Ciudad de México.- En el primer trimestre de 2017 (1T17) el crecimiento del PIB de México fue más enérgico de lo esperado, alcanzó 2.8% interanual. Un desempeño fuerte en el sector agropecuario y la resiliencia en el de servicios siguen respaldando la economía, de acuerdo con Fitch.
Fitch incrementó sus pronósticos de crecimiento a 2.0% para 2017 y 2.2% para 2018, desde 1.5% y 2.1% respectivamente. Sin embargo, el crecimiento será más lento que en 2016 debido al impacto sobre el consumo que podrían tener la incertidumbre elevada con respecto a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las políticas macroeconómicas más estrictas y una inflación mayor.
Fitch cree que los riesgos para las proyecciones de crecimiento siguen con inclinación a la baja. La incertidumbre que deriva de la renegociación de TLCAN continúa aunque la carta que emitió en mayo la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, donde notificó al Congreso de Estados Unidos su intención de renegociar el tratado después de 90 días, no contenía una retórica agresiva sobre aranceles unilaterales.
En lo que va de 2017, la tasa inflacionaria de México sigue en aumento, lo que impulsa a que Fitch modifique al alza sus pronósticos con respecto a la inflación para este año. En gran medida, el alza en la inflación refleja la depreciación de la moneda, situación que se ha exacerbado desde las elecciones de EE.UU., así como los incrementos significativos en los precios de la gasolina a principios de año. En mayo de 2017, la tasa de inflación anual alcanzó 6.2%, se coloca por encima de la tasa objetivo de 3% +/- 1%.
El banco central ha aumentado la tasa de interés para controlar la inflación y asegurar que las expectativas inflacionarias permanezcan bien ancladas. Desde diciembre de 2015, el banco central ha incrementado la tasa de interés a 375 puntos base. Para el resto de 2017, Fitch solo espera un aumento adicional moderado. También cree que, dado el ajuste monetario preventivo de México, el banco central será capaz de desvincular su ciclo de ajuste del de la reserva federal de EE.UU. en 2018; podría mantener tasas de 7%. Sin embargo, el comportamiento del peso mexicano y su impacto en la inflación continuarán siendo factores a observar.
El tipo de cambio ha experimentado una apreciación marcada desde los máximos alcanzados a principios de 2017. Este rebote parece reflejar una disminución en la preocupación por los daños que causarían las renegociaciones del TLCAN, el ajuste monetario y la provisión de coberturas en moneda extranjera del banco central que se liquidan en pesos mexicanos.