- Nueva causa lopezobradorista
- Inversión pública, incipiente
- Constructoras, con el plomo abajo
Agustín Vargas *
Hace un par de días comentaba con un funcionario de alto nivel en el gobierno de Enrique Peña Nieto y que también conoce muy de cerca al presidente López Obrador, de quien también fue su colaborador, que AMLO utilizará el conflicto del TMEC como factor de cohesión de su rebaño y, sobre todo, como nuevo distractor ante sus fallidas estrategias para el combate a la inseguridad, la crisis económica, la carestía y los deficientes servicios de salud que tanto han minado a los mexicanos.
Tal como como hemos visto, el mandatario mexicano ya se inventó un par de enemigos externos: Estados Unidos y Canadá. Ello, con motivo de las controversias comerciales que esos países invocan dentro del marco del TMEC y que de no solucionarse de manera satisfactoria para las naciones firmantes del acuerdo, el más perjudicado será nuestro país, simplemente porque el gobierno de la 4T no está dispuesto a cumplir con lo pactado en materia energética.
Pero más allá de este asunto, del cual el señor de Palacio simplemente no lo ha tomado en serio –lejos de ello se ha burlado– lo que pretende es invocar a un nuevo pseudo nacionalismo, algo que maneja a la perfección, para darle una nueva causa a su movimiento, con nuevos enemigos a la vista para un pleito con rounds de sombra.
El razonamiento del ex funcionario peñista tiene bastante lógica. Nos comentó que el señor de Palacio nos está llevando a su terreno, aunque el mensaje principal es a sus seguidores, a sus comités de base; será la “guerra contra el neoliberalismo mundial, perdiendo gana, su objetivo es político y es nuevamente tener la mayoría aplastante en el congreso para el 2024”.
Para la International Chamber of Commerce México (ICC México), las solicitudes realizadas por los gobiernos de los Estados Unidos y Canadá para el inicio de consultas relacionadas con la política energética de nuestro país bajo el TMEC, son la oportunidad para evitar una disputa comercial de grandes proporciones con nuestro principal socio, del que dependen millones de empleos y casi el 80% de nuestras exportaciones, así como con nuestro segundo socio estratégico bajo el acuerdo de América del Norte.
El que se hayan iniciado estas solicitudes de consulta contra medidas derivadas de los cambios en la política energética de México, y que han afectado al comercio y a la inversión de quienes compiten con Pemex y CFE, no es una sorpresa para nadie. De hecho, la ICC México y otras organizaciones del sector privado lo advirtieron en innumerables ocasiones y desafortunadamente ahora simplemente se materializó.
Se espera que el gobierno de México tome este asunto con seriedad y que haya voluntad política para poder resolver las controversias mediante el diálogo, la buena voluntad y el compromiso con la legalidad para evitar que la economía de nuestro país sufra afectaciones.
El tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) es a todas luces un instrumento fundamental para el crecimiento y desarrollo de México, y una fuente indispensable de certidumbre para el ambiente de negocios, inversiones y la creación de empleos.
Inversión pública, incipiente
La inversión pública es un factor clave en el crecimiento económico, pues a través de la construcción de proyectos de infraestructura promueve la productividad y competitividad de la economía. Además, contribuye al desarrollo humano en materias como educación, salud y equidad de género.
De acuerdo con el análisis “La inversión pública y su aporte al crecimiento”, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, A.C. (CIEP), la inversión pública en México se ha reducido paulatinamente: pasó de 6.0% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) en 2009, a 2.50% en 2019 y para 2021 alcanzó 2.54% del PIB.
El estudio del CIEP señala que desde 2010 y hasta 2020, los recortes a la inversión pública no permitieron que ésta aportara a la tasa de crecimiento económico. Sin embargo, en 2021, del crecimiento de 4.8% que observó la economía, la inversión pública aportó 0.14 puntos porcentuales, lo cual rompió con una racha de más de una década de aportes negativos a la tasa de crecimiento.
La inversión pública tiene el potencial de generar certidumbre y complementariedad con la inversión privada, lo cual abonaría en mejores condiciones de crecimiento económico.
Constructoras, plomo abajo
En el periodo enero-mayo de 2022, la producción de las empresas constructoras acumuló una facturación de 214 mil 52 millones de pesos, una recuperación de 5.8% en términos reales, con relación al mismo periodo de 2021, en el cual se registró un retroceso de 8.3% y en 2020 la caída fue de 20.1%.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) pronostica que de continuar esta tendencia, la recuperación del sector pueda darse hasta 2024.
Lo cierto es que el sector de la construcción en México, trabaja a pesar de la falta de inversión en proyectos públicos y privados, un permanente aumento de los costos de insumos y una menor apertura por parte de los tres niveles de gobierno a las licitaciones públicas.
El sector de la construcción se encuentra en recuperación, pero este proceso es lento, por el poco desarrollo de infraestructura que se observa y la limitada actividad pública para el sector privado.
Además por las alzas en la inflación del sector de la construcción y los materiales, que no permiten continuar con el ritmo de producción que se venía desempeñando en periodos pre pandemia.
También, el aumento de las tasas de interés de referencia (de 7.0 a 7.75%), lo cual afecta directamente a las empresas constructoras que tienen créditos con instituciones bancarias.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx