- PRI fiel de la balanza en el legislativo
- AMLO pide al PRI revisar su historial ideológico
- A prueba la alianza PRIANPRD
Juan Barrera Barrera
El legislativo se alista para decidir el desarrollo inmediato y futuro de la nación cuando tenga que analizar, discutir, aprobar o rechazar la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó a la Cámara de Diputados.
Morena y sus aliados no alcanzan la mayoría calificada, dos terceras partes de los votos, que les permitiría reformar la Constitución sin necesidad de negociar con la oposición. El bloque Morena-PT-PV suman 278 votos, le hace falta los 55 del PRI para asegurar su propuesta y echar abajo la reforma neoliberal que inició Carlos Salinas de Gortari y culminó el gobierno de Enrique Peña Nieto.
López Obrador ha emplazado al PRI a que se sacuda la sombra y el peso ideológico que, según él, tiene el salinismo sobre ese debilitado partido que sin embargo, con el voto de sus diputados harían la mayoría calificada y aprobar la tan anhelada reforma del mandatario, tal vez la más importante de lo que le resta de su administración.
AMLO pone a prueba el pasado “revolucionario” del PRI
En su conferencia de prensa mañanera del martes, AMLO expuso que la discusión de su iniciativa de reforma a la industria eléctrica en el Congreso constituye “un momento definitorio: una oportunidad histórica para que el PRI defina si continúa con el salinismo o retoma el camino de los presidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, quienes encabezaron la independencia energética”.
Es el choque de proyectos sobre lo que más conviene a México y a los mexicanos, en donde la parte ideológica está en el centro de las discusiones por encima de lo técnico. Dice el presidente López Obrador en defensa de su iniciativa que votar a favor de su propuesta es hacerlo por el fortalecimiento de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad, mientras rechazarla supondría seguir apoyando la privatización.
La propuesta presidencial nacionalista, natural por el ideario social en los principios de AMLO, ha propiciado una fuerte discusión político-ideológica, en la que el PRI está en el eje del debate, pues ahora el gobierno federal le pide al principal partido promotor de la reforma energética que ahora está en juego, rectifique, que revise su pasado ideológico de los tiempos del PRI posrevolucionario.
Quién lo iba a creer, López Obrador requiere necesariamente del apoyo del partido al que perteneció, que lo pisoteó políticamente, al que no se ha cansado de acusarlo de corrupto y corruptor. El PRI no estaba preparado para recibir la petición presidencial, muy arriesgada, por todo lo que representa el PRI, pero las circunstancias lo orillan a operar pragmáticamente, enfrentando al partido tricolor en una discusión interna.
¿Se tambalea la coalición PRIANPRD?
El dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ha externado que no se dejarán dividir ni presionar por el gobierno, pero no ha dicho sí, ni no a la reforma presidencial. Digamos que ha actuado con prudencia en ese sentido. Lo que ha dicho también es que necesitan tiempo para analizar el documento, no les tienen prisa.
En cambio, la senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas, sobrina de Carlos Salinas de Gortari, de plano adelantó su rechazo porque califica la iniciativa de regresiva porque le va a causar muchos problemas al país y al mismo gobierno de la 4-T. La legisladora afirma que ella no necesita tiempo para pensarlo, que ya analizó el contenido, declaración que “Alito” calificó de posición personal, porque la “del PRI es escuchar a los ciudadanos, a las organizaciones, a la academia y a partir de ahí tomaremos una decisión”.
Las posiciones encontradas en el seno del PRI son señales de que el partido tricolor ha entrado en un callejón sin salida, ya que cualquier decisión, en favor o en contra de la contrarreforma eléctrica, tendrá consecuencias. Para la el gobierno de la 4-T, un sí de los legisladores priístas será una decisión en pro de la soberanía energética de México. Para otros, sus aliados (PAN-PRD) de “Va por México” serán unos traidores.
La derecha del PAN que tradicionalmente ha defendido al sector empresarial y las privatizaciones contra el control del Estado sobre el sector eléctrico, fijó su postura en voz del diputado Jorge Romero con un ultimátum al PRI, en caso de votar a favor de la reforma eléctrica de AMLO se acaba la coalición opositora “Va por México”.
La discusión apenas empieza y el PRI ya se instaló en el centro del debate nacional. En sus manos tiene una papa caliente. Su problema es qué hacer: o seguir apoyando la reforma neoliberal que solo ha beneficiado a los capitales privados y no a la mayoría de los mexicanos, o fortalecer al Estado y su soberanía en un sector estratégico en el desarrollo de la nación.