y su convicción por el multilateralismo como el mejor camino para el procesamiento del natural disenso político de la región.
La OEA necesita un nuevo liderazgo
Desde un principio, cuando fue elegido secretario general en 2015, Almagro se propuso no ser un mero administrador de la crisis de la OEA, sino un actor activo en la solución de los problemas de las naciones latinoamericanas. Y así ha sido, aunque ese protagonismo lo ha llevado a inmiscuirse en asuntos de política interna de países miembros, hasta el grado de avalar el golpe de Estado en Bolivia.
La OEA debe estar involucrada en las soluciones, debe acercar posiciones y resolver problemas. No puede radicalizar conflictos, y debe también asegurar condiciones de autodeterminación, habría dicho Almagro hace cinco años. Pero en su afán de no ser cómplice de autoritarismos cayó en un excesivo protagonismo, centrado prácticamente en el caso venezolano, dejando de lado “la obligación de generar una agenda política y de diálogo con Cuba, que vaya acercando las partes y resuelva los temas pendientes», como propuso hace un lustro.
Espinosa Garcés tiene la intención de cicatrizar la polarización que vive la OEA, una organización desprestigiada totalmente, por la atención de un asunto monotemático en el caso Venezuela, sin resultados de solución a la vista en el corto plazo. La agenda de la diplomática se orienta hacia un papel más protagónico de los Estados miembros a través del Consejo Permanente y recuperar los espacios de diálogo y esa estrategia no está en la agenda de la administración Trump.
La OEA necesita un nuevo liderazgo de resultados y menos protagonismos personales y María Fernanda Espinosa tiene la capacidad y experiencia necesarias para encabezar y unificar el organismo hemisférico, pero de acuerdo a recientes informes se da casi por un hecho la reelección de Almagro que necesita 18 votos, una mayoría simple, pero la disputa por la OEA se espera que sea muy, pero muy cerrada y la sorpresa no se descarta. Perú puede ser un voto muy útil en favor de la ecuatoriana.
Se sabe que Luis Almagro tendría un apoyo de 15 países y María Fernanda Espinosa, como fue propuesta por dos naciones caribeñas, sería apoyada por la Comunidad Caribeña (Caricom). Los 14 países miembros de esa comunidad suelen votar en bloque. La Asamblea General de la OEA seguramente tendrá un cierre espectacular.