Ankara.- La inflación en Turquía alcanzó su nivel más alto desde 1998, situándose en el 73.5% anual en mayo, según datos oficiales conocidos este viernes, un problema para el presidente Recep Tayyip Erdogan que afronta su reelección el próximo año.
La invasión rusa de Ucrania y la crisis derivada de la pandemia de coronavirus provocaron el aumento de los precios de la energía y problemas en la producción.
Pero en clave interna, la poco ortodoxa política económica de Erdogan, basada en tasas de interés bajas para combatir el aumento de precios, ha centrado las críticas a un año de las elecciones presidenciales.
El aumento interanual de los precios del transporte y de los alimentos se situó en mayo en el 107.6% y el 91.6%, respectivamente.
La agencia estatal de estadísticas no publicó una lista detallada de la evolución de los precios por productos, lo que llevó a la oposición y numerosos economistas a acusarles de ocultar deliberadamente la magnitud del aumento de la inflación.
Un grupo independiente de economistas turcos, The Inflation Research Group, afirmó este viernes que la inflación actual se sitúa en el 160.8%, más de dos veces superior a los datos oficiales.
Al mismo tiempo, los rumores de una intervención militar turca en el norte de Siria apuntalaron la depreciación de la divisa nacional, la lira, que perdió un 48% de su valor con respecto al año pasado, y se cambia a 16.49 liras por cada dólar.
Como respuesta, el gobierno redujo las tasas sobre algunos bienes y dio subsidios a hogares vulnerables para pagar las facturas de electricidad.
Pero no consiguió cambiar la tendencia.
«Si no hay un cambio de política el país se enfrenta a una crisis económica sistémica», escribió en Twitter Timothy Ash, analista de mercados emergentes para BlueBay Asset Management.