Londres.- El primer ministro británico, Boris Johnson, presentó el martes sus planes de subir los impuestos a trabajadores, empresarios y algunos inversores para intentar solucionar la crisis de financiación de la sanidad y la asistencia social, enfadando a algunos miembros de su partido de Gobierno al romper una promesa electoral.
Tras el derroche fiscal por la pandemia de COVID-19, Johnson aborda ahora los problemas del chirriante sistema de asistencia social británico, cuyos costes podrían duplicarse a medida que la población envejezca en las próximas dos décadas.
También ha tratado de abordar el retraso en el sistema sanitario británico, que ha hecho que millones de personas esperen meses para recibir tratamiento del Servicio Nacional de Salud estatal, después de que los recursos se reorientaran para atender a los enfermos de coronavirus.
«Sería un error por mi parte decir que podemos pagar esta recuperación sin tomar decisiones difíciles pero responsables sobre cómo la financiamos», dijo Johnson en el Parlamento.
«Sería irresponsable hacer frente a los costes a partir de un mayor endeudamiento y una mayor deuda», dijo, esbozando aumentos de impuestos que rompen una promesa hecha en el programa electoral del Partido Conservador de no aumentar esos gravámenes para financiar la atención social.
Durante años, los dirigentes británicos han tratado de encontrar una manera de pagar la atención social, aunque los sucesivos primeros ministros conservadores y laboristas han eludido el tema por temor a provocar el enfado de los votantes y de sus propios partidos.
Haciendo caso omiso de la profunda inquietud de su partido, Johnson presentó lo que describió como una nueva tasa de asistencia sanitaria y social que aumentará en 1,25 puntos porcentuales el tipo de los impuestos sobre la nómina de la Seguridad Social que pagan tanto los trabajadores como los empresarios, y el mismo aumento se aplicará también al impuesto sobre los dividendos de los accionistas.
Dijo que los aumentos recaudarían 36.000 millones de libras (50.000 millones de dólares) en tres años.
Johnson ha tratado de calmar la ira dentro de su Partido Conservador, considerado durante décadas como defensor de los impuestos bajos, ante estas subidas, que según temen varios legisladores podrían hacerles perder el apoyo en las próximas elecciones, que tendrán lugar en 2024.
Explicó que los británicos de edad avanzada ya no tendrán que hacer frente a los costes abrumadores que han obligado a muchos a vender sus casas para pagar por sus cuidados, y dijo que nunca podría haber previsto esta pandemia de coronavirus, que ha puesto aún más al límite los servicios.
«No se puede arreglar la sanidad y la asistencia social sin una reforma a largo plazo. El plan que presento hoy solucionará todos esos problemas a la vez», dijo, entre abucheos y risas de los legisladores del Partido Laborista de la oposición.
«Acepto que esto incumple un compromiso del manifiesto, algo que no hago a la ligera, pero una pandemia mundial no estaba en el manifiesto de nadie».