Entresemana

Impunidad desde el púlpito

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Moisés Sánchez Limón

El púlpito ha entrado en desuso en amplia mayoría de las iglesias como el espacio elevado desde el cual el ministro de culto dice la homilía, es decir, el sermón dirigido a la feligresía, cuyo contenido se entendía como la recomendación del sacerdote, sustentada en pasajes bíblicos, que devino en participación política de la iglesia católica.

No hay que olvidar que en varias, por no decir muchas, iglesias urbanas y provincianas en las campañas políticas acarrean agua al molino del señor… candidato.

Bueno, aquella época de la guerra cristera fue una etapa en la que los intereses políticos se enfrentaron con los del alto clero que arrastró hacia una contienda armada a feligreses y sacerdotes humildes que abrazaron las armas contra un gobierno que daría génesis al partidazo que gobernó a México hasta el año 2000. El PNR que nació con Plutarco Elías Calles y se convirtió en PRM con Lázaro Cárdenas para finalmente en la administración de Manuel Ávila Camacho adoptar su actual denominación como Partido Revolucionario Institucional.

Y en ese partidazo nació a la vida pública, a la política en tierras tabasqueñas, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, a quien una iglesia de presunta renovación revolucionaria, distanciada del sistema construido por el PRI, empezó a acompañar discretamente, en la primera intentona por llegar a la Presidencia, al entonces perredista distinguido.

Luego fue más abierta la convocatoria de sacerdotes a favor de la causa del licenciado que tejía alianzas para alcanzar la ansiada silla presidencial, alianzas con aquellos que califica como machuchones, los ricos, los fifís que saben hacer negocios hasta con el demonio, como se ha demostrado hoy con personajes como el dueño de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, quien por cierto no ha aclarado si pagó o adeuda aquellos 34 millones de dólares que le prestó Raúl Salinas de Gortari para completar el faltante de la compra del Canal 13, que fue puesto a la venta por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y del que mucho sabe el senador con licencia Antonio Álvarez Lima, actual director de Canal Once y que lo fuera en sus últimos tiempos del Canal del Ajusco en manos del gobierno.

Pero, vaya, el tema del púlpito, amén de permitir un repaso de las relaciones tejidas por el hoy señorpresidente con intereses que de celestiales sólo tienen el nombre porque aquellos curas que hicieron campaña a favor de, primero, el candidato del PRD y, luego, que fue de Morena, de pronto se sintieron agraviados cuando el licenciado López Obrador, ya en el poder y desde Palacio Nacional aclaró de qué lado late su corazón de feligrés, que no necesariamente es católico, apostólico y romano.

Y el licenciado, que es un expertazo –valga el barbarismo—en esto de la propaganda entendió que el uso del púlpito puede hacerse a pie tierra, no desde la altura como se conoce en la liturgia, decía, en desuso porque la recomendación del alto mando católico, desde el Vaticano, es que el sermón (homilía) se diga desde el presbiterio, vaya, al frente del altar. Tal y como lo hace de lunes a viernes el señorpresidente en un singular templo que fue el espacio desde donde se cobraban los dineros que administraban los dueños del poder porfirista, luego los generales y después ilustrados que gobernaron a México hasta que ese lugar quedó en desuso y se convirtió en atractivo del Palacio Nacional, el Salón de la Tesorería.

Disculpe usted, el brochazo de historia patria, pero apenas elemental para dibujar ese sitio desde el que el señorpresidente ha decidido descalificar, insultar, estigmatizar, mentir, desorientar, blofear y, en fin, conducir los destinos del país, carente del menor respeto por los ciudadanos que votaron o no por él, pero finalmente ciudadanos de este país al que gobierna desde el 1 de diciembre de 2018 cuando rindió protesta y juró respetar y hacer respetar a la Constitución General de la República.

Pues, sí. Pero el licenciado ha olvidado aquel juramento, aunque se trata de una amnesia selectiva porque cuando conviene invoca al máximo ordenamiento nacional y, cuando no, lo interpreta a su libre albedrío en aras de lo que ha llamado la construcción de la 4T, una propuesta de gobierno que pocos o nadie entiende en su justa dimensión.

Y menos quienes, dispuestos a trabajar sin siglas ni ideologías o conceptos de carácter religioso, sino simple y llanamente a cumplir con su vocación como médicos, enfermeras, camilleros, trabajadores del sector salud en general, son agredidos desde ese púlpito por quien primero miente cuando dice que su gobierno estaba preparado para enfrentar a la pandemia que nos llegó con el coronavirus y que, para el efecto, contaba con 400 mil millones de pesos y, en realidad, todo fue blofear.

Y luego descalifica a los médicos y los llama mercantilistas.

Este es el predicador que asumió la Presidencia de la República y evidencia que nunca se preparó para gobernar a una nación de más de 120 millones de habitantes. Es el predicador que en ánimo absurdo y bastardo insulta y luego dice que lo malinterpretaron o que no quiso decir lo que dijo.

