Ciudad de México.- La competitividad turística de México depende de sus estrategias de adaptación al cambio climático, por lo que sus esfuerzos deben enfocarse además en garantizar la sostenibilidad de recursos que garanticen dicho turismo, afirmó la experta Antonina Ivanova.
La investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, comentó lo anterior al hablar sobre la prospectiva del aumento de temperatura de 1.8 a 4 grados Celsius durante el siglo XXI.
Por ello, la importancia de considerar el cambio climático en las políticas de desarrollo, planeación y administración del turismo, pues es un sector muy vulnerable, expuso la especialista.
“El clima determina la estacionalidad de la demanda turística e influye en los costos de operación como calefacción o enfriamiento, riego, suministro de agua y alimentos” explicó en el documento de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Y es que “el clima es el soporte para el turismo y el elemento de mayor importancia en el producto turístico. Las regiones de montaña y las costas se consideran particularmente sensibles a los cambios ambientales inducidos por el clima”, por ejemplo, “no se podría esquiar a falta de nieve, ir a la playa con frentes fríos, huracanes, ciclones tropicales o pescar con viento”.
En ese sentido, la también integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático dijo que solo las empresas trasnacionales del ramo turístico tienen la capacidad de adaptarse al cambio climático, por la diversificación de sus inversiones.
En tanto, las pequeñas y medianas compañías son más vulnerables a la pérdida de visitantes por la baja disponibilidad de agua, pérdida de biodiversidad, reducción estética del paisaje, desastres naturales, erosión costera, inundaciones, y daños a la infraestructura.
La Academia Mexicana recordó que el gobierno de México ha dado prioridad al turismo y a la declaración de sitios patrimonio ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, las Ciencias y la Cultura (Unesco).
Ello, ha llevado al país a subir ocho posiciones para situarse en el lugar 22 en materia de competitividad turística en 2016, de acuerdo con el Foro Económico Mundial.
Sin embargo, opinó que el reto aún es grande en sostenibilidad, pues en este tema su calificación se situó en el lugar 116 de 136 puestos, por la cantidad de especies amenazadas y el estrés hídrico en urbes como la Ciudad de México.
Ante este panorama, la consultora Sustentur, en su informe “Competitividad y sustentabilidad en el turismo en México 2017” recomienda que el sector debe cambiar de una visión individual a una de destino a través del fortalecimiento a los organismos de gestión de destinos.
Además, debe consolidar nuevos modelos de desarrollo e inversión en los destinos e involucrar al sector privado en temas como las certificaciones y disminución de impactos, invertir en tecnologías alternativas, además de implementar una estrategia de turismo sustentable en áreas protegidas del país.