Ciudad de México.- El renovado pacto comercial entre Canadá, Estados Unidos y México, que entró en vigencia el miércoles, busca crear una especie de fortaleza para el comercio en Norteamérica, pero las grietas ya empiezan a aparecer en sus cimientos.
A medida que se inicia el acuerdo, el gobierno de Donald Trump está amenazando a Canadá con nuevos aranceles al aluminio, y una líder laboral mexicana ha sido encarcelada, lo que subraya las preocupaciones sobre las reformas laborales cruciales en el reemplazo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estuvo vigente desde 1994.
El Tratado entre México, Estados Unidos, y Canadá (T-MEC) incluye reglas de contenido norteamericano más estrictas para autos, prohibiciones contra la manipulación de divisas y nuevas reglas sobre servicios digitales, inexistentes cuando se lanzó el TLCAN, calificado por Trump como el “el peor acuerdo comercial jamás hecho”.
El pacto también entra en vigencia en un momento tenso para la economía cuando la pandemia del coronavirus ha desencadenado una profunda recesión global. El flujo de bienes entre los tres miembros del T-MEC ha caído a su nivel más bajo en una década desde los 1.2 billones de dólares del año pasado.
“El champán no es tan efervescente como podríamos haber esperado, incluso en las mejores circunstancias, y hay problemas provenientes de todos lados”, dijo Mary Lovely, profesora de economía de la Universidad de Syracuse. “Este podría ser un acuerdo comercial que rápidamente termina en disputa y mayores barreras comerciales”.
Los problemas que afectan al T-MEC incluyen cientos de desafíos legales a la nueva ley laboral de México promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para garantizar que los trabajadores puedan organizarse libremente y que los sindicatos tengan plenos derechos de negociación colectiva.
Una decisión en su contra dañaría la capacidad de México de cumplir con las disposiciones destinadas a terminar los contratos laborales acordados sin el consentimiento de los trabajadores, algo que ha mantenido los salarios crónicamente bajos en el país latinoamericano.
Los demócratas en el Congreso estadounidense insistieron en disposiciones laborales más duras el año pasado antes de otorgar su aprobación, lo que provocó una renegociación sustancial de los términos acordados por primera vez en octubre de 2018.
El arresto de la abogada laboral mexicana Susana Prieto a principios de junio ha fortalecido los argumentos de los sindicatos estadounidenses de que los defensores de derechos mexicanos no están siendo suficientemente protegidos.
El Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo a mediados de junio que presentará los casos de disputa “temprano y con frecuencia” para hacer cumplir las disposiciones del TMEC.
Ello podría llevar a un aumento de los aranceles sobre los bienes que no cumplan determinados requisitos, como los productos de fábricas donde se encuentran violaciones laborales.
Carlos Vejar, exnegociador comercial mexicano, dijo que a México le interesaba cumplir las promesas hechas para fortalecer los sindicatos y acabar con el trabajo infantil.
“Si México no está consciente de eso, sí va a haber casos contra México, y sí los va a perder”, adelantó.