Pese a que en distintas zonas del globo se han visto atisbos de reactivación económica postCovid-19, la región de América Latina ha tenido dificultades en la recuperación de sectores clave como el automotriz, el turístico y el de vivienda
José Gijón
A poco más de un año desde su comienzo, la pandemia de la Covid-19 ha repercutido de forma severa en los distintos ámbitos de la vida, haciendo especial mella en prácticamente todos los rubros de la economía mundial.
Las potencias han visto una escalada gradual en sus indicadores previos a la contingencia global, pero la región comprendida por América Latina ha tenido dificultades para recuperar su ritmo previo en sectores clave.
De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), esta zona registró una contracción anual del Producto Interno Bruto (PIB) del 8%.
Aunado a ello, de 33 países observados, apenas seis dedicaron más del 0.1% de su PIB en planes de recuperación postCovid-19 en una proporción significativa, entre los que se encuentran Chile (14.9%), San Cristóbal y Nieves (13.3%), Santa Lucía (11.3%), Bolivia (10.5%) y Brasil (9.26%).
La directora regional de la iniciativa, Piedad Martín, destacó que la pandemia es tan sólo una de muchas posibles crisis para estos países, ya que una gran parte del PIB se sostiene en un reducido número actividades altamente vulnerables a la volatilidad del mercado mundial, lo cual genera menor resiliencia económica frente a fenómenos externos como la pandemia.
En este sentido, la calificadora Standard & Poor´s Global Ratings dio a conocer que entre las industrias más afectadas a raíz de los confinamientos forzosos suscitados desde inicios de 2020 se encuentra la automotriz, la energética, la hotelera, de transporte, de bienes raíces y el desarrollo de viviendas, entre otras.
El primero de los rubros ha resultado especialmente perjudicado ya que la caída en la venta de vehículos provocó como efecto secundario que los semiconductores utilizados en su elaboración se canalizaran a la fabricación de equipos de cómputo, lo cual ha generado escasez de componentes en todo el mundo.
Según Hugo Montoya Díaz, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) de La Laguna, esta situación ha incidido en la producción de plantas de Volkswagen, Ford, Chrysler y General Motors, entre otras.
Como consecuencia, la industria se ha visto forzada a programar una serie de paros técnicos escalonados para lidiar con la situación, misma que ha aletargado la recuperación del sector automotriz y que se prevé se extienda hasta 2022.
“Las mismas armadoras han ido ajustando sus programas de producción para poder cumplir sus pedidos, además han sustituido esta escasez con algunos componentes más mecánicos para poder cumplir con producciones”, explicó Manuel Montoya Ortega, director general del Clúster Automotriz de Nuevo León.
El experto indicó que, pese a que se esperaba una recuperación para este año, existe la probabilidad de que el sector se recupere a lo sumo un 15% aunque ya se encuentre operando aproximadamente al 90% de su capacidad.
Por su parte, la Industria Nacional de Autopartes (INA) de México espera que la situación se regularice durante el segundo semestre del año a medida que la demanda de semiconductores para teléfonos y computadoras disminuya.
«A partir de la segunda quincena de julio comenzaremos con la baja en la afectación por semiconductores, ya que es cuando esperamos se dé el pico de afectación y, posterior a esa fecha, se irá disminuyendo, hasta diciembre 2021, cuando estará regularizada», indicó Alberto Bustamante, directivo de la INA.
