Nueva York.- El índice S&P 500 se acercaba el martes al máximo histórico que anotó en febrero, en un regreso a los niveles vistos poco antes de que estallara la crisis del coronavirus que provocó los derrumbes más dramáticos en la historia de Wall Street.
El referencial de Nueva York se situaba alrededor de un 0,5% de su máximo del 19 de febrero, cuando los inversores empezaron a desprenderse de acciones en anticipación a lo que terminó convirtiéndose en la peor contracción de la economía estadounidense desde la Gran Depresión.
Las tasas de interés ultra bajas, los billones de dólares provistos en estímulos y, recientemente, datos mejores a lo previsto en la temporada de resultados corporativos, han permitido a los tres principales índices de Wall Street recobrar fuerza.
El índice Nasdaq, compuesto por los gigantes de la tecnología, se ha visto beneficiado por las empresas que generan ingresos a partir del consumo desde el hogar, como Amazon.com Inc, Netflix Inc y Apple Inc, aunque el martes en las operaciones de la mañana caía un 0,4%.
En tanto, el promedio industrial Dow Jones avanzaba y se encontraba a un 5% de su máximo récord marcado en febrero.
A las 1502 GMT, el Dow Jones subía 319 puntos, o 1,14%, a 28.109,42 unidades; mientras que el S&P 500 sumaba 12,15 puntos, o 0,36%, a 3.372,62 unidades; y el índice compuesto Nasdaq bajaba 44,92 puntos, o 0,41%, a 10.923,43 unidades.
Los sectores de finanzas e industrias, que durante este año han quedado rezagados en la bolsa, eran los principales impulsores tras la racha alcista del S&P 500.
En otro factor que sustentaba la confianza, el presidente Vladimir Putin anunció que Rusia se había convertido en el primer país del mundo en otorgar la aprobación regulatoria a una vacuna contra el COVID-19. Pero la rápida autorización inquietaba algunos expertos, ya que la vacuna aún no ha arrojado resultados de los ensayos clínicos de gran escala.
Los inversores ahora esperan de que republicanos y demócratas resuelvan sus diferencias y acuerden otro programa de ayuda para apoyar a unos 30 millones de estadounidenses desempleados, ya que la batalla contra el virus está lejos de terminar y los casos en Estados Unidos superaron los 5 millones la semana pasada.