China le declara la guerra a H&M tras dejar de utilizar algodón de Xinjiang

Los productos de la marca dejaron de estar disponibles este miércoles en la plataforma Taobao, propiedad del grupo Alibaba

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Shanghai.- China, ante las acusaciones de violación de los derechos de la minoría uigur, emprendió medidas de retorsión contra el gigante sueco de la moda H&M, que el año pasado decidió dejar de utilizar algodón procedente de Xinjiang, la provincia donde reside esa minoría.

Los productos H&M dejaron de estar disponibles este miércoles en la plataforma Taobao, propiedad del grupo Alibaba, dos conocidos actores cortaron lazos con la compañía sueca y los medios estatales la criticaron.

Los medios de comunicación públicos hicieron alusión a «mentiras» e «segundas intenciones», la cadena CCTV acusó a H&M de «comerse el arroz chino rompiendo el bol» y de querer «destruir el desarrollo de las empresas y de los trabajadores chinos».

La actriz y cantante Victoria Song, que en el pasado colaboró con la marca sueca para una colección, dijo en un comunicado que rompía lazos con H&M y que los «intereses del país estaban por encima de todo».

La firma de ropa Hennes y Mauritz (H&M) anunció el año pasado que ya no utilizaría más algodón producido en Xinjiang, una provincia china poblada de uigures, una minoría musulmana que, según defensores de los derechos humanos, estaría reprimida y explotada por Pekín. Unas acusaciones que el régimen comunista niega.

La decisión siguió a un informe de la oenegé Australian Strategic Policy Institute en el que se acusa al grupo de haberse abastecido «potencialmente directa o indirectamente», entre 2017 y 2019, a través de estructuras que recurren a mano de obra uigur proveniente de «campos de reeducación».

En un comunicado, H&M China declaró el miércoles que no adhería a «ninguna posición política» y preveía continuar con sus actividades en China a largo plazo.

La Unión Europea (UE), Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá impusieron sanciones contra dirigentes de Xinjiang.

Según algunos estudios de institutos de Estados Unidos y de Australia, al menos un millón de uigures han sido internados en «campos» en Xinjiang, y algunos han sido sometidos a «trabajos forzados» y «esterilizaciones».

China desmiente tajantemente estas dos últimas acusaciones y afirma que los «campos» son «centros de formación profesional» destinados a alejar a la población del extremismo religioso y del separatismo, después de que se llevaran a cabo varios atentados imputados a ciudadanos uigures.