Francfort.- El Banco Central Europeo lanzó nuevas medidas de estímulo el jueves para ayudar a la economía a evitar recaer en recesión, en momentos en que los 350 millones de habitantes de la zona euro esperan el inicio de las vacunaciones contra el COVID-19.
Con muchas empresas cerradas, el desempleo en aumento y niveles de deuda en máximos históricos, este año el efectivo del banco central ha arrojado un salvavidas a gobiernos y empresas, pero es probable que pase gran parte del 2021 antes de que el bloque pueda ver una recuperación significativa.
En línea con su promesa de seguir apoyando la economía durante la pandemia, el BCE amplió su plan de compras de deuda y acordó proporcionar a los bancos liquidez aún más ultrabarata, siempre y cuando sigan traspasando el efectivo a las empresas.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que los consumidores seguían nerviosos y que la inversión de las empresas era vulnerable a recaídas en la confianza, lo que hace que la recuperación sea irregular y desigual en el mejor de los casos.
“Los datos recientes y las proyecciones de nuestro equipo sugieren un pronunciado impacto a corto plazo de la pandemia en la economía y una debilidad de la inflación más prolongada de lo previsto”, dijo Lagarde en una conferencia de prensa.
El banco publicó nuevas proyecciones sobre el crecimiento de la zona del euro el próximo año, que espera se sitúe en 3,9% en comparación con un pronóstico anterior de un alza 5,5%, aunque espera que el PIB se acelere 4,2% en 2022, desde una estimación previa de un avance de 3,2%.
Después de marcar el 1% el próximo año, la inflación avanzaría a 1,1% en 2022, por debajo de un anterior previsión de una aceleración del 1,3%.
Lagarde expresó su esperanza en que, hacia fines de 2021, las vacunaciones masivas contra el coronavirus habrán creado suficiente inmunidad de rebaño como para permitir que el gigantesco sector de servicios de la región recupere cierto nivel de normalidad, aunque añadió un tono de cautela.
“La incertidumbre sigue siendo alta”, dijo. “Seguimos preparados para recalibrar todos nuestros instrumentos según corresponda”, añadió la jefa del BCE.
El BCE incrementó el monto total de su Programa de Compras de Activos por Emergencia Pandémica (PEPP) en 500.000 millones de euros, a 1,85 billones de euros, y extendió el esquema en nueve meses hasta marzo del 2022, con el propósito de mantener los costos de financiamiento de empresas y gobiernos en mínimos récord.
“También continuaremos monitorizando la evolución del tipo de cambio con respecto a sus posibles implicancias para las perspectivas de inflación a mediano plazo”, expresó el organismo en su comunicado tras la reunión del consejo de Gobierno. Lagarde aclaró poco después que el BCE no intervendría en el tipo de cambio.
El BCE extendió además en un año el periodo durante el cual los bancos obtendrán una tasa de reembolso en sus Operaciones de Refinanciamiento a Largo Plazo (TLTRO), hasta junio de 2022.
El BCE también dijo en las semanas previas a la decisión del jueves que su trabajo se enfocaría en mantener los costos del crédito en su nivel actual durante más tiempo, en lugar de reducirlos aún más.
Bajo los términos de esa premisa, el banco mantuvo las tasas de interés sin cambios en mínimos históricos, aunque hizo hincapié en su promesa de larga data de recortarlas más si fuera necesario.
La tasa de depósitos bancarios del BCE se sitúa ahora -0,5%, mientras que la tasa referencial de financiamiento se mantiene sin cambios en 0%.