Recesión y parálisis gubernamental

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  • Nuevo atentado a las inversiones
  • Reglas claras, enésimo clamor de la IP
  • Construcción, la peor crisis en 30 años
  • Momento de valorar un cambio: BBVA

Agustín Vargas

Las cifras definitivas del PIB, proporcionadas por el Inegi, muestran que durante el primer trimestre del año, este disminuyó en (-)1.2% con relación al trimestre anterior, después de la reducción de (-)0.6% durante el cuarto trimestre de 2019, acumulando así cuatro trimestres consecutivos con reducciones trimestrales, con lo que se reconfirma que México está en recesión.

En términos anuales, y desestacionalizados, el PIB disminuyó en (-) 2.2%, la mayor caída desde el trimestre previo. Ante esas cifras, la mayoría de los analistas mantiene sus estimaciones de crecimiento del PIB para 2020 de -9.0%. Incluso la caída del PIB podría ser más pronunciada si no se aplica eventualmente un programa fiscal de apoyo a la reactivación de la economía.

La situación de la economía, por supuesto, ha venido agravándose por la parálisis presupuestal que se observa en todas dependencias de la Administración Pública Federal, como parte del programa de austeridad decretado por el gobierno lopezobradorista.

El pasado 22 de mayo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cargo de Arturo Herrera Gutiérrez, ordenó a los titulares de las Unidades de Administración y Finanzas de las dependencias de la Administración Pública Federal ajustarse al decreto de austeridad emitido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 23 de abril de este año.

En un oficio firmado por Victoria Rodríguez Ceja, subsecretaria de Egresos y Thalía Laguna Aragón, oficial mayor de la SHCP, esta secretaría ordenó congelar prácticamente los capítulos 2000 y 3000 de las dependencias. Esto es, congelar todos los gastos relativos a materiales y suministros, así como los de servicios generales.

Esto significa que las dependencias gubernamentales no tienen recursos para su operación, hasta que no entreguen sus recortes presupuestales del 75%. Con ello, el gobierno, hoy en día, está paralizado.

Así que recesión y parálisis gubernamental es un binomio que ha ido de la mano y es, además, el sello distintivo en lo que va la presente administración. Sin duda.

Nuevo atentado a las inversiones

Encarrilados ya en el segundo año de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se observa que éste sigue empeñado, una y otra vez, en opacar y destruir todo aquello del pasado que le parezca o le huela mal, sobre todo si su instinto y su exacerbada fe celestial le indican que en ello hubo corrupción o que hayan sido obra de sus “adversarios”, “conservadores” o hasta de los “conspiradores”.

Año y medio de incertidumbre económica y financiera –agravada aún más por la pandemia– es lo que se ha visto en esta administración con el constante cambio de señales y reglas a las inversiones, tanto nacionales como extranjeras, sin importar que esta última sea la denominada directa, es decir la que llega a México para quedarse por un buen rato, incluso para siempre, pues es la que se destina a levantar infraestructura dentro de la economía y a crear empleos formales.

Esto viene a referencia porque en uno más de los arrebatos de la administración lopezobradorista, la Secretaría de Energía, a cargo de Rocío Nahle, emitió el pasado 16 de mayo la nueva normatividad para el sector eléctrico, que contiene, entre otros elementos principales, eliminar de tajo la participación e inversión privada en electricidad, sobre todo en la generación energía renovable.

El rechazo a esta disposición no se hizo esperar. De inmediato empresas afectadas interpusieran demandas para suspender dicha normatividad, lo que ocurrió con el otorgamiento de amparos por parte del Poder Judicial, aunque la batalla legal por las energías renovables en México apenas comienza, pues el propio mandatario ya anunció que apelará la decisión de los jueces para tratar de imponer su propio criterio.

Desde el inicio de esta administración la constante ha sido el golpeteo con los diversos actores y sectores de la economía nacional, lo que ha generado desconfianza. Es constante también escuchar entre estos actores las palabras incertidumbre, irrespeto al Estado de Derecho, no hay reglas claras, entre otras que denotan enojo e inconformidad. El asunto es que no se trata sólo de temas nacionales, sino que también involucra al ámbito internacional.

Uno de estos sectores es el de los banqueros, quienes desde que arrancó este gobierno lo hemos escuchado una y otra vez decir que los inversionistas extranjeros y nacionales aún observan con cautela el desempeño nacional, en espera de señales claras sobre el rumbo que tomará el país. No es un tema nacional, sino es un asunto que atañe también al ámbito internacional.

Incluso Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México, a quien se le identifica como uno de los más afines a López Obrador por sus nexos con Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca, se ha mostrado preocupado por la falta de claridad en el manejo del país.

En una reciente reunión que sostuvo con diputados panistas, Niño de Rivera, envío un claro mensaje al mandatario: “el que crea que puede solo, no entiende bien lo que está pasando, pues para salir de esta crisis hay que hacerle frente con todos los recursos, ideas y capacidades de las que se dispone en el país”.

Año y medio de gobierno lopezobradorista y aún no se define hacia dónde va la economía, dónde se aterrizará. Los recientes cambios a la regulación del sector eléctrico, suspendidos momentáneamente por órdenes del Poder Judicial, no son más que un atentado más, no sólo a las inversiones, sino a la propia economía del país. ¡¡¡ Y las que faltan !!!

Construcción, la peor crisis en 30 años

Revelador el estudio del BBVA México, sobre la situación inmobiliaria en México al primer semestre del 2020, pues destaca que después de una contracción de 5% en 2019, mucho tiempo antes de los efectos de la pandemia por Covid-19, el PIB de la Construcción registrará en 2020 su peor crisis de los últimos treinta años, al sumar dos años consecutivos en terreno negativo. 

Ante esta situación, la institución financiera que preside Jaime Serra Puche, sugiere que es momento de valorar un cambio de estrategia de política pública para redireccionar los recursos de las “obras emblemáticas” y enfocarlos en el sector salud para terminar lo más pronto posible con la contingencia. De este modo se recuperarán los empleos perdidos y se amortiguarán los efectos negativos de la crisis en la demanda por vivienda.

El resultado negativo en el PIB de la Construcción se debe al mal desempeño de sus tres subsectores. Anteriormente, sólo la Obra Civil tenía una contribución negativa al sector, pero ahora se suma la Edificación que, al ser el subsector de mayor peso (70%), se contrajo 3% en 2019 por una marcada caída de la demanda por vivienda y un freno en naves industriales y centros comerciales.

En buena medida, esta disminución obedece a la suspensión de permisos de obra, en particular en la Ciudad de México. A su vez, la obra civil, que tiene un peso de 17% en el sector, se contrajo 6.1%, pues sigue reflejando la contracción de la inversión pública y gasto en infraestructura.

Para este año la perspectiva es peor, debido a que por la pandemia la Construcción se frenará aún más, porque inicialmente sólo se permitió continuar con las obras emblemáticas de esta administración y debido a las señales negativas hacia la inversión.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx