Son limitadas las políticas públicas para alcanzar la igualdad de género

La desigualdad en el mercado laboral ha prevalecido durante años y la pandemia la acentuó

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Ciudad de México.– A nivel global, la pandemia redujo los avances de las mujeres. La crisis económica, pérdida de empleos, repunte de la pobreza, sobrecarga de labores domésticas e incremento de la violencia son algunos de los elementos que han padecido las mujeres durante la pandemia por Covid-19.

La desigualdad en el mercado laboral ha prevalecido durante años y la pandemia la acentuó. A nivel global la tasa de participación femenina se ubica en 53% mientras que para los hombres es de 80%. En los ingresos laborales las diferencias también se mantienen, incluso entre naciones desarrolladas, en la OCDE los hombres ganan 12% más que las mujeres. En gran parte de los países las mujeres enfrentan barreras legales que les impiden participar plenamente en la economía, al tiempo que no se garantiza la igualdad de remuneraciones por trabajos de valor similar.

En México, la incorporación de las mujeres al mercado laboral ha sido lenta, predomina la informalidad. La tasa de participación de las mujeres sigue por debajo del promedio de América Latina (50% y 44.7%, respectivamente). Y, aunque, la Población no Económicamente Activa femenina disponible ha aumentado, su incorporación al mercado de trabajo es limitada. La sobrecarga por labores domésticas y cuidado de personas dependientes son algunos de los factores que limitan su incorporación. Las perspectivas no son favorables: 9.7 millones de mujeres (56.2% del total) laboran en la informalidad y 1.4 de ellas no recibe ingresos.

La crisis global de 2020 detuvo los avances para disminuir la pobreza, su repunte afectó a los grupos vulnerables, entre ellos a mujeres. En casi todos los países de América Latina, incluyendo México, el porcentaje de mujeres en pobreza en edades de 20 a 59 años es mayor al de los hombres. En nuestro país, se alcanzan mayores niveles de pobreza entre mujeres que dedican su tiempo al cuidado de personas, a quehaceres del hogar o son indígenas. Las mujeres son más dependientes de las transferencias, lo que las hace más vulnerables a cambios en políticas públicas.

La pandemia acrecentó la violencia contra las mujeres, los feminicidios persisten. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 243 millones de mujeres o niñas entre 15 y 49 años sufrieron violencia sexual o física por un conocido durante este periodo. En México, los homicidios dolosos hacia las mujeres y los feminicidios han mostrado tendencia al alza en los últimos años.

Las leyes son el primer paso para empezar a mejorar la situación de las mujeres. La creación de leyes y regulación que introducen incentivos para modificar ciertos comportamientos, pueden con el tiempo convertirse en hábito y cambiar las creencias y valores de una sociedad. En México, se observan algunos avances en la participación política de las mujeres gracias a la introducción de cuotas en las leyes electorales. Para el mercado laboral mecanismos similares aumentarían la participación de la mujer en el mercado laboral; igualmente, en la lucha contra la pobreza es necesario focalizar esfuerzos para atender problemas que limitan significativamente el potencial de las mujeres como la maternidad adolescente.

La mayor incorporación de la mujer al mercado laboral traería consigo beneficios para el país: crecimiento económico, disminución de la pobreza y mayor empoderamiento de las mujeres lo que contribuiría a disminuir la violencia de género. Una participación laboral femenina similar a la global, con una productividad constante, habría impactado hasta en 8% al tamaño del PIB en 2021. La igualdad salarial podría activar el consumo al tiempo mejoraría el empoderamiento de la mujer, limitando algunas formas de violencia, como la económica.