Necesario adoptar un plan familiar para enfrentar el costo de la inflación: CONDUSEF

Se busca crear conciencia en todos los miembros de la familia de la necesidad de involucrarse en la situación económica actual, para aportar a los ingresos familiares, así como revisar y reducir los gastos de manera comunitaria

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Ciudad de México.– En el marco del entorno inflacionario provocado por la crisis del Coronavirus (COVID-19), la recuperación de la demanda repentina y la guerra entre Rusia y Ucrania, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) emite diversas recomendaciones y sugiere adoptar un plan familiar para enfrentar la inflación. Con este plan se persigue el objetivo de que toda la familia esté consciente e involucrada en la situación económica para aportar a los ingresos familiares, así como revisar y reducir los gastos de manera comunitaria, es decir, adecuar nuestros hábitos de consumo.

Es conveniente tener presente, que las personas pertenecientes a la generación millennial y, sobre todo, a la centennial, es decir, los nacidos a partir de los años noventa, no tienen la experiencia de las generaciones anteriores en cuanto a experimentar tiempos de inflación, de elevados costos en las cosas, de escasez de productos y del crédito, así como dificultades para acceder a un empleo formal.

Por ello, al aplicar estos 10 consejos prácticos, aunados a los descritos el pasado 26 de abril en el comunicado “En época de inflación, cuida tu dinero”, estaremos más preparados para los cambios bruscos en los precios de bienes y servicios que consumimos continuamente:

1. Elabora un presupuesto familiar con el detalle de ingresos y gastos. Esto permitirá priorizar cuáles son los gastos necesarios y cuáles pueden dejarse para después o suprimirse definitivamente. Es decir, antes de comprar algo, considera de manera objetiva si es estrictamente necesario adquirirlo; para ello pregúntate: ¿realmente lo necesito?

2. Hecho lo anterior, no tomes una decisión de compra hasta que hayas comparado precios y calidad. En tu comparativo, siempre considera plataformas de comercio electrónico confiables, ya que en ocasiones suelen tener una amplia gama de productos y marcas, y con frecuencia son más económicas. Por supuesto, cuida todas las medidas de seguridad para la protección de tu información personal y asegúrate de gastar solo lo indispensable.

3. Independientemente de que tu compra sea física o electrónica, elabora una lista de productos necesarios. Esto te ayudará a gastar solo lo indispensable y a no “echar al carrito” indiscriminadamente lo que se te antoja.

4. Da oportunidad a las marcas más económicas que garanticen una buena calidad, aunque no sean las que acostumbras o tus favoritas. Una excelente opción son las llamadas marcas “libres” o “blancas”, una línea de productos genéricos que el supermercado vende bajo su nombre con muy buen nivel de calidad, ya que son productos que el comercio encarga a uno de los propios proveedores de las marcas que vende.

5. Ten cuidado con algunas ofertas. El llamado 2×1 es un anzuelo que con frecuencia hace a las personas comprar cosas que no necesitan. Quizá otros comercios puedan tener mejores precios sin ofrecer descuentos. Compara el precio unitario antes de comprar. También sé precavido con los meses sin intereses. Si bien es esta una excelente opción para pagar poco a poco alguna compra, no adquieras muchos productos/servicios bajo este esquema o de lo contrario acabarás con una deuda mensual altísima.

6. Haz un análisis detallado de gastos prescindibles, pequeños y recurrentes, también llamados “gastos hormiga”. Recorta algunos para poder generar un pequeño ahorro. Si bien su costo independiente pareciera poco, varios de ellos en conjunto sí pueden constituir un monto significativo.

7. Otra buena estrategia para afrontar la inflación es anticiparse a la compra de bienes o productos que una familia necesitará en un futuro próximo. Por ejemplo, adquirir útiles escolares antes de que empiece la temporada escolar. También puedes comprar una cantidad menor a la que generalmente acostumbras mientras la economía se recupera.

8. Posterga gastos no indispensables mientras el entorno inflacionario permanece.