Claudia E. Anaya (*)
A nivel internacional, los esfuerzos para reactivar la economía han tenido resultados un tanto impares. Los adelantos en el desarrollo de una posible vacuna contra el Covid-19 y el reinicio gradual de actividades determinan el rumbo de las bolsas más importantes semana a semana, teniendo golpes ante las sospechas de nuevos brotes.
Naturalmente, esto ha permeado en un rubro tan sensible al panorama actual como lo es el turismo, viendo cómo se han empezado a abrir nuevamente las fronteras para después contemplar diagnósticos obligatorios a los turistas en su regreso como en Alemania o la reinstalación de cuarentenas para los viajeros como es el caso del Reino Unido.
En estas circunstancias, el camino para el turismo mexicano luce un tanto escabroso y con baches difíciles de sortear, pese a los constantes intentos de los organismos del sector por paliar los efectos de la pandemia.
Ejemplo de esto fue que, durante la semana pasada, se dieron a conocer los resultados del primer semestre del año en materia de arribos vía aérea al país, los cuales reflejaron un descenso del 53.4 por ciento de turistas internacionales a raíz del coronavirus.
El titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), Miguel Torruco Marqués, señaló que entre enero y junio arribaron cuatro millones 707 mil visitantes del extranjero, lo cual indicó una reducción de poco más de la mitad de la cifra reportada para el mismo periodo de 2019.
El país con la contracción más severa en emisión de viajeros fue el Reino Unido, cuyos visitantes se redujeron un 68.4 por ciento; le siguieron otros países europeos como España, Alemania y Francia, que mostraron recortes del 60.9, 56.2 y 44.8 por ciento, respectivamente.
En el caso de los Estados Unidos, que funge como el principal emisor de turistas para el país, se reportó una caída del 55.1 por ciento respecto al año pasado, mientras que los visitantes provenientes de Canadá se redujeron un 38.7 por ciento.
A nivel general, el aeropuerto de Cancún figuró como el principal receptor de turistas internacionales con un millón 932 mil viajeros, 54.9 por ciento menos que el año anterior.
Otras ciudades que también acapararon la afluencia de viajeros fueron la Ciudad de México, con un millón 64 mil vacacionistas, y Los Cabos, con apenas 453 mil 664 viajeros de otras naciones.
Posteriormente, como una respuesta concreta a la situación actual del rubro, la Sectur, de la mano con la Asociación de Bancos de México (ABM), el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Nacional Financiera (Nafin), anunció el Programa de Impulso al Sector Hotelero.
La iniciativa, que cuenta con recursos por 11 mil 40 millones de pesos, buscará impulsar a los pequeños y medianos hoteles con créditos que les permitan reiniciar actividades pese a los actuales problemas de liquidez.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo, si bien el programa se dirige principalmente a hoteles, las agencias de viajes y las empresas transportistas también podrán acceder a los créditos.
El programa se mantendrá vigente durante lo que resta del año y sus fondos funcionarán a una tasa de interés de hasta 13.5 por ciento.
El presidente de la ABM, Luis Niño de Rivera, indicó que la rasa anunciada es el tope y que los montos de los préstamos irán de los 220 mil pesos hasta los 30 millones.
La medida, atípica para una 4T que se ha tomado con excesiva calma los efectos de la pandemia, apunta a una situación muy grave para dejarla pasar con tibias campañas de promoción. El tema es que una constante de la actual administración es tomar decisiones importantes con retraso, por lo que este avance podría volverse apenas en un logro pírrico frente a una debacle en la industria turística que se antoja cada vez peor.
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(*) Directora Adjunta de la Revista Hábitat Mx