Ciudad de México.- A nivel global hay una tendencia en la fuerza laboral femenina mal remunerada. Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2019 (ENUT), las mujeres dedican 39 horas semanales a labores domésticas (aproximadamente 5 horas al día), lo que limita el acceso a empleos con ingresos más altos.
En México viven 32.7 millones de mujeres con al menos un hijo, de las cuales 9.15 millones son solteras, separadas, divorciadas o viudas. La tasa de participación económica de las madres trabajadoras es de 70.6%. Sin embargo, solo 39% cuentan con prestaciones de ley de acuerdo con el último censo realizado por INEGI en 2020, mientras que una gran parte labora informalmente.
Aunque en los últimos años ha aumentado la participación femenina en el mercado laboral, todavía enfrentan grandes problemas como la brecha salarial, falta de permisos por maternidad, acoso y hostigamiento, etc. La situación empeora con mujeres indígenas, migrantes y de zonas marginadas por temas de discriminación.
Ante este panorama, es evidente la necesidad de iniciativas públicas y privadas que se enfoquen en el estado financiero de las madres solteras que laboran en trabajos formales e informales, esto para contribuir a la igualdad de género. El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) calcula que cerca de mil organizaciones trabajan en favor de mejorar las condiciones económicas de este sector de la población.
Algunas de las actividades que realizan las Organizaciones de la Sociedad Civil para cumplir sus objetivos de proporcionar herramientas para el autoempleo son:
Fortalecer la autoestima y la confianza en las mujeres
Promover alianzas entre mujeres para que puedan crear una red de colaboración
Establecer contactos con el sector público y privado que les permitan acceder a créditos bancarios
Capacitación en tecnología para desarrollar proyectos
En el caso de Nezahualcóyotl en el Estado de México, 27.8% del ingreso del hogar proviene de la madre. Diferentes asociaciones civiles se acercan a la problemática desde diferentes ángulos, algunas se enfocan en dar cursos y capacitaciones en perspectiva de género, creación de círculos de economía alternos y otras llegan a apoyar inclusive desde el reciclaje. Un ejemplo en concreto es el de la asociación civil Cerrando el Ciclo quien ofrece capacitaciones a madres solteras para que transformen vidrio en artículos de joyería y decoración. El proyecto consta de cinco cursos donde se les enseña técnicas de reciclaje de vidrio, educación financiera, fortalecimiento de la confianza y asesoramiento al momento de estructurar sus emprendimientos para que puedan volverse económicamente independientes.
Ofertar mejores condiciones de trabajo y un ambiente donde se garantice la igualdad de género son acciones contundentes para combatir esta desigualdad laboral que existe en México.
