- Estados Unidos aplica T-MEC al corporativismo sindical
- General Motors laboratorio de nueva democracia laboral
- Reglas de origen, foco de posibles confrontaciones México-EU
Juan Barrera Barrera
La semana pasada el sindicalismo tradicional (que se fundó a través del corporativismo del Partido Revolucionario Institucional y sus sucesivos gobiernos), sufrió una derrota histórica que marcará un hito en el mundo laboral, en lo que se refiere a la democracia interna de las organizaciones sindicales en México, bajo un nuevo modelo institucional.
El martes 17 y miércoles 18 de la semana pasada en la planta de la General Motors, ubicada en Silao, Guanajuato, a través de un proceso de consulta la mayoría de los seis mil trabajadores rechazaron el contrato colectivo de trabajo que había sido firmado por la empresa y el sindicato Miguel Trujillo López, afiliado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Los días 20 y 21 de abril se llevó a cabo una primera votación, pero fue suspendida por “irregularidades graves que afectaron los resultados de la votación” por lo que la Secretaría del Trabajo ordenó una nueva jornada en un lapso de 30 días hábiles. Se acordó que en las dos rondas de votación de la semana pasada participaran observadores de la Organización Internacional del Trabajo y del Instituto Nacional Electoral, los cuales fueron garantía de transparencia.
Democracia sindical inédita en México
Además, en el acuerdo entre México y Estados Unidos, firmado el 8 de julio, se estableció reponerlo antes del 20 de agosto y que la General Motors, que lleva 85 años operando en tierras aztecas, mantuviera una posición neutral y que respetara los resultados, es decir, fue un golpe directo a la simulación y a los contratos de protección que por muchos años fue una práctica común durante los regímenes priístas y que continuaron con los panistas que decidieron aliarse con los dirigentes sindicales corruptos y antidemocráticos.
En este ejercicio inédito de democracia sindical interna, Estados Unidos aplicó por primera vez el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en Instalaciones Específicas” (MLRR) relativo al anexo 23 A que establecen las cláusulas de democracia sindical y participación en la negociación de los contratos colectivos de trabajo por parte de los trabajadores a través del voto libre, secreto y directo.
La reposición de la votación en Silao surgió luego de que el gobierno de Washington pidiera oficialmente a México que revisara una posible violación a los derechos laborales de los trabajadores de la empresa automotriz. Y en caso de no cumplir con las nuevas normas del tratado comercial, EU en este caso podría prohibir a México el ingreso del producto a su territorio o aplicar un arancel de hasta el 25% a sus exportaciones.
Esta fue la segunda denuncia presentada por el gobierno de Joe Biden. El primero fue el de la empresa Tridonex, en Matamoros, Tamaulipas, que finalmente se comprometió a indemnizar a 154 trabajadores despedidos injustificadamente, así como garantizar la libre asociación de los trabajadores y otras acciones contempladas en el MLRR.
El T-MEC contiene nuevos lineamientos de observancia muy estricta en materia laboral. México se comprometió a respetar la libertad de asociación de los trabajadores, la negociación colectiva, la creación de órganos independientes e imparciales para verificar las elecciones gremiales y a una justicia laboral expedita, entre otros.
Lo que debemos esperar es que este nuevo esquema de libertad sindical trascienda a las empresas subsidiarias establecidas en México del sector exportador, y que pueda extenderse a otros sindicatos incluyendo los grandes y poderosos gremios nacionales de industria y de servicios como el de los petroleros, telefonistas, electricistas, el magisterio o del Seguro Social.
El desarrollo económico del país depende inobjetablemente del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, pero también de la condición de contar con mano de obra mejor calificada y que los sindicatos se modernicen bajo nuevos mecanismos de participación para que efectivamente puedan obtener mejores salarios y prestaciones para sus representados en los contratos colectivos de trabajo.
Ambigüedad en reglas de origen, foco de confrontación
Este apartado sobre democracia sindical consignado en el nuevo tratado de libre comercio en adelante seguramente generará confusión y controversia entre los dos gobiernos por la injerencia de un gobierno extranjero en asuntos que históricamente había competido exclusivamente a una negociación tripartita: gobierno mexicano, las organizaciones gremiales y a los empresarios.
Se puede cuestionar que el avance democrático en el medio laboral haya venido del exterior y no de un proceso interno por todas las consecuencias que ello significa que un país ajeno esté fiscalizando continuamente la vida interna de los sindicatos, lo que en términos nacionalistas representa cierta pérdida de una porción de soberanía. Pero aún es prematuro saber del verdadero impacto en la democracia sindical nacional que el MLRR tendrá en México.
Por lo pronto, en la cúpula del sector empresarial ya se prendieron las alarmas porque la industria afectada directamente será la industria automotriz, que los dueños del dinero consideran el motor de crecimiento de la economía y representa la parte más importante de las exportaciones. Por ello, Carlos Salazar Lomelí, que preside el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) pone el dedo sobre el tema, ante la posibilidad de ir a un panel de solución de controversias con EU por la “malinterpretación de reglas de origen del sector automotriz”.
El líder empresarial cuestiona la enorme publicidad que se le ha dado a los temas laborales, “pero hemos perdido de vista un tema que es importantísimo, que para que nosotros podamos tomar en cuenta y tratar de resolver que son las controversias y diferendos y diferencias de criterios que hemos tenido en la industria automotriz”.
Bueno, en el T-MEC si no es un asunto es otro, pero la ambigüedad en la redacción de las reglas de origen puede acarrear más confrontaciones entre México y Estados Unidos, porque no solamente es un acuerdo comercial, sino legal.