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Crecer o no ser..

Mario Sandoval Chávez

México mejora la proyección de crecimiento del PIB para este 2021, pudiendo ser superior al 6.5%, diversos analistas internacionales y estudios económicos nacionales, así como Banxico, subieron sus expectativas. Ello se debe a una recuperación de mayor dinamismo por la demanda externa, el avance en vacunación que ya ubica la aplicación a esta segunda semana de julio en 50 millones de vacunas aplicadas, lo que ha incrementado la movilidad en el país, menos restricciones a la actividad económica, si bien en las últimas dos semanas el nivel de contagio se incrementó en especial en la generación millenial, esta misma ya está avanzando en la vacunación, por lo que debe contenerse la llamada tercera ola.

Banco de México, también prevé que la inflación tenga un efecto de moderación en los siguientes dos trimestres para ubicarse en niveles de 4.5%, pronosticando para 2022 una disminución a niveles de 3%. Los efectos han sido de efecto transitorio, por lo que los indicadores macroeconómicos clave se mantendrán estables. Ello en gran parte beneficiado por los programas de apoyo económico de los Estadios Unidos que se ven reflejados en la derrama colateral a México en una buena reactivación económica superior a las expectativas de diversos estudios económicos a principios de año.

Esto significa volver al crecimiento de manera más rápida, luego del decrecimiento del 8.5% del 2020, situación inédita y fortuita a nivel global, si el PIB logra llegar a niveles de 7% en este año, las posibilidades con una adecuada gestión del mercado interno podría generar expectativas de crecimiento promedio de 4% en el PIB para los años 2022, 2023 y 2024. Ello es fundamental, la economía debe crecer más que el ritmo de crecimiento de la población, situación que solo se observa explosiva negativamente cada año en la economía informal que representa más del 50% de la PEA (población económicamente activa) la cual al mes de junio 2021 se ubica en 58 millones de personas.

La recuperación de empleo es una realidad, el empleo de un año a otro tuvo una recuperación del 93%, el sector manufacturas y agrícola de exportación son los más dinámicos en la recuperación, en tanto el sector comercio, servicios y construcción son los que más rezago reflejan, consecuencia de que falta dinamizar el mercado interno con políticas claras que impulsen las economías regionales. Eso es lo que provoca que más de 25 millones de mexicanos estén en la economía informal, lo cual tiene efecto directo en finanzas públicas, bajos niveles de ahorro, altos índices de corrupción en todos los niveles y un contenido mercado interno que no es competitivo.

Ahora bien la economía Informal aporta 23 pesos de cada 100 pesos del PIB, en tanto las MIPYMES aportan 52 pesos de cada 100 pesos del PIB, en tanto las grandes empresas 25 pesos de cada 100 pesos del PIB. Sin embargo la atención del sector financiero, político y mediático se concentra en las grandes empresas y sus intereses. La economía informal requiere de capital relevante bajo, lo que hace que predomine como actividad económica de pequeña escala, eso hace que el Estado Mexicano ante su fallida estrategia de crecimiento económico por décadas, la tolera y estimula. Sin embargo no estimula el crecimiento económico sostenido empresarial, sino de sobrevivencia económica.

Para dimensionar el asunto con nuestro mayor socio comercial, el mercado laboral en USA se estima en 164 millones su PEA (tres veces más que México), sin embargo también estiman 8 millones de inmigrantes indocumentados que forman parte de su economía informal, esto es una tasa del 5% de informalidad en USA contra del 50% del caso mexicano. Ningún país desarrollado puede lograr crecimiento sostenido si su economía informal es mayor al 10% de su PEA, en el caso mexicano la simulación de tasa de desempleo del 4% es un autoengaño, pues lo que se estimula es la economía informal.

Para dar validez a lo siguiente el INEGI reporta 4.9 millones de empresas, muy similar al SAT (en esa relación se consideran a empresas y personas físicas con actividad empresarial), dato que contrasta con las empresas registradas como patrones en el IMSS que registra a 950 mil empresas dadas de alta en el instituto que brindan empleo formal a 20 millones de mexicanos que cuentan con seguridad social, con un salario mensual promedio de 10 mil pesos lo que ha limitado la movilidad laboral y que motiva la informalidad. En ello tiene que ver frecuentes cambios en la Ley del Trabajo y pocos estímulos en especial para la MIPYMES en el tema de competitividad laboral.

