Embajadores, piezas clave en la relación México – EUA

Ser embajador de Estados Unidos en México es la tarea la más desafiante, pero también la más gratificante y agradable; el papel que desempeñan los embajadores es crítico para ayudar a administrar la relación diplomática más antigua

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Washington, D.C.– El Instituto México del Centro Woodrow Wilson llevó a cabo la ceremonia conmemorativa denominada 200 años de relaciones bilaterales: la perspectiva de los embajadores de Estados Unidos, donde se destacó la labor diplomática entre México y Estados Unidos.

Durante el evento, Luis Téllez, Senior Advisor, Head of Mexico, KKR. Co-Chair, Mexico Institute Advisory Board, subrayó que la labor de los embajadores es clave, más los contemporáneos, que tienen una tarea monumental al dirigir la relación, mantenerla y estar informado de lo que está sucediendo con la relación bilateral que ha cambiado mucho, desde antes de la presente administración, donde la relación se ha simplificado.

Agregó que el diálogo debe ser continuo y rememoró que, en las pasadas administraciones el contacto de los secretarios de estado norteamericanos con sus homólogos mexicanos, era más directo.

“La labor del embajador es un trabajo muy desafiante y es clave para promover. Acabo de mencionar al principio, la amistad es la que existe y para eso se utilizan sus conocimientos y la mayoría de los embajadores actuales son personas con encanto porque las características personales también son muy importantes para lograr entender la política bilateral”, comentó Téllez Kuenzler.

Durante la ceremonia conmemorativa de los 200 años de relaciones diplomáticas formales entre México y Estados Unidos, que se cumplirán el próximo mes de diciembre, se presentaron los libros de Dolia Estéves, «México, una tarea desafiante: los embajadores de los Estados Unidos comparten sus experiencias», que se remonta en su publicación de 2012, también impulsada por el Wilson Center y «Embajadores de Estados Unidos en México. Diplomacia de crisis y oportunidades» de la ex embajadora de México en Estados Unidos, Roberta Lajous.

En la presentación de los panelistas, Andrew I. Rudman, director del Instituto México del Centro Woodrow Wilson, resaltó el papel crítico que desempeña el embajador de Estados Unidos en México para ayudar a administrar y avanzar en las relaciones diplomáticas más desafiantes y una de las más antiguas.

“¿Cómo es este bicentenario y cuál ha sido y debería ser el papel en el futuro para los embajadores de Estados Unidos? Obviamente, los embajadores mexicanos juegan un papel, al igual que muchos otros, importante, así que esa es básicamente la razón por la que llegamos a donde estamos, para celebrar estos 200 años de relaciones diplomáticas bilaterales. Nuestros oradores y las autoras de ambos libros han visto la relación entre Estados Unidos y México desde diferentes perspectivas por lo que tener esta conversación, escuchar sus pensamientos y experiencias desde sus diferentes puntos de vista, es realmente prometedor, creo que es una discusión realmente enriquecedora”, señaló Andrew I. Rudman.

Por su parte, el ex embajador de Estados Unidos en México, John Feeley, hizo hincapié en la importancia de los dos libros y los calificó como piezas necesarias para quienes iniciarán las relaciones entre Estados Unidos y México en el futuro.

“Creo que los embajadores han hecho un buen trabajo al construir los diálogos y los mecanismos de coordinación. Y la pregunta es entonces bajo eso ¿Cuáles son los resultados? No creo que tengamos el lujo de tener muchas reuniones, tenemos que conseguir resultados. Y ahí es realmente donde está la pregunta. Nos quedan un par de años más de la actual administración en México ¿Qué podemos hacer? ¿Qué podemos hacer en ese momento? Vemos la relación como una oportunidad, para avanzar en las cosas”, indicó el ex embajador Feeley.

Agregó que una de las cosas difíciles que debe hacer un embajador de Estados Unidos en México es justificar en qué se está involucrando. ¿Con quién en México? ¿A qué hora? Y en ese sentido, puede ser una situación difícil, especialmente en temas de aplicación de la ley de seguridad. La segunda observación es el juego interior-exterior que todo embajador debe tener, tanto dentro de la embajada, donde hay cerca de 40 agencias gubernamentales y es la embajada más grande que tiene Estados Unidos en todo el mundo. Como en el exterior. Se tiene que prestar atención a lo que está sucediendo dentro y luego está el juego exterior, lo que eso señala que es uno de los desafíos para cualquier embajador de los Estados Unidos que vaya a México.

En su intervención, Kimberly Breier, asesora principal en la firma Covington y con más de 20 años de experiencia en política exterior enfocada, principalmente, en asuntos del hemisferio occidental, consideró que en la relación México-Estados Unidos se necesita ser más ambicioso que solo administrar las piezas, tener visión, averiguar a dónde se quiere llevar la relación y tener una visión más amplia para ello.

“La diplomacia moderna como yo la veo, obviamente es tratar con gobiernos extranjeros y todos los funcionarios clave, presidentes, ministros del gabinete, pero creo que se trata de mucho más que eso; en estos días la diplomacia moderna es bastante diferente y el embajador tiene que estar muy capacitado para poder tratar con todo tipo de circunstancias, y eso es mucho más que el día a día”, dijo Kimberley Breier.

En su intervención Dolia Estéves afirmó que su libro es el resultado de entrevistas, que constituyen la pieza central, con embajadores de Estados Unidos que fueron enviados a México durante un período de 45 años, entre 1970 a 2021, y algunos ya han fallecido, desde entonces.

“El libro confirma que México no es un lugar fácil para ser embajador de Estados Unidos. Se involucran demasiados factores importantes que tienen un impacto directo en los Estados Unidos y donde las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México, son a menudo polémicas. Casi todos los embajadores dijeron que no era que fuera una de las carreras públicas más desafiantes, si no la más desafiante, pero también la más gratificante y agradable. En última instancia, creo, y el éxito o el fracaso del embajador se mide por la eficacia con la que él o ella fue capaz de introducir más realismo en la relación representada y defendida de los Estados Unidos y ganarse la confianza del país anfitrión”, aseveró la periodista.

Roberta Lajous, ex embajadora de México en Estados Unidos y actual investigadora asociada del Colegio de México, en la presentación de su libro, afirmó que comenzó como una conversación con el Secretario de relaciones exteriores Marcelo Ebrard para estudiar la relación entre México y Estados Unidos desde un punto de vista académico y verla en una perspectiva histórica a partir del siglo 19 donde ha habido más de 60 representantes diplomáticos a lo largo de los últimos dos siglos.

“Participamos un grupo de 15 autores que analizamos la labor de 17 embajadores de Estados Unidos en México definiendo que hay principalmente cinco etapas cuando miramos la relación bilateral, desde el inicio de la independencia de México en 1821; la guerra civil en los Estados Unidos; luego una nueva etapa de cooperación que comienza con la Segunda Guerra Mundial, cuando finalmente, México y Estados Unidos deciden mirar juntos el desafío y ambos países se unieron en series muy complejas de acuerdos que por primera vez permiten el movimiento masivo de mano de obra mexicana hacia los Estados Unidos y acuerdos de abastecimiento que continuaron durante toda la Guerra Fría y la última etapa comienza en 1994 con la firma del NAFTA y ahí es donde ambos países se integran económicamente, esa era en la que estamos hoy”, explicó Roberta Lajous.

La ceremonia conmemorativa de los 200 años de relaciones diplomáticas formales entre México y Estados Unidos fue moderada por el periodista Ariel Moutsatsos-Morales.