Mire usted, el pasado fin de semana, asociaciones, federaciones, academias, colegios de médicos, especialistas la mayoría, exigieron al López Obrador una disculpa pública, por los términos peyorativos en que se expresó de ellos el viernes 8 de mayo, en su conferencia mañanera. Los calificó mercantilistas que sólo buscan enriquecerse.

La Asociación Mexicana de Cirugía General, A.C, la Federación Mexicana de Colegios de Especialistas en Cirugía General, A.C.; el Colegio de Ginecólogos y Obstetras Profesor Doctor Alfonso Álvarez Bravo, A.C, del Hospital Español; la Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia y Ginecología, A.C; la Sociedad Mexicana de Urología, Colegio de Profesionistas, A.C; el Colegio Mexicano de Neumólogos Pediatras, A.C; la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, A.C.; la Sociedad Mexicana de Pediatría, A.C; el Colegio Mexicano de Ortopedia y Traumatología, A.C; y la Asociación Mexicana de Gastroenterología, A.C, entre otras, organizaciones de médicos rechazaron las declaraciones de López Obrador porque, acotaron, los califica mercenarios de la medicina, cuando han demostrado servicio al país, como hoy ocurre frente a la epidemia de coronavirus.

¿Qué dijo el señorpresidente? Rescato parte de la respuesta del licenciadopresidente a una pregunta sembrada, que dio pauta al enojo de la comunidad médica de México. A saber:

“(…) El doctor Hugo López-Gatell, que es al que más cuestionan, pues lo mismo, un académico de primer orden, con muy buena formación, con cultura general, una gente honesta, humanista, con una postura en favor de la gente, en favor del pueblo, no a favor del mercantilismo, que desgraciadamente también llegó a predominar en el periodo neoliberal en todo lo relacionado con la salud, como se decía antes de los médicos, que sólo buscaban enriquecerse ¿no?, que llegaba el paciente y lo primero que hacían era preguntarle:

– ¿Qué tienes?

– No, es que me duela acá, doctor.

– No, ¿qué tienes de bienes?

Hasta aquí la referencia del agravio. Pero, bueno, en la mañanera del inicio de semana, cuando se esperaba una disculpa pública, una colega pregunto al inquilino de Palacio:

–(…) Yo quería preguntarle, primero que nada: ¿qué responde a los colegios de médicos que se sintieron agraviados por las declaraciones que hizo el pasado viernes?

¿Qué hice?—preguntó el señorpresidente, en falsa actitud del que nada sabe.

Dijo que los médicos sólo atendían a los pacientes por el beneficio económico y el fin de semana varias asociaciones de diferentes especialidades de médicos lamentaron estas declaraciones. ¿Qué les responde?—insistió la reportera.

Sí, pero no. Si lo entendieron así ofrezco disculpas, pero no fue eso, no. Hablé de -todo el tiempo lo hago- de cómo los médicos tienen una vocación humanista, imagínense, era médico Ernesto ‘Che’ Guevara, médico, el mejor presidente de América Latina Salvador Allende. ¡Cómo voy a hablar mal de los médicos! A mí me salvó la vida un grupo de médicos. No, es que todo lo están tergiversando, todo, todo, todo.

“Por eso ahora, repito, estoy hablando hasta más despacio que de costumbre, no quiero hablar de corrido para que no vayan a utilizar algo, porque están así, me están viendo pero con microscopio, escudriñan todo lo que hago.

“Entonces, no dije eso. Hablé de algunos médicos, porque también es una realidad que se mercantilizó la medicina, es parte del modelo neoliberal, si se robaban las medicinas, imagínense. Uno de los negocios más jugosos en el pasado era el de la compra de las medicinas, no solo eso, adulteraban los medicamentos.

“Entonces lo que dije fue que había médicos que sólo les interesaba eso, el dinero, como todo, como en el gremio empresarial, como en el gremio periodístico, como en el gremio de los legisladores, de los políticos, de todo, ni modo que haya un gremio puro, no, siempre hay desgraciadamente, y no sólo en México en el mundo, quienes están dominados por la ambición, por el lucro, y a eso me referí de los médicos.

“Y hay también, no sólo médicos, hospitales en donde lo primero es: ¿Qué tienes?, dame tu tarjeta’, aunque se vaya muriendo el paciente, y eso fue a lo que me referí”.

Y no se disculpó públicamente; ofreció disculpas en pleno desdén e insistió en descalificar desde el mayor púlpito en activo que hay en México, el del Salón de la Tesorería del Palacio Nacional, Palacio en el que vive un servidor público que se apoltrona en el poder y dicta vida y destino de los mexicanos. ¿Disculpas? ¡Bah!, al fin son solo médicos como los periodistas y cualquier ciudadano que ose cuestionarlo. Conste.

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