Pese a haber sorteado la pandemia, el sector de la construcción se encuentra en una situación delicada producto de la racha alcista en el precio de sus insumos a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania. El encarecimiento de los materiales ha tenido un impacto en los precios de las obras, afectando especialmente al sector de la vivienda
José M. Gijón
El arranque de la década ha resultado aciago para la industria de la construcción mexicana, misma que se enfrenta a múltiples desafíos que parecen agudizarse mientras se formaliza la salida de la pandemia de Covid-19 en el mundo.
Al comenzar el proceso de reactivación económica durante el año pasado, los representantes del rubro advirtieron que los esfuerzos referentes al sector estaban resultando insuficientes, con poco más de mil empresas sin contratos para realización de obra para mediados de 2021.
El presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares Alemán, señaló en su momento que la caída en la construcción era tanto un efecto del confinamiento como resultado de la política económica ejercida por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, derivando en un clima de desconfianza entre los inversionistas.
“Aunque desde junio del 2020 ya pudimos trabajar en el desarrollo de los proyectos, siguiendo de manera estricta los protocolos de sanidad, el ritmo de las obras disminuyó de manera sustancial, porque en muchos casos se dejó de invertir”, comentó el líder de la cámara comercial.
Aunado a ello, la CMIC reportó al cierre del año que el subejercicio en infraestructura representó entre el 65% y el 70% del presupuesto destinado para obras del gobierno, pudiendo ser recursos que no se ejecutaran o que se destinaran a rubros distintos.
El arranque de 2022 supuso un cambio en el escenario que ha generado otra variable que impacta en el ya endeble rubro de la construcción: el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Se encarecen insumos
El conflicto bélico europeo, que dio inicio a finales de febrero de este año, se ha ido prolongando con el pasar de los meses, generando efectos secundarios en industrias como la alimentaria, la petrolera y, en el caso de la construcción, en los insumos para la edificación de obra.
Un caso importante en el panorama nacional es el de Cemex, ya que el incremento de costos en toda la cadena de suministro y la volatilidad global producto de la guerra podría generar resultados mixtos en sus operaciones durante el año.
De acuerdo con un análisis del banco Ve por Más, pese a que la cementera no opera directamente en Rusia ni en Ucrania, las regiones aledañas donde realiza exportaciones e importaciones afectarían de forma indirecta a la empresa.
Sumado a esto, la compañía reportó a finales de abril que contemplaba alzas en los precios del cemento como medida para responder al incremento en los costos de energía.
De acuerdo con el director ejecutivo de Cemex, Fernando González Olivieri, se han implementado aumentos en los precios tanto en México como en Estados Unidos y Europa, ampliándose la medida a muchos mercados para los meses de verano.
“Somos cautelosos y conocemos los desafíos de inflación que tenemos por delante, pero estamos administrando los costos con cuidado y nuestra estrategia de precios no ha sido gratuita, sino que se ha calibrado para reflejar el nuevo entorno de costos”, puntualizó.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación sobre el insumo durante los primeros tres meses del año fue del 13%, alcanzando niveles no registrados desde 2017 cuando el encarecimiento de los precios comenzó a desacelerarse por debajo del doble dígito.
Por otro lado, de acuerdo con datos del área de análisis de BBVA Research, la inflación de la industria también se ha reflejado el aumento en los costos de otros materiales de construcción hasta llegar al 17.4% al cierre de 2021, seguido del incremento en el costo del alquiler de maquinaria y equipo de 6.1%.
Otros materiales como son el acero y la varilla han visto incrementos exacerbados de cerca del 150% durante los últimos 18 meses. Les siguen el PVC, concreto y yeso, con un aumento del 12% en los últimos meses.
«El tema ha sido no menor: hay una inflación fuerte en el sector de la construcción; la varilla que hace año y medio costaba 12 mil 500 pesos, ahorita anda sobre los 35 mil pesos”, puntualizó el presidente de la CMIC en el Estado de México, Enrique Maza Cotero.
Esta situación ha derivado en que los costos finales de las obras también sufran una subida que, de acuerdo con la cámara industrial, han llegado a rondar hasta entre el 70% y el 80%.
