Prometeo

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La Banca y sus resultados generales

Mario Sandoval

Esta semana inicia la 85 convención bancaria, nuevamente presencial en Acapulco, Guerrero, oportunidad magnífica para que las autoridades financieras y el sector financiero, pasen del discurso y las buenas intenciones, a acciones que generen resultados tangibles para reactivar el sector productivo y generar crecimiento económico. Está por concluir el primer trimestre del año 2022, que ya es el cuarto año de gobierno de la administración actual, por lo que el tiempo ya es limitado para mejorar los resultados prometidos en materia de crecimiento económico.

México es la 15ª economía más importante del mundo, cerca de España, Brasil, Corea y Rusia que ocupan las posiciones 10º al 14º. Junto con Brasil somos las dos economías latinoamericanas en ese grupo. Para darnos una idea la economía mexicana es equivalente a la suma de las economías conjuntas de Chile, Argentina, Perú y Colombia. Sin embargo, somos el único país de esas 15 economías más importantes, en donde su sistema financiero es mayoritariamente de capital extranjero en la administración de los principales activos bancarios.

De acuerdo a datos de la CNBV proporcionados por los propios bancos, los activos totales al cierre de 2021 son del orden 11 billones 78 mil millones de pesos, sin crecimiento con respecto a 2020; la cartera total se reportó por 5 billones 549 mil millones de pesos con un crecimiento del 5% con respecto al año anterior. La captación total fue de 6 billones 962 mil millones de pesos con un crecimiento anual del 4%.

El capital contable reporta 1 billón 309 mil millones de pesos con un crecimiento del 10% con respecto al año anterior. El resultado neto del sector fue de 182 mil millones de pesos con un crecimiento del 78% con respecto a 2020.

El retorno sobre capital (ROE) fue de 14.60%, siendo superior en un 65% al año anterior. El índice de morosidad del sector es por 2.05 % sobre su cartera total y un 160% de cobertura sobre su cartera morosa. Sin duda resultados en conjunto positivos a pesar de la pandemia y los efectos de una economía que no crece al ritmo esperado.

Nuestro país en su PIB creció 5% en 2021, lo cual invita a la reflexión, es decir la economía mexicana crece poco y el sector bancario debería ser un reflejo en el comportamiento de la economía y eso no es así por las siguientes razones.

Las políticas públicas no se han enfocado a generar un desarrollo y acompañamiento del sector MIPYMES, el cual se basa en tener financiamiento acotado en lo referente a factoraje y arrendamiento. Así mismo el crédito ha sido mayormente a grandes empresas y sector público, de igual manera el enfoque a créditos personales (preferentemente nóminas) e hipotecarios (nivel residencial), donde el riesgo es menor y la fuente de pago es más segura.

La deficiente resolución de los asuntos judiciales, procesalmente los asuntos llevan años y años en resolverse y ejecutarse (un asunto que se demanda tarda un sexenio como mínimo para resolverse y ejecutarlo), siendo uno de los principales lastres para dinamizar el crédito productivo y eso lo hace caro por la inseguridad judicial para recuperar el recurso.

Tema que, a los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial, más allá de los discursos y los altos presupuestos asignados a los tribunales no les ha interesado de manera decidida resolver, lo cual es un lastre que seguirá siendo un factor negativo para el crecimiento y que forma parte de las deficiencias del estado de derecho. La economía ha sido estimulada desde los 80s a través de la economía informal (56% de la PEA), las remesas (que tanto celebran), pero no a través de generar riqueza productiva a través del sector empresarial privado de las MIPYMES.

Dar crédito es bien fácil, lo difícil es cobrar y reintegrar ese flujo en multiplicar el direccionamiento de créditos productivos. Se señala que el titular de la SHCP, presentará un plan para impulsar el crecimiento económico con el sector financiero, involucrando además a la Banca de Desarrollo, el tema es que no se debe tratar de instrucciones, sino de negociar e integrar diversos esquemas para que el crédito productivo se canalice de manera adecuada.

