- El pintor Andrés Fidel, representante del realismo clásico, destaca que en nuestro país hay mucha gente abierta, dispuesta a compartir además de la cercanía entre artistas
- Lamenta la gravedad de la situación que se vive por la pandemia, aunque considera que eso ha ayudado a la introspección del ser humano
Andrés Fidel, destacado pintor y fotógrafo, es un artista contemporáneo, vanguardista, cuya obra se centra en el realismo y simbolismo, que toma como punto de inflexión la figura humana por su contenido existencial, sus limitaciones, sensualidad, capacidad para expresar el dolor y alegría de la vida.
Su pasión por el arte y la literatura lo llevaron a explorar diversos caminos y a estudiar métodos sobre el realismo clásico con el escultor y pintor ruso Gene Diakonov. Estos se basan en el dibujo en vivo, la construcción de la figura y el método sight-size. Continuó sus estudios en la Florence Academy of Art en Firenze, Italia, donde estudió dibujo académico.
Nacido en Estados Unidos, pero avecindado en la Ciudad de México donde creció, y desde hace tres años radica en la capital de la República luego de pasar una larga temporada en el extranjero, Andrés Fidel revela que en México, a diferencia de otras partes del mundo, se siente conectado con su obra, porque aquí, dice, hay mucha riqueza, talento y expresión artística. “Siempre me sentía como fuera de lugar en el extranjero”, dice el pintor.
El medio del arte es curioso, pues comenta que en otras generaciones la gente ha sido bastante cerrada, insegura de su propio beneficio y su propia posición en el arte y lo que encontró en México, afirma, fue mucha gente abierta y dispuesta a compartir y tener exposiciones, “había un poco más de cercanía entre los artistas, en mi experiencia a pesar de que también tuve alguna cercanía en Estados Unidos”.
“Participé con José Parra, artista de Guadalajara, en una exposición itineraria de varios artistas, mexicanos, colombianos, las puertas de los museos están más accesibles, lo cual es sorprendente porque uno escucha muchas historias de horror y de robo, pero en mi experiencia encontré entre los artistas y los interesados en la cultura cierta fluidez y compañía, eso fue interesante y agradable”.
Desde el 2009, Andrés Fidel practica también la fotografía. Su obra en el medio es un teatro interior con aspectos del pictorialismo y simbolismo orquestado por la luz y el poder lírico de la imagen. Este teatro intenta ser atemporal llenándose de máscaras, naturaleza y figuras humanas que comparten los espacios o los revelan.
Es parte del colectivo nawwa, comunidad multidisciplinaria en la que participan pintores, escultores, curadores, abogados, arquitectos, periodistas, entre otros profesionales.
“El artista en México es bastante vulnerable y una de las propuestas que me atrajo de nawwa es precisamente la protección hacia los artistas, de tomar su obra con seriedad y respeto”, comenta Andrés Fidel. Hay muchas poses en el mundo del arte y hay estafas. Participar con otros artistas, tener una variedad no sólo de estilos sino de percepciones y conocimientos, al igual que trabajar en el aspecto legal, ha sido muy refrescante. Me parece una propuesta, no sólo dentro del arte, sino una propuesta social muy positiva e importante.
Como la mayoría de los artistas, Andrés Fidel es sensible al comportamiento humano y la pandemia por el Covid-19, además de ser una terrible situación de salud y socioeconómica para la humanidad en su conjunto, ha limitado lo que podemos hacer o no, aunque considera que eso ha ayudado a la introspección del ser humano.
“Tengo temas que van relacionados con la soledad y la mortalidad. Tengo una obra, la cual está en nawwa, de la esperanza, del corazón que sana, que si bien está relacionada con el Covid, va más allá, pues es la aceptación de lo que surge en la vida. Me he ido mucho por el claro oscuro que da el enfoque de envolver la vida interior de las personas y eso refleja lo que se ha vivido en la pandemia”, concluye.