De acuerdo con el representante de la CMIC en Querétaro, Óscar Hale Palacios, los presupuestos de obra podrían depreciarse hasta un 12% al cierre del año como consecuencia de la racha alcista en los materiales, mismos que en promedio representan el 50% del costo total de una obra.
Vivienda, la más afectada
El alza en los costos de la industria de la construcción y el gradual regreso al ritmo de actividades prepandémico fueron especialmente resentidos por el rubro de la vivienda.
Según estimaciones del Registro Único de Vivienda (RUV), el registro y producción de nuevas viviendas en México se encuentra en su peor nivel en casi una década.
Durante los primeros 4 meses del año se registraron 46 mil 299 viviendas para iniciar su construcción, mientras que la producción registró 43 mil 272 unidades, ambos datos por debajo de los volúmenes obtenidos en 2013 con desplomes del 39% y 23% respectivamente.
“El volumen de producción bajó a razón, más o menos en el primer trimestre un 30 por ciento, un monto muy importante, los tres primeros meses arrancamos en negativos, entonces necesitamos nosotros apurarnos para que la meta que traemos considerando a razón de 240 mil viviendas más o menos se logre para este año”, aseveró Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
A su vez, la escalada de precios y los efectos económicos derivados del Covid-19 implicaron un decrecimiento promedio en la venta de vivienda del 17% durante el primer trimestre de 2022.
La situación afectó especialmente al sector de la vivienda social, que presentó una caída del 34% en el volumen de ventas con apenas mil unidades vendidas; le sigue la vivienda media con una disminución del 7% respecto a 2021.
Futuro de la construcción
La suma de factores que dificultan la recuperación de la construcción tras la pandemia ha hecho mella en las proyecciones para el futuro próximo, con datos poco alentadores en sus principales indicadores.
Para abril de este año, el Indicador de Confianza Empresarial del Inegi vio una caída en el rubro de la construcción dada la percepción negativa de la situación económica presente y futura.
El dato supone un contraste con sectores como la manufactura, el comercio y los servicios privados no financieros, que vieron incrementos de 0.8, 0.9 y 1.8 puntos, respectivamente.
Por otro lado, el informe “Situación Inmobiliaria México” de BBVA México estima que el sector crezca alrededor de medio punto porcentual como producto de la presión de los precios, por lo que no habría un regreso a niveles prepandémicos.
«Lo que hemos visto es un rebote, pero es un rebote que, al igual que la economía general, habla de una recuperación incompleta», destacó Carlos Serrano, economista jefe de la institución financiera.
De acuerdo con las estimaciones del banco, la Obra Civil tendrá un papel más relevante respecto a los últimos años gracias a la fuerte inversión en infraestructura en transporte y energía.
En esta misma línea, el indicador de la Inversión Fija Bruta (IFB) de febrero reflejó un freno tras una racha de varios meses de recuperación, decreciendo 3% respecto al mes anterior.
Por componentes, la construcción fue la industria más afectada al decaer 8.2% respecto a enero, lo cual representó su peor desempeño en los últimos seis años. El resto de los componentes de la inversión vieron crecimientos entre el 6.7% y 12.4%.
Como respuesta a las condiciones por las que atraviesa la industria, la CMIC presentó a mediados de mayo cuatro propuestas destinadas a la reactivación del sector en colaboración con el gobierno federal.
Francisco Solares planteó como primera propuesta aumentar los presupuestos públicos en el rubro de la infraestructura, así como mejorar su distribución geográfica con miras a que se apliquen los recursos de manera equitativa.
En este sentido, agregó que es fundamental aumentar la participación privada en proyectos públicos, incentivando la confianza de los inversionistas, además de simplificar los trámites y lapsos de entrega de permisos.
Como segunda propuesta, el presidente del gremio de constructores alentó a la actual administración a crear un mayor capital de trabajo para las empresas con una reforma a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas.
En tercer lugar, el dirigente de la CMIC indicó que en el sector de la construcción no se da subcontratación de personal, por lo que debería tenerse en cuenta al momento de interpretar la reforma laboral referente al Registro de Prestadoras de Servicios Especializados y Obras Especializadas (REPSE).
Finalmente, Solares Alemán instó a la creación de un plan para la construcción de infraestructura pensado a largo plazo, más allá de los periodos sexenales de cada gobierno.