Política Global

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  • El canciller mexicano entra a la sucesión presidencial
  • El senador Monreal se anota en la lista, no oficial.
  • Valorar el etiquetado de las corcholatas

Juan Barrera Barrera

En la apertura del proceso de sucesión presidencial, adelantado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, a tres años de que finalice su gobierno, ya hay dos aspirantes que han expresado públicamente su deseo de participar llegado el momento y se suman a la figura de Claudia Sheinbaum.

El senador Ricardo Monreal decidió subirse a la arena política de la sucesión de AMLO, a pesar de que no fue incluido en la lista oficial que conforman seis funcionarios, pero eso no impidió manifestar su interés de contender con las normas que establezca en su momento su partido Morena. Sin embargo, descalificó el método de la encuesta, pues ya tiene un antecedente, el de 2017, en el que salió muy perjudicado.

En ese año se disputaban la nominación a la jefatura de Gobierno de la ciudad de México, en la que salió triunfadora la actual alcaldesa, Claudia Sheinbaum Pardo. Fue un proceso muy cuestionado, pues fue una encuesta totalmente amañada, se manejó con toda secrecía, en la que la mano de López Obrador se inclinó en favor de la científica, es decir, una nueva versión del tradicional dedazo del viejo PRI.

El sistema de encuestas de Morena tanto para designar candidatos a cargos de elección popular, como para elegir a sus dirigentes han sido muy criticadas por el desaseo en su formulación por lo que los resultados han provocado conflictos internos deteriorando altamente la imagen de la propia formación política. El más reciente, por la importancia, fue la encuesta para la designación de su dirigente nacional, Mario Delgado, que ya ha dicho que ese será el método de elección para el 2024 y lo ha secundado Claudia Sheinbaum, faltaba más.

Marcelo Ebrard va: “Siempre resistimos”

“No se confundan: ya van varias veces que nos dan por muertos y aquí estamos. Siempre resistimos”. Con esta frase el canciller Marcelo Ebrard, subió al escenario de sucesión presidencial en una reunión cuasi-privada en una hacienda en Ocoyoacac, estado de México este sábado, en la que concitó a un centenar de invitados entre su equipo de colaboradores, empresarios, militantes de Morena y de otros partidos, y legisladores.

Este martes en la conferencia de prensa matutina el ex jefe de Gobierno de la CDMX, agradeció al primer mandatario su gesto por haberlo considerado como prospecto a sucederlo y aprovechó la tribuna de Palacio Nacional para hacer pública su intención de contender por la designación de Morena a la presidencia de la República.

Con Claudia Sheinbaum, como protegida y carta favorita de AMLO no necesita pronunciarse al respecto, ya se han perfilado los tres bloques que podrían pelear por suceder a López Obrador, pero conforme avance el tiempo y los escenarios se vayan modificando, se podrán reducir a dos y si me apuran, ya en caso extremo, solo quedaría en el camino la jefa de la CDMX.

Esto último dependerá de la correlación de fuerzas que cada grupo vaya tejiendo y construyendo. En este escenario Claudia que representa la línea fiel de AMLO, está en desventaja, pues no cuenta con una estructura de apoyo de nivel nacional, como lo tienen los dos pesos pesados, el titular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y el líder del Senado, Ricardo Monreal.

El reciente nombramiento del senador Martí Batres Guadarrama como nuevo secretario de Gobierno de la Ciudad de México va en ese sentido, crear un contrapeso real a los otros dos grupos, entre otras tareas relativas a la nueva configuración política en la capital en donde la oposición tuvo un avance importante en las recientes elecciones.

AMLO debe valorar el etiquetado de sus corcholatas

Batres Guadarrama, al igual que su nueva jefa pertenece a la corriente de izquierda llamada “Los puros”, ha tenido serios desencuentros con Marcelo, quien lo despidió de la secretaría de Desarrollo Social y con Monreal Ávila, quien le impidió reelegirse como presidente de la mesa directiva de la Cámara Alta.

A pesar de que tanto Claudia Sheinbaum como Marcelo Ebrard han librado más bien que mal el caso del desplome de la línea 12 del Metro, ha sido motivo para el golpeteo. Al equipo de la jefa de Gobierno de la CDMX se le atribuye la filtración de información al periódico The New York Times, sobre la responsabilidad del canciller en la construcción de esa línea de transporte público.

Los ataques serán un serio riesgo en una sucesión tan adelantada. Tal vez por eso se eligió al estado de México para la reunión de lanzamiento de Marcelo a la sucesión presidencial, como una señal de respeto a Sheinbaum de no meterse en el territorio que gobierna y en reciprocidad de que la entidad mexiquense tiene prioridad en las aspiraciones del movimiento Marcelo 24. Vamos a ver cuánto tiempo dura esta actitud.

Al final del día, los músculos políticos del canciller y del senador zacatecano podrían hacer equipo y contrarrestar el peso y carisma del presidente López Obrador en favor de su ahijada política. Y si no es por la vía de Morena no faltarán partidos que los arropen con su registro. La ruptura será el riesgo mayor para la continuidad del proyecto de la llamada 4-T, en caso de que no haya piso parejo para todos los cotendientes.

AMLO tendrá que valorar seriamente el mejor perfil y el personaje mejor posicionado en el etiquetado de sus corcholatas, que ya están en campaña.