Política Global

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  • Telefonistas: ilegal la reelección de Hernández Juárez; se ampara
  • La STyPS intenta legitimarlo; conflicto de intereses: aduce disidencia
  • Reelección mata democracia

Juan Barrera Barrera

Francisco Hernández Juárez se reeligió una vez más al frente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) mediante elecciones que no estaban permitidas por las autoridades de salud y laborales por no haber condiciones propicias por la crisis sanitaria del COVID-19, por lo que su elección es ilegal.

El 31 de julio el gobierno federal publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) que los sindicatos que tuvieran elecciones estatutarias, hasta el 30 de septiembre, se les otorgaría una toma de nota extra por la pandemia e indicaba el aplazamiento de las elecciones internas para renovar dirigencias sindicales.

Sin embargo, a principios de septiembre FHJ violando lo dispuesto en el DOF pública la convocatoria a las elecciones para renovar la secretaría general, las cuales se realizan a medidos del mismo mes, por lo que la corriente sindical disidente Renovación Democrática de los Telefonistas (RDT) interponen una demanda de nulidad y un amparo indirecto ante el Poder Judicial de la Federación por nulidad del proceso electoral.

Luisa María Alcalde intenta legitimar a Hernández Juárez

A Hernández Juárez no le entregaron la toma de nota el 2 de octubre, la fecha legal. Sobre el tema la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján, argumenta que no se la otorgaron porque todavía están en la revisión de las votaciones. Sin embargo, no lo han hecho por la demanda interpuesta y porque buscan legitimar la continuidad del dirigente, precisa Eréndira Leyva, de la corriente Renovación Democrática.

El argumento que utilizó el grupo sindical de la planilla verde que lidera Hernández Juárez para convocar a elecciones, de acuerdo a declaraciones de uno de los asesores del sindicato, Carlos Mendoza, fue para evitar la falta de representatividad en que quedaría el sindicato, es decir, en un vacío legal. Pero es un argumento falso, ya que a partir de que se decreta la pandemia todos los sindicatos quedaron protegidos legalmente, asegura Francisco Núñez.

Los dirigentes de Renovación Democrática acusan conflicto de intereses en la STyPS que pudiera sesgar una solución favorable a Hernández Juárez. Según Eréndira Leyva el papá de la titular del Trabajo, Arturo Alcalde Justiniani, reconocido abogado laboral, es asesor del STRM, de ahí que infiera que por esa razón se le permitió al sindicato realizar la elección para después legitimar su reelección, pero sin bases legales.

“Vemos que la revisión de las votaciones está amañada y Luisa María Alcalde mintió incluso en la revisión contractual ya que no fue votada porque no se realizaron las asambleas para su discusión antes de las elecciones en las que la gran mayoría de los telefonistas no participó.

La titular de la ST se presentó a la firma del nuevo CCT sin haber concluido el periodo de las votaciones para la revisión. Por esas acciones no esperamos una resolución favorable a nuestra demanda de amparo conforme a derecho”, adelanta la disidente telefonista.

Además, las elecciones no fueron supervisadas por las autoridades de la Secretaría del Trabajo como está estipulado en la LFT, y no podían hacer esa tarea por el ordenamiento federal que las había prohibido, así como las asambleas y tomas de nota por la emergencia sanitaria, subraya Eréndira Leyva. Fueron varias organizaciones sindicales que estuvieron en esa situación, entre ellos los electricistas del SME, agregó en entrevista con este columnista.

El proceso de elección del STRM culminó el 10 de septiembre y según el conteo del propio sindicato de los 35 mil 472 votos que se emitieron a nivel nacional (los jubilados no participaron), la Planilla Verde que encabezó Francisco Hernández Juárez resultó ganadora con el 87.7 por ciento de los votos, por lo que el sempiterno líder sindical, de 71 años, es reelegido por 12va ocasión por cuatro años más (2020-2024) al frente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y con ello sumará 48 años al frente del gremio.

Reelección mata democracia sindical

Las reelecciones en el Sindicato de Trabajadores Telefonistas de la República Mexicana no se entiende sin el concurso de la Convención Nacional, controlada por la dirigencia oficial, que es la encargada de aprobar un artículo “transitorio” en los estatutos sindicales (“por esta única ocasión, y sin que siente precedente”) para que Hernández Juárez pueda volver a contender a la secretaria general, ya que los estatutos prohíben la reelección de este cargo.

Hernández Juárez es una suerte de dirigente sindical que llegó, en 1976, a la dirigencia nacional de uno de los principales gremios que contrata con la empresa de telecomunicaciones más importante de México, la translatinoamericana Telmex, exigiendo democracia interna, sin embargo, ya superó con creces a su antecesor, Salustio Salgado, quien tenía 16 años como secretario general de la organización sindical cuando el movimiento de huelga lo retiró.

Ahora esa gesta de la historia del movimiento obrero, que fue un ejemplo para otros sindicatos en una ápoca de férreo control sindical, prometía una vida democrática moderna, participativa, más abierta y ejemplo para otras organizaciones se ha pervertido con el tiempo y con la continuidad de la dirección sindical telefonista de Francisco Hernández.

La democracia de una organización no se mide con el falaz argumento de que las reelecciones existen porque están legalizadas por los estatutos, o por la peregrina retórica de que así lo exigen las bases trabajadoras, cuando se sabe que la burocracia sindical se ha hecho de métodos de control, que incluyen la violencia, en la vida interna del sindicato, los cuales ya rebasan los límites del gansterismo sindical sobre los agremiados, especialmente contra la disidencia, de acuerdo a los testimonios de Leyva y Núñez.

Hernández Juárez, este año cumplió 71 años y lleva 44 años como secretario general del STRM, superando por mucho a sus homólogos destituidos o renunciados y repudiados no sólo entre sus afiliados, sino también por la sociedad por las acusaciones de corrupción: Carlos Romero Deschamps, de los petroleros; y Elba Esther Gordillo Morales, del magisterio ambos sumaron casi 50 años de manejar a sus sindicatos). En ese tenor también va Agustín Rodríguez Fuentes en el STUNAM con su Corriente Roja Unidad Sindical-Frente Flores Magón, que lleva siete reelecciones (el próximo año cumplirá 24 años al frente del sindicato universitario).

El STRM, sindicato de industria nacional, pertenece a la disminuida Confederación de Trabajadores de México (CTM) considerada durante muchas décadas como el principal pilar del sistema político mexicano y por lo tanto del PRI. Fidel Velázquez (1900-1997), el líder más longevo de la historia del movimiento obrero mexicano y del mundo. Lideró a esa central obrera por 56 años (1941-1997). Solo la muerte lo separó del poder sindical.

Son dirigentes que en sus inicios lucharon por la democracia sindical, un principio necesario para la defensa de los intereses de los trabajadores ante los patrones. Un liderazgo legitimado por las bases imprime cohesión y fortalece al colectivo gremial en las negociaciones contractuales, pero las ambiciones reeleccionistas de Hernández Juárez y su grupo sindical han minado las beses democráticas internas y como consecuencia devenido en pérdida de derechos laborales porque el liderazgo ha envejecido políticamente y el control sobre los agremiados ahora lo finca en gran medida en la colaboración con la empresa, pero ese será otro tema.