París.- Los países del G-20 acordaron por primera vez un esquema común para reestructurar deuda de gobiernos, en anticipación a la enorme carga fiscal que enfrentarán las naciones más pobres que han tenido que buscar más financiamiento externo por la crisis del coronavirus.
Los principales acreedores, incluyendo a China, deberán adherirse a las normativas comunes en torno a la forma en que deben reducirse o reestructurarse deudas que sea considerada insostenibles para las naciones.
En momentos en que la pandemia de COVID-19 pone bajo intensa presión a muchos países en desarrollo, los ministros de Finanzas del G-20 dijeron que se necesita más apoyo financiero que el actual esfuerzo de congelamiento de pagos de deuda, un plan que será extendido hasta el 30 de junio del 2021.
Organizaciones no gubernamentales dijeron que el acuerdo anunciado el viernes debería haber ido aún más lejos al incluir a naciones de ingresos medios y forzar a los inversores privados a aceptar cancelaciones.
La crisis del coronavirus ha exacerbado las dificultades de las naciones más pobres, un 50% por ellas en riesgo de sufrir incumplimientos. En una de las señales más alarmantes, Zambia está a punto de convertirse en el primer país de África en caer en ‘default’ en la era de la pandemia.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, elogió el acuerdo, al considerarlo como un “paso clave” para mejorar el sistema de deuda global, aunque señaló que muchos más países, además de los de más bajos ingresos, podrían enfrentar niveles de carga financiera insostenibles.
“La crisis no ha terminado”, afirmó, aunque sostuvo que la iniciativa de las 20 economías más grandes facilitaba la participación de acreedores del sector privado en los acuerdos de reestructuración.
“Cuento con el espíritu constructivo de todos para garantizar una implementación rápida y cooperativa del marco común, ya que hay varios países que están solicitando nuevos términos de sus compromisos de deuda, en particular en África”, dijo el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, a sus homólogos del G-20 durante una conferencia en línea.
China, que representó el 63% de la deuda total contraída con los países del G-20 en 2019, se había mostrado reacia a reconocer la necesidad de una cancelación o reducción total de los pagos pendientes de naciones en problemas.
De acuerdo al esquema, las naciones acreedoras negociarán juntas con el país deudor, que se espera pueda acceder a los mismos términos con acreedores del sector privado.
El esquema se basa en gran medida en las reglas establecidas por el Club de París, una agrupación informal de gobiernos de países en su mayoría ricos establecida en 1956, que hasta ahora era el único foro conjunto para negociar reestructuraciones de deuda.
Los ministros del G-20 dijeron en un comunicado que el esquema busca “facilitar el ajuste de deuda ordenado y oportuno” de las naciones elegibles para el congelamiento de pago de deuda dispuesto en abril, aunque solo se incluirá al sector privado de forma voluntaria.