El primero es certeza jurídica y ahí la SHCP no tiene injerencia directa, segundo definir el tipo de financiamiento, si es capital de trabajo, equipamiento, modernización tecnológica operativa y comercial o infraestructura para las MIÝMES. Definir sectores, si es por la cadena de exportación o bien la sustitución de importaciones o bien la integración de la microempresa en esquemas de exportación a Centro y Sudamérica aprovechando los tratados comerciales establecidos con ellos.

Relevante también es no seguir confundiendo micro finanzas con emprendedores y micro empresas, estos dos últimos, son formales, e integran conceptos básicos de administración y contabilidad e incluso procesos sistematizados. Las micro finanzas son autoempleo y medio de supervivencia muy enfocado en la informalidad y que a los gobiernos (federal y estatales) lo han consentido por temas de empleo y liderazgos político sociales a conveniencia de intereses comunes , no por estrategia de crecimiento económico formal.

El poder judicial a través de su Presidente Magistrado de la SCJN no participa en la convención como ponente y era una posibilidad para tomar el pulso del sentir del sector financiero que no ve resultados en la práctica del fuero federal y común judiciales, no hay interacción, así como se involucran en otros temas, lo haga en el tema que al sector financiero le importa, el rezago de los asuntos de toda índole, son un lastre que nos ubica en las últimas posiciones del continente en efectividad procesal y judicial.

El sector bancario privado, genera utilidades relevantes por ingresos que no tienen que ver con el crédito productivo, sino por las tasas de interés que cobran al consumo, las comisiones por sus servicios y la eficiencia por las bajísimas tasa de su captación tradicional. El margen (20 veces promedio) entre lo que pagan de intereses y cobran en sus créditos, es sustancioso y sin vigilancia de supervisión.

Dentro del propio sector bancario la concentración de negocios y resultados se identifica en 6 instituciones que detentan el 80% del negocio, el 20% se redistribuye en el resto de participantes, que han orientado su rentabilidad en ser complementarios o a posicionarse en el mercado de cambios, fiduciario o las finanzas populares.

La CNBV presenta diversos cambios de funcionarios con frecuencia, lo cual en nada apoya a dar certidumbre, por ejemplo se comparan los indicadores de bancos como si todos fueran similares, una cosa son los 6 grandes y otra instituciones con otro tamaño sustancialmente menor, con enfoques a negocios muy especializados, algunos con cobertura nacional otros multirregionales, otros con etapa pre operativa o muy reciente.

Por lo que medir su ICAP que es indice de capitalización, el cual es por el 20% en su media reportada, en mi opinión compararlo de esa manera es incorrecto y por ello las sorpresas en entidades que reportan altos índices de morosidad o baja rentabilidad. Puede ser que nos sean riesgo sistémico, pero son riesgo reputacional del sector financiero. Prueba de ello han sido Famsa y Accendo con sus respectivos efectos colaterales.

En la convención bancaria sin duda habrá talento, experiencia y capital ahí reunidos, México apenas y llega al 0.40 de financiamiento sobre su PIB, en tanto Brasil y Chile andan en niveles de 1.4 veces o el caos de los países con mayor desarrollo económico pero cápita en donde el financiamiento promedio es 2.5 veces su PIB. Es mucha la distancia y el porqué la deficiencia judicial, la falta de una banca de desarrollo enfocada al sector productivo, ha ido orientando al sector financiero privado sectores de alto rendimiento y menor riesgo.

Habrá que analizar las ponencias y los acuerdos de la convención, tampoco me hago grades ilusiones, ya es un periodo tardío para cambiar el rumbo en esta administración, tal vez haya buen ánimo luego de la inauguración del AIFA. Ya está terminado y será en el mediano y largo plazo beneficioso para la zona norte y noreste de la zona metropolitana de la CDMX, motivando desarrollo industrial, comercial, vivienda y de servicios para los próximos años que, si darán crecimiento económico, así como ese objetivo que se tuvo en el 2018 de como si o sí, esperemos que se dé para generar crecimiento económico sostenido en actividades productivas asociadas y ahí las MIPYMESy el sector bancario pueden aprovechar esta inversión pública.

CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios.
Ex Presidente Nacional AMFE
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