Londres.- El petróleo operaba estable este miércoles, después de que Rusia cortó el suministro de gas a Bulgaria y Polonia, pero los precios eran mantenidos a raya por la preocupación de que las medidas de confinamiento para frenar la propagación del coronavirus en Asia pesen sobre el crecimiento económico y la demanda de crudo.
Tras caer a terreno negativo, los futuros del crudo Brent subían 53 centavos, o un 0.5%, a 105.52 dólares por barril a las 10:24 GMT. Los futuros del crudo estadounidense West Texas Intermediate ganaban 60 centavos, o un 0.6%, a 102.30 dólares por barril.
El gigante energético ruso Gazprom dijo el miércoles que interrumpió el suministro de gas a Bulgaria y Polonia, en una importante escalada de la disputa de Rusia con Occidente por Ucrania.
Si bien los precios del crudo no se dispararon el miércoles, la disputa hizo que los futuros del gasóleo ultra bajo en azufre de NYMEX subieran más de un 9% el martes a 4.47 dólares el galón, un cierre récord.
Hoy se publicarán los datos del gobierno estadounidense sobre los inventarios de petróleo. Los datos del Instituto Americano del Petróleo mostraron el martes que las existencias de crudo y destilados de Estados Unidos aumentaron la semana pasada, mientras que los inventarios de gasolina cayeron.
Además, el dólar subía el miércoles a su nivel más alto en dos años, encareciendo las compras de petróleo para los tenedores de otras monedas.
«El aumento de las existencias de crudo en Estados Unidos la semana pasada y las sólidas exportaciones de crudo ruso están limitando el alza del crudo», dijo el analista de materias primas de UBS, Giovanni Stauvono.
«Esto en un entorno de riesgo con un dólar estadounidense más fuerte y restricciones de movilidad en el segundo mayor consumidor de petróleo, China».
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que Asia se enfrentaba a un panorama de «estanflación» con la guerra en Ucrania, un repunte de los costos de las materias primas y una desaceleración en China.
El banco central de China dijo el martes que aumentaría el apoyo de la política monetaria mientras Pekín se apresura a acabar con un incipiente brote de Covid-19 en la capital y evitar el tipo de confinamiento debilitante en toda la ciudad que ha sufrido Shanghái durante un mes. Cualquier estímulo impulsaría la demanda de petróleo.