Por otra parte hay 3 millones de trabajadores afiliados al ISSSTE (con salario promedio mensual de 20 mil pesos) y en el caso de las fuerzas armadas hay un registro de 500 mil personas (un soldado raso se ubica en 12 mil pesos mensuales que el nivel de ingreso más bajo). Quienes cuentan con prestaciones de seguridad social más atractivas y que no ofrece la iniciativa privada y además con planes de retiro, que si bien no los tienen satisfechos, para nada se compara con los planes de retiro del sector privado asociado al IMSS. Lo anterior refleja como el estado ha sido un promotor silencioso de la informalidad, lo cual inhibe el crecimiento económico y el uso extensivo de capital privado.

La incertidumbre política y el proteccionismo generan desconfianza para la inversión desde hace décadas, la visión de la macroeconomía como factor clave para detonar la economía en todos sus niveles no ha resultado, desde las crisis de los 80s y el manejo de las crisis de los 90s, generó la extranjerización y privatización de sectores fundamentales en los que se generó deuda de largo plazo que todos los mexicanos pagamos por lo menos en las siguientes tres generaciones. El sector exportador ya abrió la brecha para lograr eficiencia y competitividad, ahora el mercado interno debe asociarse con políticas públicas que estimulen en especial a las MIPYMES.

Las Microfinanzas se orientan al mercado informal, para ello tienen microcréditos solidarios o grupales, sin duda les genera capital de trabajo, pero es un mecanismo de supervivencia, apoyo social y no de desarrollo sostenido y menos de impulsar el crecimiento de la décima segunda economía en el mundo. La economía informal genera flujo diario, pero no genera patrimonio, es vulnerable como ya se vio con la pandemia, por otra parte los subsidios y corrupción en suministros (luz, espacios públicos) y liderazgos caciquiles corruptos son de alto impacto social y económico.

Las MIPYMES no buscan microcréditos o créditos a la palabra, son en el caso específico con las microempresas negocios con facturación anual hasta de 4 millones de pesos y hasta 10 empleados en nómina, por lo que requieren crédito para capital de trabajo, equipamiento o incluso instalaciones físicas. Son créditos con diseño paramétrico pero con enfoque a su actividad productiva. Las pequeñas empresas son de 11 a 30 trabajadores con ventas anuales de 4 y hasta 100 millones. Las medianas empresas van de 31 a 100 trabajadores y sus ventas de 100 y hasta 250 millones de pesos. Estos tres estratos de empresa son negocios que representan el dinamismo de las economías regionales y son fundamentales para la recuperación y crecimiento de empleo formal.

Por lo que CRECER es fundamental en este sector, en ello la credibilidad y certeza en un Poder Judicial que se ha quedado rezagado y que de manera inédita el Ministro Zaldívar reconoce que la corrupción existe en los tribunales del país y quien no lo acepte es que desconoce de la práctica del litigio. La Reforma Judicial es fundamental en el sector financiero, que debe ser el detonador de crecimiento del crédito productivo y del mercado interno. El estado de Derecho en el sector financiero, permite bajar costos, apoyos más adecuados a cada sector de la economía y al consumo.

Para el nuevo titular de la SHCP que esta semana entra en funciones, tiene la responsabilidad ahora para que confirme en la práctica sus análisis económicos y aplique las estrategias y se ejecuten. En sus manos está el que la Banca de Desarrollo, entienda que tienen un mercado potencial superior de 4 millones de empresas, que el portafolio de colocación debe asociarse a la contribución del PIB que genera cada tamaño de empresa, siendo Micro y Pequeñas prioritarias, en lograr una cruzada nacional para integrar a la formalidad a la mayor base laboral, con esquemas logrables de largo plazo y no sexenales, hoy tienen la oportunidad de dejar las bases y devolver a la Banca de Desarrollo su mandato de fomento al sector productivo como lo fue en los 60s, 70s, y parte de los 80s. Ello obligadamente generará que la Banca Privada y los Intermediarios no Bancarios sean actores relevantes en el sector productivo.

CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios.
Ex Presidente Nacional AMFE
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Twitter@MarioSanFisan